Capítulo 376
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Capítulo 376
-¡Vale, vamos por ti!
Después de colgar, las dos se apresuraron en coche y me enviaron la ubicación del restaurante que habían elegido.
Di un vistazo: a diez minutos caminando. Perfecto para mí.
Al llegar al restaurante, las dos me saludaron agitando las manos desde lejos.
-Acabo de llamar a Lucas para ver si venía —dijo Mariana—, pero cuando se enteró que éramos tres mujeres, dijo que ni de vaina.
No pude evitar reírme. -Está ocupado con el trabajo, ya llegó tarde a la oficina esta mañana, mejor no lo molestamos.
-¿Viste eso? -bromeó Sofía de inmediato – Ya hasta pareces toda una esposa preocupona.
-Y Lucas no se queda atrás -agregó Mariana-, todo un mandilón.
Me dio vergüenza la burla y tomé un sorbo de mi bebida. —¡Ay, ya déjense de bromas!
Pero Sofía no me dejó en paz y con una sonrisa pícara arqueó las cejas: -Dijiste que esta mañana el señor Montero te trajo a la oficina… ¿entonces pasaron la noche juntos? Y justo ayer conociste a la familia… ¿será que pronto escucharemos campanas de boda?
Me sonrojé y le lancé una mirada fulminante. -No digas tonterías.
Sofía inmediatamente se volteó hacia Mariana. —Señorita, ¿qué tal fue todo ayer en tu casa? Qué opinan tus padres de nuestra señorita Navarro?
Mariana me miró con una expresión algo extraña.
Mi corazón dio un vuelco, intuyendo algo.
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-Mariana, la verdad yo también quiero saber qué piensan tus padres. Dime la verdad, prefiero saberlo que andar con dudas.
Mariana negó con la cabeza: -No sé… no me corresponde decirlo, ¡si digo algo que te moleste Lucas me mata!
-No pasa nada, ya me hago una idea, solo que no entiendo…
-¿Qué no entiendes? -Mariana parpadeó.
Me detuve a pensar un momento y decidí ser sincera: -Entiendo que don Jorge prefiera a Daniela, al fin y al cabo es la nieta de su viejo compañero y subordinado. Pero Elena antes me
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Capítulo 376
trataba muy bien, y ayer noté algo raro en su actitud… Quiero saber si son todos los problemas de mi familia y los líos legales con los Martínez lo que hizo que cambiara su opinión sobre mí.
A un lado, Sofía se puso seria y clavó la mirada en Mariana.
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Mariana hizo una mueca incómoda y me miró con el ceño fruncido. Si hubiera sabido que me ibas a preguntar estas cosas, mejor ni vengo a almorzar…
Le sonreí para tranquilizarla: -No te preocupes Mariana, no voy a pelear con Lucas por esto. De hecho anoche hablamos del tema, ya me hago una idea.
Mariana dudó otro momento antes de hablar en voz baja: -La verdad es que a mi mamá sí le caías
muy
bien al principio. En casa sabíamos desde hace tiempo que le salvaste la vida a Lucas y todos te estábamos agradecidos. Antes cuando mi mamá supo que estabas en Altamira, hasta quería ir a visitarte, pero Lucas dijo que tu situación familiar era complicada, que si íbamos a agradecerte con regalos o dinero, nada de eso llegaría a tus manos, solo beneficiaría a tu
familia.
Pensé que tenía razón.
Antes cuando mi abuela y mi tía me compraban algo, Isabel y Sergio terminaban quedándoselo
todo.
Hasta la ropa que mi abuela y mi tía me compraban cuando cambiaba la temporada, Isabel me la quitaba a la fuerza.
Y eso que ella tenía armarios llenos de ropa, no le faltaba nada.
-Lucas sabía de tu amor de la infancia, había averiguado que se llevaban muy bien y que probablemente terminarían casándose. Por eso Lucas prefirió no meterse, para evitar problemas. Después, cuando Antonio te engañó, Lucas se enteró y se puso furioso, por eso agarró la invitación de Leonardo y fue a la boda, en realidad quería apoyarte. Pero todo se volvió un caos en la boda, te fuiste temprano, y Lucas no se atrevió a ser muy directo, temía que la gente malinterpretara y afectara tu reputación. Cuando mi mamá se enteró de todo esto, quiso ayudarte en tu carrera como agradecimiento por haber salvado a Lucas, por eso te buscó para el vestido a medida.
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