Capítulo 384
-Sí.
Pensé que si le pedía a Adrián que no mencionara este encuentro, Lucas no se enteraría y así no se preocuparía.
Pero, como suele suceder, lo inevitable siempre encuentra su camino.
-María, si no quieres lidiar con ella, no tienes por qué hacerlo -Lucas probablemente temía que me perjudicara, o quizás que Daniela me dijera algo inapropiado, por eso me advirtió rápidamente.
No le di mayor importancia. -Tranquilo, no soy tan fácil de intimidar, además, ¿no enviaste a Adrián para que me acompañara? ¿De qué te preocupas?
-Bien, entonces decide tú. De todos modos, Daniela probablemente regresará al país en unos días, no se quedará allá todo el tiempo.
Yo también lo pensaba así.
Por muy dedicada que
que fuera a su trabajo, su familia no permitiría que una rica heredera como ella pasara el Año Nuevo en el extranjero trabajando.
Así que tampoco me preocupaba demasiado.
-Por cierto, ¿ya liberaron a Claudia? ¿Hay algún avance en la investigación que ordenaste?
Aunque estaba en el extranjero, seguía preocupada por este asunto, ya que todo había comenzado por mi causa.
Lucas asintió: -Lo estamos investigando. Ya la liberaron.
Realmente impresionante.
No pude evitar preguntarme cuántos recursos tendrían que gastar los Martínez por esta hija problemática.
Si seguían así, los Martínez terminarían arruinados por culpa de estos dos hermanos.
Estuvimos en videollamada por más de diez minutos hasta que Rosa me llamó. Terminé la llamada con Lucas y me apresuré a atender el trabajo.
Por la noche, para nuestra primera cena formal desde nuestra llegada a Milán, le pedí a Rosa que reservara en un buen restaurante. Cenamos todos juntos para desear éxito al desfile de moda.
El día 28, casi todas las marcas participantes del desfile habían llegado y los organizadores
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convocaron una reunión para explicar los detalles.
Desafortunadamente, me encontré con Daniela de nuevo.
Yo había llegado primero y encontrado un asiento.
Ella llegó después, pero deliberadamente se sentó a mi lado.
La miré brevemente y aparté la vista sin darle importancia.
Cuando comenzó la reunión, me concentré en escuchar al personal explicar los procedimientos y puntos importantes.
Mientras agachaba la cabeza para tomar notas, accidentalmente vi el teléfono que estaba a mi lado.
El teléfono de Daniela.
Normalmente esto no tendría nada de especial.
Pero lo que captó mi atención fue… ¡la foto del fondo de pantalla!
Un perfil masculino muy atractivo, con líneas faciales definidas y profundas, ojos maduros y determinados, elegante pero con un toque frío, serio pero a la vez tierno.
Un rostro tan distintivo, era precisamente el de mi novio que tanto extrañaba, Lucas.
Pero, ¿cómo podía ella tener una foto de Lucas? ¡Y tan nítida!
Al ver que miraba su teléfono, Daniela sonrió, lo levantó agitándolo ligeramente y dijo a propósito: -Disculpa, no me malinterpretes, solo me parece agradable a la vista. Ver esto me pone de buen humor.
Le lancé una mirada desdeñosa y murmuré: Usar la foto del novio de otra persona como fondo de pantalla… ¿tienes algún problema mental?
-¿Estás celosa? -Daniela levantó una ceja mirándome, como si estuviera encantada.
No me molesté en responderle y volví mi atención hacia la pantalla grande al frente.
Pero ella continuó hablando: -Ya eres muy afortunada. Dicen que salvaste a Lucas cuando eras pequeña, y por eso se fijó en ti. Si no fuera por eso, ¿cómo podrían haberse cruzado tus caminos con los de Lucas? Ni siquiera pertenecen al mismo círculo social.
No dije nada. Lo que decía era cierto y no tenía ganas de discutir.
-Dime, ¿lo que Lucas siente por ti es amor o gratitud? Creo que es más lo segundo, pero tristemente eres demasiado ingenua para distinguirlo. Te has lanzado de cabeza, y cuando llegue el momento… ¡Ah!
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No terminó su frase porque vio cómo, con un movimiento rápido, “accidentalmente” volqué el café que estaba junto a su teléfono.
El café se derramó por completo sobre su teléfono, y varias gotas salpicaron su ropa.
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