Capítulo 60
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Antes de que Andrés pudiera responder, Antonio se alteró y preguntó: -María, ¿de dónde vas a sacar 500 mil? No tienes tanto dinero como para ponerte a pensar en semejante cantidad.
-¿Y a ti qué te importa? -le respondí mirándolo, y luego expuse su estrategia—. Lo que quieres es prestarle el dinero en mi nombre para que te deba otro favor y puedas manipularme, ¿no? Pues no voy a caer.
Antonio se mostró incómodo y se defendió en voz baja: -Estás haciéndote videos bobos en tu cabeza, yo solo deseo ayudarte.
Andrés se emocionó: -Entonces cuñado, ¿por qué no prestas ahora…?
-Si vas a pedirle dinero prestado a él, los dos pueden irse de aquí ahora mismo. Arreglen lo que quieran, la cantidad que sea, pero no me involucren -interrumpí a Andrés, señalando la puerta con expresión seria.
Andrés miró esperanzado a Antonio, pero este permaneció impasible.
Sonreí, comprendiendo que había adivinado las intenciones de Antonio.
Cuando Andrés notó que Antonio no quería prestarle dinero sin mi intervención, se marchó cabizbajo y furioso.
Cuando la oficina quedó en silencio, le pregunté a Antonio: -¿Qué es lo que deseas? El divorcio es en la tarde, solo ve al ayuntamiento.
Antonio ignoró mi pregunta y me cuestionó: —¿De dónde sacarás los 500 mil? ¿Vas a vender la empresa para ayudar a tu tía?
-No es asunto tuyo aunque siendo honesta, sí lo había considerado, pensaba transferir parte de las acciones.
-María, ¿para qué complicarte? Yo te presto los 500 mil, los Ruiz resuelven su crisis de inmediato y tú no tienes que angustiarte.
Lo miré fijamente, sin entender su repentina generosidad.
-¿Vas a decir a qué viniste o no? Si no, vete, o llamo a seguridad.
Puse la mano sobre el celular interno y su expresión se ensombreció. -En realidad sí vine por algo,
Lo miré con frialdad y desconfianza. -Aparte del divorcio, no tenemos nada de qué hablar.
Ignorando mi comentario, preguntó directamente: -¿Desde cuándo eres tan cercana a Lucas?
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Capítulo 60
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Me sorprendí… ah, así que era eso.
el cumplido,
-Antonio, ¿no me digas que sospechabas que te ponía los cuernos? Gracias por me hubiera gustado, pero no estaba a mi alcance -me burlé de él y de mí misma.
Antonio me miró con severidad, casi intimidante. -María, sabes que Lucas y yo tenemos problemas, y aun así te acercas tanto a él. ¿Lo haces para molestarme?
Me reí. -Tus problemas con el señor Lucas no son asunto mío. Ya no tengo nada que ver contigo.
Aún no estamos divorciados.
-Porque te portas como un mocoso inmaduro -contuve mi rabia y lo miré antes de soltar lo que pensaba-. Sobre tus problemas con Lucas, antes no lo entendía y hasta me ponía de tu lado, pero ahora creo que… simplemente te das demasiada importancia.
Antonio se molestó. -¿Qué quieres decir?
-Tus problemas con él se reducen a que te ganó algunos proyectos. ¿Pero no has pensado que quizás no eras lo suficientemente capaz para conseguirlos? En los negocios cada quien depende de sus habilidades. No puedes culpar a otros por ser mejores cuando el problema es tu propia incompetencia.
Hacía tiempo que quería decirle esto y por fin encontré la oportunidad.
Como esperaba, Antonio se enfureció, avergonzado: -María, ¿ya estás tan cerca de él como para defenderlo y todavía dices que no hay nada entre ustedes?
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