Capítulo 99
Me pareció inapropiado preguntar frente a Leonardo, tendría que buscar otra oportunidad.
Viendo mi incomodidad extrema, Lucas me ayudó a salir del paso: -Vamos, casi todos los invitados han llegado, la fiesta está por empezar.
Al entrar al salón con Lucas, mi concepto de la verdadera alta sociedad volvió a transformarse.
casa de los Montero tenía un edificio independiente de tres pisos con salón de eventos, salas de conferencias y club social, separado de la residencia principal para proteger la privacidad de la
familia.
Todo el edificio tenía una decoración elegante pero discreta, donde hasta el menor adorno era una pieza de arte digna de colección.
El salón bullía de invitados distinguidos conversando animadamente. Con solo una mirada, reconocí varios líderes políticos que aparecían frecuentemente en las noticias – una muestra del poder de los Montero.
Apenas regresó Lucas, Pedro se le acercó a susurrarle algo. Entendiendo que estaba ocupado, sonreí: –Señor Montero, vaya a atender a sus invitados, yo me las arreglaré sola.
-Bien, siéntete como en casa. Seguro encontrarás amigos conocidos para charlar.
-Sí, ve a ocuparte de tus asuntos.
Se marchó junto con Leonardo, quien me hizo un gesto de despedida.
Aunque no era favorita entre los Navarro y nunca asistía a estas fiestas de la alta sociedad, había ganado varios premios internacionales de diseño y asistido a ceremonias de premiación, así que este ambiente no me resultaba tan abrumador.
Vi a Elena a lo lejos.
Llevaba el primer vestido que le diseñé.
Era un traje de noche azul índigo con elementos clásicos, un fino cinturón negro que hacía juego con los botones diagonales, estilizando la figura y alargando visualmente las piernas – el conjunto era elegante y distinguido.
Los accesorios clásicos que le envié con Lucas complementaban perfectamente el conjunto.
El broche de flores en los botones diagonales añadía un toque de vivacidad a la elegancia formal, haciéndola parecer más vital y joven.
Cuando la miré, ella también me vio entre la multitud y me hizo una seña.
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Capítulo 99
Rodeada de señoras evidentemente importantes, no quise que dejara a sus invitadas para saludarme, así que le indiqué con un gesto que no se preocupara.
Apenas me senté, una voz sorprendida sonó detrás de mí.
-¿María? ¿Qué haces aquí?
Me volví sorprendida al reconocer a Claudia, la hermana de Antonio.
Me quedé perpleja un momento antes de sonreír: -Qué coincidencia.
Claudia se acercó y me miró fijamente: -Se rumoreaba que te habías acercado a los Montero, no lo creía, pero veo que es verdad.
Sonreí y devolví la pulla: -Me sorprende ver a los Martínez relacionándose con los Montero. Aunque… ¿no los odiaba tu hermano? ¿Te deja venir?
—Antonio nada que ver, no inventes -negó Claudia inmediatamente.
En eso, otra figura familiar apareció.
Claudia vio a Marta, mi ex suegra, y la llamó: -¡Mamá, mira quién está aquí, María!
Su tono sugería que solo ella tenía derecho a estar allí, que mi presencia era una ofensa.
Marta me miró claramente sorprendida: -María…
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