Capítulo 19
Andrea entrecerró los ojos de repente.
Creyendo que había logrado irritarla, Elena se alejó rápidamente con una sonrisa de satisfacción.
Andrea, sumida en sus pensamientos, entró en la habitación.
Las tres esposas anteriores de Bruno tuvieron destinos trágicos: una murió, otra enloqueció y la tercera fue llamada por su familia antes de siquiera cruzar la puerta.
En ambas vidas, la historia se repitió igual, y aun así, Andrea no sabía qué había sucedido realmente con las dos primeras.
En el exterior, se decía que Bruno era un loco y que sus dos esposas habían sido víctimas de su
mano.
Pero ella no lo creía.
¡Bruno no era ese tipo de persona!
Pensaba con un nudo en el estómago, recordando la verdad que descubrió justo antes de morir. Abrió su maleta y empezó a acomodar las cosas que había traído de la familia Gómez, hasta que sacó una caja con contraseña. Con rapidez, introdujo el código correcto y extrajo un cuaderno de notas.
Aunque lo llamaba cuaderno de notas, en realidad contenía muchas fórmulas antiguas perdidas, lo cual era la razón por la que tantos estaban interesados en él.
Había dos copias del cuaderno, una estaba con ella y la otra en casa de su abuelo. La intención original de su madre era que su abuelo la ayudara a custodiarlo, junto con otros bienes que había dejado, como el instituto de investigación de plantas que tanto añoraba.
Sin embargo, en su vida pasada, nada de eso llegó a sus manos.
Al abrir el cuaderno, al ver una de las fórmulas antiguas, Andrea pensó en alguien.
En su vida anterior, esa persona fue su maestro.
Su maestro tuvo un hijo en su vejez, al que adoraba profundamente, pero el niño nació enfermo. El maestro buscó incansablemente una cura, pero no pudo salvarlo.
Siendo un eminente médico, no poder curar a su propio hijo y tener que verlo morir fue un golpe devastador para él, casi lo llevó a la ruina.
La fórmula en el cuaderno de su madre podría haber salvado al niño, pero cuando el maestro la descubrió, ya era demasiado tarde, y esto era algo que jamás logró superar.
En este momento, Andrea se sintió agradecida con el destino por haberle dado una segunda oportunidad.
Capitulo 19
Rápidamente tomó una foto de la fórmula…
Espera, ¡no tenía el contacto de su maestro!
Recordó que se conocieron en un foro médico.
Aunque aún no era el momento de su encuentro, el perfil del maestro debía seguir activo, ¿cierto?
Con los ojos brillando de emoción, Andrea buscó rápidamente el foro, creó una cuenta y comenzó a buscar…
¡Lo encontró!
Justo cuando iba a enviar la foto, se detuvo.
¿No sería demasiado obvio?
Un desconocido enviando una fórmula que podría curar al hijo de alguien… cualquiera sospecharía.
Pensando en esto, tomó fotos de otras dos fórmulas y las envió con la excusa de pedir consejo. La cuenta de su maestro era muy conocida en el foro, muchos le pedían consejos, así que esto no levantaría sospechas.
Después de hacer todo esto, estaba a punto de ir a bañarse cuando el sonido de mensajes entrantes empezó a sonar sin parar.
[Carlos: ¿De dónde sacaste estas fórmulas?]
[Carlos: ¿Podríamos vernos en persona?]
En otro lugar, Javier Vargas sostenía su celular, demasiado nervioso para prestar atención a su esposa que le llamaba para cenar, esperando ansiosamente una respuesta.
Su esposa preguntó confundida: -Javier, ¿qué pasa?
-Hay esperanza… ¡Nuestro Hugo tiene esperanza! -respondió Javier emocionado-. ¡No necesitas seguir con esos preparativos!
Su esposa abrió los ojos de par en par, con la voz temblorosa-: ¿De verdad…?
Desde que supieron que la enfermedad de su hijo no tenía cura, habían estado preparando discretamente su despedida, y ahora su esposo decía que ya no era necesario.
En ese momento, Andrea reflexionó un momento y rechazó la solicitud de encuentro.
Tenía demasiadas cosas por hacer en ese momento.
Pero en un futuro cercano, volvería a ser estudiante de su maestro, esta vez por sus propios méritos.
212