Capítulo 9
Después de un momento de silencio, Bruno habló:
-No es necesario.
Andrea se preocupó un poco.
–Pero tu herida…
-Deja que Francisco entre.
Andrea inmediatamente sonrió con alivio.
-¡Claro!
Mientras él aceptara cambiarse el vendaje, ella no se preocuparía de que se enojara y no permitiera que nadie se acercara, empeorando su lesión.
Corrió a abrir la puerta.
-¡Francisco, ven rápido y ayuda al Sr. Bruno a cambiarse el vendaje!
-¿Qué…? -Francisco no supo cómo reaccionar al principio.
-¿Todavía no entras? -La voz fría y grave de Bruno resonó.
Francisco entró apresuradamente, y al pasar junto a Andrea, su expresión aún mostraba
sorpresa.
¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Desde cuándo el Sr. Bruno era tan fácil de convencer?
…La nueva esposa tenía algo especial.
Mientras Andrea salía, notó que Francisco le lanzó una mirada compleja.
-¿Qué? -pensó ella.
Sin darle mayor importancia, se dirigió relajada a su habitación.
Recordó que su celular había estado apagado todo el día, así que lo encendió.
Mateo llamó de inmediato.
Con una mirada fría, Andrea colgó y bloqueó el número sin dudarlo.
Otra llamada entró, esta vez era su padre, Santiago.
-¿Por qué tu celular ha estado apagado? -La voz del otro lado transmitía descontento al instante.
Andrea bajo la mirada ligeramente y respondió con indiferencia:
-Se quedó sin batería.
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Caphulo 9
-¿Estás en los Jardines de la Luna ahora?
-Sí, ¿por qué?
-Será mejor que te comportes. Ya que te casaste con el Sr. Bruno, no debes tener otras intenciones. ¡Corta todos esos lazos! -advirtió Santiago con voz severa,
Andrea entrecerró los ojos.
-¿Qué intenciones podría tener?
-¡No lo niegues! Si Leticia no hubiera hablado de más, no sabría que planeabas huir con alguien. ¡Por suerte Leticia te convenció, de lo contrario, habrías arruinado a toda la familia!
-¿Crees que el Sr. Bruno es alguien con quien se puede jugar? ¡Enojarlo no traerá nada bueno!
Leticia…
Los ojos de Andrea se llenaron de frialdad.
¿Hablar de más? ¿Convencerla? ¡Ja!
Santiago también tenía un asunto importante que discutir.
-Ahora que estás casada con el Sr. Bruno, habla con él sobre invertir en nuestra empresa.
Andrea puso los ojos en blanco discretamente y respondió:
-El Sr. Bruno no es alguien fácil de convencer. Ya veremos.
Sin ganas de seguir conversando, colgó el teléfono.
Por otro lado, en la familia Gómez, Santiago estaba furioso por la llamada colgada.
-¡Qué descaro! ¡Apenas casada y ya no obedece!
A su lado, su madrastra, Camila Ramírez, intentó calmarlo.
-Mañana la llamaré para que venga y hablaré con ella. Siempre ha escuchado mis consejos.
Santiago, al escuchar esto, se tranquilizó un poco.
Acarició la mano de su esposa y le habló con ternura:
-Has hecho un gran trabajo todos estos años, tratándola como a una hija propia. No es de extrañar que te escuche.
Lo que más valoraba de su esposa era su trato hacia la hija de su exesposa; nunca fue dura con ella y siempre la cuidó como si fuera su propia madre.
-Es lo que debo hacer -respondió Camila con una sonrisa suave-. Ximena y yo éramos buenas amigas. Naturalmente, debo cuidar bien de su hija.
En los Jardines de la Luna…
Después de la llamada con Santiago, Andrea recordó que aún no había avisado a Bruno.
10:00 16
Capitulo
Corrió hacia la habitación contigua.
Francisco había salido y la puerta no estaba completamente cerrada. Al asomarse, notó que no había nadie en la habitación, pero la luz del baño estaba encendida; Bruno parecía estar duchándose.
Dudó un momento, estaba a punto de irse cuando de repente escuchó un fuerte “jbang!” dentro del baño.
Con el rostro pálido, sin tiempo para pensar, corrió y abrió la puerta de golpe.
-¿Estás…?
Pasó solo un segundo.
-¡Bang!
Sin pensarlo dos veces, cerró la puerta de golpe.
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