Capítulo 100
La cena terminó de manera armoniosa. Adriana ayudó a Eric a regresar a su habitación y luego se dirigió al balcón del segundo piso, donde abrió la ventana para contemplar el oscuro paisaje nocturno y dejarse acariciar por la brisa.
“Gracias por lo de hoy“, llegó la voz de Rodrigo desde atrás. Adriana se giró para encontrarlo con las manos en los bolsillos, acercándose lentamente. Sus ojos oscuros eran inescrutables mientras la miraba.
Adriana asintió, respondiendo con voz tranquila: “No fue nada, no tienes por qué agradecer“.
Era la primera vez que hablaban cara a cara desde aquel encuentro en el bar. Aunque se habían visto varias veces en el set y en la antigua casa, su relación se había vuelto tan distante que ni siquiera se saludaban.
Adriana se sentía algo incómoda hablando con él. Después de hablar, volvió a mirar el paisaje lejano como si no le importara su presencia, esperando que se fuera pronto.
Sin embargo, Rodrigo no se fue de inmediato. Se quedó mirando su perfil suave y de repente recordó cómo comía durante la cena.
Cuando Adriana comía frente a otras personas, siempre bajaba un poco la mascarilla antes de tomar un pequeño bocado con los cubiertos y llevarlo bajo la mascarilla, masticando lentamente. Por eso, su manera de comer siempre era pausada y silenciosa.
Rodrigo no sabía por qué pensaba en su forma de comer, algo aparentemente insignificante, y aunque Adriana no era importante para él, su gesto de ese día lo había sorprendido.
Por eso, después de la cena, sintió la necesidad de agradecerle.
Después de hablar, Rodrigo no se fue ni continuó hablando, simplemente se quedó a su lado.
La atmósfera se volvió incómoda. Aunque Adriana parecía tranquila, en realidad se sentía incómoda. ¿Por qué no se iba?
Rodrigo, mirando su cabello, permanecía en silencio con una mirada oscura.
En ese momento, el sonido de tacones se acercó, y ambos instintivamente voltearon la cabeza para ver a Fabiana llegar.
Ella tomó el brazo de Rodrigo, con un tono ligeramente juguetón: “Rodrigo, ¿dónde estabas? No te encontré abajo“.
Luego miró a Adriana y sonrió: “Srta. Noriega, gracias por ayudarme hoy. De no ser por usted, no habría sabido cómo manejar esa situación tan incómoda“.
Fabiana era una mujer inteligente. Sabía que lo sucedido quedaría en la memoria de todos para siempre. Así que no evitaba el tema, sino que lo mencionaba con un toque de autocrítica,
haciendo que los demás restaran importancia al asunto.
Adriana asintió: “No hice mucho, no hay de qué agradecer“.
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Capitulo 100
Con Fabiana allí, Adriana decidió que no tenía sentido esperar a que Rodrigo se fuera, así que se retiró al piso de abajo.
Después de que Adriana se fue, Fabiana, como si fuera casual, preguntó: “Rodrigo, ¿de qué hablabas con la Srta. Noriega?”
Rodrigo no respondió a su pregunta, sino que le preguntó: “¿Por qué viniste con Joel?”
Aunque su tono no era acusador, su rostro mostraba indiferencia y su actitud era fría, lo que hizo que Fabiana se sintiera ansiosa.
Ella reflexionó un momento y, bajando la cabeza, dijo: “Rodrigo, sé que estás molesto. De hecho, me arrepentí de venir después, pero ya no había vuelta atrás; las cosas resultaron así…”
“Hoy me encontré con Joel afuera, y él me sugirió venir a la fiesta para ir familiarizándome con la familia Suárez.”
“Sabía que tu abuelo no me veía con buenos ojos, así que esperaba ganarme su favor. Preparé un montón de cosas buenas para decir, pero las cosas no salieron como esperaba…”