Capítulo 129
Rubén sabía que este tipo de situaciones eran difíciles para cualquier hombre. Le dio una palmada en el hombro y dijo: “No le des más vueltas, mejor tómate un trago. Mañana, cuando despiertes, todo estará bien.”
Rodrigo asintió, tomó la copa y le dio un sorbo.
***
Al día siguiente, Adriana usó las verduras que había pedido por delivery el día anterior paral preparar varios platos. Separó una parte y la llevó a casa de Iván, luego regresó a su casa para
comer.
El trabajo no era estresante ese día, así que, después de disfrutar de su desayuno, pasó la mañana cómoda en casa leyendo libros. Al mediodía, comió las sobras del desayuno, limpió un poco y se fue al set de filmación.
Adriana abrió la puerta de su camerino con su llave, entró y apenas cerró, una mano grande la rodeó por la cintura. Se asustó y soltó un grito, pero enseguida alguien la giró y la empujó contra la fría pared.
Alzó la vista y vio que quien la tenía sujeta era Rodrigo, con una expresión sombría. Sorprendida, preguntó en voz alta: “¿Qué haces?”
Luego, al darse cuenta de que algo no encajaba, preguntó: “¿Cómo entraste aquí?”
Siempre cerraba la puerta del camerino al salir, y cuando llegó, estaba bien cerrada. ¿Cómo podía estar allí sin más?
Rodrigo sacó de su bolsillo una llave que le era familiar y la agitó sin decir una palabra.
Adriana miró la llave y sorprendida, preguntó: “¿Cómo tienes la llave de mi camerino…?”
Se detuvo a mitad de la frase.
Claro, él era un inversionista del grupo de filmación, conseguir una llave de repuesto no sería nada complicado para él.
Con un tono poco amigable, Adriana dijo: “Si tienes algo que decirme, puedes hacerlo abiertamente. ¿Por qué actúas de esta manera?”
Ese hombre había irrumpido en su camerino sin motivo, y la había asustado al empujarla contra la pared. Si no fuera por la gran diferencia de poder entre ellos, Adriana ya le habría gritado.
“¿Qué relación tienes con Iván?” Aunque Rodrigo la estaba cuestionando, su tono era muy tranquilo. “¿Es tu amante?”
Preguntó lentamente.
Adriana sintió una vena palpitar en su sien. Quería decir que no, pero pensó en Fabiana.
20:32
Capitulo 120
Rodrigo tenía una amante y además, había tenido un hijo con ella, no solo eso, sino que durante su matrimonio, en público, dejaba que Fabiana lo llamara esposo. Incluso si ella realmente tuviera un amante, Rodrigo había hecho cosas mucho peores. ¿Con qué derecho venia a cuestionarla?
Antes, Adriana se habría tragado su orgullo y explicado su relación con Iván. Pero ahora, aunque sabía
que no podía permitirse enemistarse con Rodrigo y estaba dispuesta a ceder en momentos críticos, no estaba dispuesta a soportar esa humillación.
“¿Acaso no tienes a alguien más? Además, según tus propias palabras, nuestro matrimonio es un negocio, ¿por qué habría de importarte esto? Si insistes en este tema y me cuestionas por ello, es difícil no pensar que tienes un doble estándar.”
Al escuchar las palabras de Adriana, Rodrigo respondió sin vacilar. “Sí, tengo un doble
estándar.”
Tenía una expresión severa, sus ojos eran oscuros y era imposible adivinar sus emociones. Pero seguramente alguien como él, no tendría necesidad de mentir.
Adriana abrió los ojos de par en par, sus labios se movieron, pero no supo qué decir.
2002 #
