Capítulo 13
¿Esperar a que Sra. Romina se hubiese ido antes de separarse?
Adriana no entendió de inmediato, quedándose perpleja un momento. Luego recordó que en la cultura de Solara había una creencia: una persona solo entra en el ciclo de reencarnación cuarenta y nueve días después de fallecer.
Cuarenta y nueve días, eran casi dos meses, por eso Eric dijo eso, pensó Adriana. Luego miró a Rodrigo, quien también la miró, rápidamente dijo: “Está bien para mí“.
Al ver que no tenía objeciones, Rodrigo dijo con calma: “De acuerdo“.
Eric asintió: “Entonces, durante este tiempo, ustedes dos se quedarán en esta casa, acompañando a la abuela“.
Adriana reflexionó un momento, quería decir que a Romina nunca le había caído bien, y que si se quedaba allí, probablemente se molestaría, pero ya que la persona había fallecido, no tenía sentido mencionar eso. Además, pronto se uniría a un grupo de trabajo y no tendría mucho tiempo para quedarse en casa, así que simplemente asintió.
Por otro lado, Rodrigo también estaba muy ocupado, pasando más de diez horas al día en la empresa, para él, estar en la casa y en un hotel no hacían mucha diferencia, así que también estuvo de acuerdo.
Después de que salieron, Verónica preguntó en voz baja: “Señor, ¿realmente va a dejarlos separarse?”
Los ojos de Eric brillaron con astucia: “¿Cómo voy a dejarlos separarse?”
Solo estaba ganando tiempo.
Rodrigo no había ido a casa en tres años; era normal que no hubiera sentimientos. Pero durante el próximo mes, al convivir día y noche, Eric pensaba que desarrollarían algún afecto el uno por el otro.
Cuando los esposos salieron del estudio, ya pasaban de las cinco de la tarde, por lo que una empleada se acercó respetuosamente a preguntar. “Señor, señora, ¿quieren cenar?”
Adriana se tocó el estómago, realmente tenía hambre, pero Rodrigo dijo de repente: “Quiero sopa de paloma“.
Esa frase fue dirigida a Adriana, quien se quedó un poco sorprendida, pero asintió: “Está bien, la haré“.
No sabía por qué Rodrigo quería beber la sopa de paloma que ella hacía de repente, ¿sería porque le gustaba su sabor?
Silenciosamente, fue a la cocina, sacó los ingredientes, especias, encendió el fuego, y comenzó a prepararlo paso a paso. Todavía estaban casados, así que tenía la obligación de hacer esas cosas para él, no por alguna otra razón; se repetía a sí misma una y otra vez.
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Rodrigo, apoyado en la puerta de la cocina, observó el perfil de la mujer ocupada en la estufa, quedando ligeramente ensimismado. Durante esos tres años, en varias ocasiones había imaginado la figura de esa mujer en su mente. Adriana, su esposa legal, sabía hacer docenas de sopas deliciosas y una variedad de postres, su habilidad culinaria era bastante buena. Nunca lo molestaba, cuando le llevaba comida dejaba el recipiente en la oficina de su secretario y le enviaba un mensaje antes de irse en silencio.
Debía ser una persona muy amable, quizá un poco tímida. César le había dicho que no era ama de casa a tiempo completo, sino guionista. Hace tres años, Adriana se casó con él justo después de graduarse de la universidad, luego se dedicó a escribir guiones en casa, produciendo múltiples obras e incluso creando algunos personajes clásicos; debía ser una persona muy talentosa y empática. Por eso, aunque Rodrigo no había regresado a casa, sabía vagamente qué tipo de persona era su esposa, aunque su imagen era un poco borrosa.
Pronto, la sopa estuvo lista, Adriana la sirvió en un tazón grande, entonces una mano larga y delgada se acercó: “Déjame hacerlo“.
Adriana se detuvo un momento y le entregó la sopa: “Está bien“.
Solo sirvió un tazón de sopa, guardando el resto en un recipiente para tomarlo más tarde. Rodrigo estaba a punto de preguntarle por qué no comía con él, pero al ver la mascarilla en su rostro, se detuvo.
Adriana salió de la cocina, planeando descansar un rato arriba, cuando Owen la llamó:
“Adri, la próxima semana empezamos a filmar. Elegí a una nueva actriz principal, Tina. ¿Qué opinas?”
¿Tina? Una actriz con varios años en la industria, con buen aspecto y habilidades de actuación decentes, Adriana respondió: “Me parece bien“.
“Perfecto“, dijo Owen, “El actor principal también está confirmado, es Iván Ramos“.
Iván había debutado en el mundo del entretenimiento hace tres años. Con su atractivo, talento actoral impresionante y gran personalidad, se había convertido en una de las estrellas más destacadas y populares del momento. Conseguir que Iván aceptara participar era algo muy complicado, así que Owen no se lo consultó a Adriana; simplemente se lo informó.
Sin embargo, después de que Owen le dio la gran noticia, no escuchó respuesta de Adriana y curioso, le preguntó: “Adri, ¿por qué no dices nada? ¡Conseguimos a Iván! ¿No estás emocionada? ¿No estás contenta?”
“Contenta, estoy muy contenta.”
“¡Jeje! ¡Sabía que estarías feliz! ¿Te quedaste sin palabras de la emoción? Iván acaba de ganar el premio al mejor actor. Hay rumores de que se retirará de la televisión para centrarse en el cine, así que el hecho de que quiera filmar nuestra serie es realmente algo increíble…”
Owen era un poco charlatán, y Adriana lo escuchó un buen rato antes de colgar el teléfono. Lentamente, se acercó a la ventana, perdida en sus pensamientos.
