Capítulo 134
Ella se tocó la mejilla ardiente, mirando a Adriana con incredulidad: “¿Te atreviste a golpearme?”
“¡Sí, te golpeé!”
Adriana originalmente no quería entrar en discusiones, pero Fabiana había empezado a provocarla y a hacerse la víctima, así que no tuvo más remedio que responder.
“Te pregunto, ¿qué representa mi matrimonio con Rodrigo? ¿Es un matrimonio normal o por
contrato?
Si es un matrimonio normal, entonces el que engañó primero fue Rodrigo, él es el que tiene la mayor culpa por la infidelidad, ¡y encima tuvo un hijo con su amante! Pero no me quejé cuando supe del hijo ilegítimo, ¿con qué derecho me juzgan a mí por estar con otro hombre?
Si es un matrimonio por contrato, entonces ambos tenemos la libertad de hacer lo que queramos sin interferir el uno con el otro, así que incluso si tengo otro hombre, ¿qué importa? ¿De qué deber te jactas para juzgarme? ¿No te da vergüenza decir esas cosas?”
Adriana habló sin pausas, cuando terminó, se escuchó un aplauso alrededor, y la gente gritó: “¡Bien dicho!”
“¿Otra amante pensando que puede desafiar a la esposa legítima? ¡Qué descaro! ¡Hay que responderle así!”
Un poco sorprendida, Adriana miró a su alrededor, notando que un grupo de jóvenes de unos
veintitantos años la rodeaban, mirándola con admiración.
El alboroto había sido tan grande que varias personas se habían detenido a observar. No conocían a Adriana ni a Fabiana, pero al escuchar la conversación, imaginaron una historia de infidelidad, donde un esposo adinerado tenía una amante hermosa, y la esposa legítima también había encontrado a otro hombre, llevándolas a un enfrentamiento.
En ese diálogo, las palabras de Adriana tenían lógica, mientras que Fabiana solo hacía reclamos absurdos, así que todos se pusieron del lado de Adriana.
Al ver a Adriana darle una bofetada a Fabiana con tanta seguridad, todos sintieron que se había hecho justicia y aplaudieron.
Adriana y los espectadores se sintieron aliviados, pero Fabiana no pudo soportarlo.
“Tú, ustedes…”
Se levantó de un salto, se cubrió la cara y salió corriendo del café.
Al ver que Fabiana se iba, Adriana tampoco quiso quedarse mucho más tiempo, rechazó a quienes intentaron agregarla a Instagram y salió del café.
Al salir, el viento frío la hizo volver a la realidad y al recordar lo sucedido, comenzó a
preocuparse. Había actuado impulsivamente, golpeando a Fabiana, sabía que eso no se
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quedaría así. Siempre había temido la posición de Rodrigo, por lo que no se atrevía a enfrentarlo a él y Fabiana directamente, pero a veces sus acciones eran tan extremas que no podía evitar enojarse.
La última vez que golpeó a Fabiana, Rodrigo fue a buscarla de inmediato para ajustar cuentas, así que al día siguiente, Adriana estaba ansiosa, esperando que él apareciera.
Pero pasó todo el día y no hubo rastro de Rodrigo.
Le resultó extraño, ¿Rodrigo estaba tan ocupado que no tenía tiempo para buscarla? ¿O Fabiana no había tenido tiempo de contarle lo sucedido?
A la mañana siguiente, tampoco hubo noticias, y Adriana pensó que el asunto había terminado, pero recibió una llamada de Fabiana.
“Adriana, ven a la casa de la familia Suárez, tengo algo importante que anunciar.”
Adriana se quedó perpleja, ¿Fabiana iba a la casa de la familia Suárez a anunciar algo, y era importante?
¿Quién era ella para anunciar algo en la casa de los Suárez?
Un poco inquieta, Adriana colgó el teléfono y condujo hacia la casa. Al entrar en la sala, se sorprendió al ver que estaba llena de gente.
Aquel día se parecía un poco a la fiesta de cumpleaños de Izan. Lorena, Izan, Mateo, Gloria, sus hijos, y casi todos los miembros importantes de la familia Suárez, estaban presentes.
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