Capítulo 145
Solo de pensar en que durante sus tres años de matrimonio, Adriana había estado con otro hombre a sus espaldas, y que probablemente después del divorcio iría a buscar a ese hombre, Rodrigo tuvo un oscuro pensamiento: no podía permitir que se saliera con la suya.
Rodrigo admitía para sí, que era una persona bastante desagradable; ya tenía a Fabiana, así que, en teoría, no era injusto que Adriana tuviera a Iván. Pero entonces pensó que se juntó con Fabiana por accidente, pero, ¿Adriana e Iván? ¿Acaso ella le había puesto los cuernos poco después de casarse?
Solo de pensar en eso, un sentimiento de frustración y humillación lo invadió. Cada vez que se imaginaba que durante todas las noches su esposa podría haber estado en los brazos de otro hombre, y que ahora quería estar con él abiertamente, Rodrigo no podía soportarlo.
No sabía por qué se había vuelto tan mezquino, cuando en realidad, ni siquiera le importaba su esposa y en su subconsciente, pensaba que le daba igual con quién estuviese. Pero al descubrir esa situación, no podía soportarlo, aunque solo fueran esposos de nombre. Por eso, aquella mañana, después de prepararse para salir a firmar los papeles del divorcio, no avanzó mucho antes de detenerse, pensó por un momento y volvió sobre sus pasos.
Tras la salida de Adriana, se sentó de nuevo, aflojó un poco la corbata y recordó la expresión de la chica, con los ojos abiertos, enojada, pero sin atreverse a decir nada. Así, su estado de ánimo mejoró un poco, encendió la computadora y continuó con su trabajo.
Después de salir furiosa del Grupo Suárez, Adriana se subió al auto, cada vez estaba más enojada. ¿Qué clase de persona era realmente Rodrigo?
Se dio cuenta de que quizás lo había malinterpretado antes. Según lo sabía de él, aunque Rodrigo no era un santo, al menos era razonable y justo, así que no podía calificarlo de malo. Pero el hombre con el que acababa de hablar, le había mostrado su lado más desagradable. Debería querer divorciarse rapidamente, ¿por qué no lo hacía? ¿Era por Iván? ¿Realmente pensaba que le había sido infiel y que solo él podía estar con otra persona y ella no? ¿Por eso estaba enojado y no la quería dejar libre?
Además, unos dias atrás, Rodrigo había irrumpido en su camerino y la había empujado contra la pared, aunque no le causó daño fisico, había dejado de lado su comportamiento habitual y se mostró muy autoritario.
Entonces, realmente parecia ser una persona bastante mala, solo que Adriana no había tenido suficiente contacto con el antes para conocer su verdadera naturaleza.
Ella llegó a casa con el corazón lleno de enojo, apenas se sentó en el sofá cuando sonó el timbre. Se asomó por la mirilla y vio que era Cecilia, así que le abrió la puerta.
¡Felicidades querida Adri, por recuperar su libertad! ¡Feliz soltería! ¡Viva la soltería!”
Cecilia entró con un ramo de rosas en un brazo y una botella de champán en la otra, dándole a Adriana un cálido abrazo al entrar
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Colocó las flores sobre el mueble de la entrada mientras decía: “Traje vino para que celebremos hoy. ¿Cocinamos algo aquí o salimos a comer?”
Al ver la expresión tan entusiasta de Cecilia, a Adriana le dieron ganas de llorar.
Fue entonces cuando Cecilia finalmente se dio cuenta de que algo no estaba bien con su amiga, y recordó que a Adriana le gustaba Rodrigo. ¿Cómo iba a estar bien después de divorciarse de él? ¿Qué estaba haciendo ella celebrando?
