Capítulo 185
La puerta se abrió rápidamente y Rodrigo apareció en el umbral.
Llevaba una bata negra, con el cinturón atado descuidadamente, revelando su pecho bien definido. La atmósfera se llenó de una intensa energía masculina, y Adriana inmediatamente bajó la cabeza diciendo: “Ya llegué.”
Rodrigo levantó su barbilla, sus ojos oscuros fijos en su rostro: “Llegas tarde.”
Adriana desvió la mirada y echó un vistazo a su teléfono: “Solo dos minutos tarde, ¿eso cuenta?”
“Por supuesto que cuenta.”
Rodrigo la atrajo hacia dentro, presionándola contra la puerta, con los brazos apoyados a ambos lados de su cuerpo: “¿Nunca has oído que el tiempo es oro?”
¡Qué sinvergüenza era ese hombre!
Adriana reflexionó y dijo: “La última vez que fuimos al registro civil para divorciarnos, me dejaste plantada sin decir una palabra. Esta vez fui yo la que llegó tarde, así que estamos a
mano.”
Rodrigo no esperaba que ella utilizara eso en su contra, por lo que quedó un poco sorprendido, luego esbozó una sonrisa: “Está bien, estamos a mano.”
En realidad, no tenía intención de complicarle la vida por esos dos minutos, solo quería bromear un poco.
La levantó en sus brazos y con unos cuantos pasos largos, entró en la habitación y la colocó en la suave cama.
Desde el momento en que la levantó, la mente de Adriana se quedó en blanco, todo sucedió tan rápido que cuando se dio cuenta, el cuerpo pesado del hombre ya la había cubierto. Rodrigo apoyó sus rodillas y codos al lado de su cuerpo. Parecía haberse duchado, el aroma del gel de baño y el champú mezclado con una cálida fragancia masculina era embriagador. Adriana se sentía un poco mareada.
Sin embargo, todo estaba sucediendo demasiado rápido y ella aún no había dicho lo que quería decir, ¿cómo pudo pasar eso?
“Rodrigo…”
Sus labios la silenciaron, interrumpiéndola.
Ese beso no fue tan brusco como los anteriores; era más bien delicado y suave, Rodrigo claramente lo disfrutaba.
Pero, después de todo, con una máscara de por medio, el placer era limitado. Pronto, él sintió que no era suficiente e intentó quitarle la máscara, lo cual asustó a Adriana, quien sujeto su mano: “¡Rodrigo!”
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Capítulo 185
El hombre levantó la cabeza con sus ojos ligeramente enrojecidos, mostrando un deseo insatisfecho: “¿Qué pasa, no quieres?”
Adriana se quedó atónita, sabía que él había visto sus fotos después de la desfiguración, las cicatrices eran feas, horribles, incluso a ella misma le repugnaban. Con el intelecto de Rodrigo, no podría haber olvidado tan rápido su verdadera apariencia, entonces, ¿por qué quería que se quitara la máscara?
Ella admitía que con la máscara puesta seguía siendo atractiva, así que era normal que él sintiera deseo por ella, pero sin la máscara, ¿no le parecía repugnante?
“Olvídalo.” Al verla un poco distraída, él pensó que no quería, así que no insistió y volvió a
besarla.
El cuerpo de Adriana ardía y estaba terriblemente sedienta. Sabía lo que deseaba y quería quitarse la máscara… pero eso no podía ser.
Empujó suavemente el rostro de Rodrigo, quien, siguiendo el empuje, se movió hacia su oreja y continuó besándola.
Adriana sentía un hormigueo en medio cuerpo y aferrándose a la ropa del hombre, dijo: “Rodrigo, hablemos.”
“¿De qué quieres hablar?” Preguntó sin levantar la cabeza.
Adriana miraba al techo oscuro, tratando de ignorar las sensaciones de su cuerpo.
“¿Puedo preguntarte por qué hiciste esa petición?”
“¿Por qué no habría de hacerlo?” Rodrigo preguntó rápidamente, “¿Qué tiene de malo que duerma con mi esposa?”
