Capítulo 200
Tras esas palabras, el rostro de Adriana se puso completamente rojo. Ese hombre que parecía tan serio durante el día, ¿cómo podía decir tales cosas por la noche?
“Pero ya aceptaste el divorcio.” Ella intentó empujarlo. “No hagas esto.”
Rodrigo levantó ligeramente la cabeza, sus ojos estaban un poco rojos, aunque era difícil de notar en la oscuridad.
“Estuve de acuerdo con el divorcio, basado en que pasaras la noche conmigo. La última vez nos interrumpieron, ahora que tenemos la oportunidad, ¿no deberíamos continuar?”
Aunque al escucharlas, sus palabras no parecían estar mal, Adriana sintió que había algo extraño en su lógica, pero estaba tan nerviosa que no podía pensar mucho, y mientras lo empujaba del hombro, dijo: “Pero ahora no quiero…”
“Yo sí quiero.” Rodrigo volvió a enterrar su rostro en el cálido cuello de ella, hablando en un tono bajo. “Adriana, te deseo.”
Ella estaba a punto de llorar; él realmente lo deseaba, ella podía sentirlo, pero, ¿tenía que hacerlo solo porque él quería?
“Rodrigo, por favor, no hagas esto…”
Adriana pensó que, al fin y al cabo, era una persona débil. De no ser así, se habría levantado y abofeteado a Rodrigo, considerando que él estaba herido y no podría defenderse. Pero era demasiado cobarde, no se atrevía a hacerlo.
Mordió sus labios, las lágrimas caían una a una sobre la almohada, mientras lloraba en
silencio.
Rodrigo levantó la mano y con la yema de los dedos le secó las lágrimas, deteniéndose.
¿Ella estaba llorando?
“¿Tanto así me rechazas?” Cuando volvió a hablar, su voz había perdido cualquier rastro de deseo, quedando solo frialdad.
Adriana negó con la cabeza, sin atreverse a decir directamente que lo rechazaba, solo murmuró: “Realmente no quiero.”
“¿Entonces con quién quieres estar, con Iván?” Aunque su tono parecía calmado, había una corriente de locura y peligro escondida que la dejó asustada.
La lógica de Rodrigo era realmente extraña, aunque ella no quería estar con Iván de esa manera, desde su punto de vista, ellos eran pareja, así que querer estar con Iván era lo normal, ¿no? ¿Por qué preguntar eso?
Rodrigo tenía un coeficiente intelectual bastante alto, así que no era posible que no entendiera algo tan simple. ¿Estaba tan mal de la cabeza como para preguntar eso?
Capítulo 200
Sin embargo, no podía decir eso en voz alta, así que Adriana mordió sus labios y dijo: “Rodrigo, hoy aceptaste el divorcio, incluso si no… no hacemos esto, igual nos vamos a divorciar, no puedes faltar a tu palabra, ¿verdad?”
Rodrigo levantó su barbilla y como si fuera lo más obvio del mundo, preguntó. “¿Por qué no podría faltar a mi palabra?”
Adriana estaba tan sorprendida por su descaro que no pudo decir nada, con la boca ligeramente abierta. Unos segundos después, murmuró: “Eres un verdadero sinvergüenza.”
Rodrigo no esperaba que ella lo describiera así. Bajó la cabeza, apoyó su frente en el hombro de Adriana y soltó una risa baja. “Está bien. Si no quieres, no lo haremos.”
Por alguna razón, el ánimo de Rodrigo mejoró un poco. Dejó de molestar a Adriana, se bajó de la cama, regresó a su propio lugar y se acostó.
Al ver que Rodrigo se retiraba como si nada, Adriana estaba un poco incrédula. El comportamiento de Rodrigo fue terriblemente extraño. Primero la había buscado sin razón aparente, luego se había marchado igual rápido como llegó.
Dicen que el corazón de las mujeres es un misterio, pero ahora pensaba que el de los hombres también lo era. Afortunadamente, el asunto pasó, y él no parecía ser completamente irracional. Adriana esperó un momento, cuando vio que él dormía, cerró los ojos para dormir.
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