Capítulo 201
A la mañana siguiente, Adriana se levantó con la intención de salir a comprar comida, pero César la sorprendió llevándosela directamente, además, era una porción doble, así que compartió el desayuno con Rodrigo.
Ese día, decidió no ir al set de filmación para evitar que Rodrigo la acusara de no cuidarlo bien, y usar eso como un arma para amenazarla con no divorciarse. Para no darle a ninguna excusa, permaneció en la habitación del hospital. Si Rodrigo necesitaba algo, ella lo ayudaba; si no, se dedicaba a leer. Así pasó la mañana y llegó la tarde, hasta que de repente, apareció una
visitante.
Fabiana entró con una carpeta en la mano, saludó a Adriana con un leve gesto de cabeza, luego se dirigió a Rodrigo con alegría: “Hoy fui a hacerme un chequeo prenatal.”
Al escuchar las palabras “chequeo prenatal“, la habitación quedó en silencio por un instante. Desde el día anterior, prácticamente Adriana y Rodrigo habían estado solos en la habitación. Él había insistido en que ella se quedara allí como esposa, y después de lo sucedido la noche anterior, había un toque de ambigüedad entre ellos.
Sin embargo, la llegada de Fabiana y la mención del “chequeo prenatal” disiparon rápidamente esa ambigüedad, congelando un poco la atmósfera y haciéndola un tanto opresiva.
Ajena a todo, Fabiana continuó: “El bebé está en perfectas condiciones, estoy segura de que nacerá saludable, Rodrigo, mira esto…”
Fabiana sacó un documento y se lo entregó.
Él bajó la mirada y después de un par de segundos, lo tomó y revisó de arriba a abajo. Estaba sentado en la cama del hospital, y el resplandor dorado del atardecer lo envolvía, dándole un aire más suave que de costumbre.
Fabiana acariciaba suavemente su vientre plano, con una sonrisa gentil en su rostro. La atmósfera entre ambos era tan armoniosa y natural que parecía un sacrilegio interrumpirla.
Adriana ya no quería estar allí, así que salió discretamente de la habitación. Paseó un rato por el jardín trasero, dejando que el aire frío despejara su mente un poco, pero aún sentía una opresión en el pecho, como si una piedra pesada descansara sobre él, sin poder moverla.
En ese momento, una figura familiar apareció al final del jardín, era Fabiana, con su vestido rojo, seductor y elegante, incluso estando embarazada.
Se acercó a Adriana con una sonrisa leve, adoptando una actitud de la dueña de casa: “Adriana, gracias por cuidar de Rodrigo. He oído que solías llevarle comida a menudo. Supongo que se ha acostumbrado a tus cuidados, por eso te pidió que vinieras, pero no vayas a malinterpretar las cosas.”
Aunque las palabras de Fabiana sonaban amables, su tono estaba cargado de arrogancia y burla, lo que hizo que Adriana apretara los puños. “Todo eso ya lo sé, no necesitas recordármelo.”
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Capitulo 201
Adriana ya sentía que Rodrigo estaba jugando con ella, y después de escuchar a Fabiana, se sintió usada como una sirvienta, pero incluso las sirvientas recibían un pago. De repente, recordó que Rodrigo le había dado una tarjeta, debía averiguar cuánto dinero contenía.
Sin más, se dio la vuelta para irse, dejando a Fabiana sorprendida, quien exclamó: “¿A dónde vas?”
“No es asunto tuyo.”
Adriana no sabía por qué la buscaba Fabiana, pero no tenía ninguna obligación de conversar con ella. Con un tono indiferente, respondió y se marchó.
Fabiana observó su espalda, con una mirada oscura, sin decir nada.
Poco después, Adriana llegó a un banco, insertó la tarjeta en un cajero automático, realizó unas operaciones y se sorprendió al ver que el saldo era de cuatro millones de dólares. Sus ojos se abrieron de par en par.