Capítulo 219
Pero ella también sabía manejarse en sociedad y entendía que mostrar su descontento solo daría motivos para que otros se rieran de ella. Por eso, no solo debía evitar mostrarse descontenta, sino que también tenía que encontrar la manera de resolver la situación.
Se esforzó por reprimir su enfado y sonrió diciendo: “En realidad, Mohamed no está equivocado. Iván realmente cuida mucho de la Srta. Noriega, todos lo hemos notado. Pero mi Rodrigo es un hombre más reservado, y nunca ha sido bueno cuidando de los demás. La verdad es que me dio un poco de envidia ver cómo Iván cuidaba de la Srta. Noriega.”
Al escuchar a Fabiana, Owen suspiró aliviado y siguió la conversación de Fabiana con un par de comentarios y algunos cumplidos.
Fabiana aceptó sus palabras amables, luego miró a Adriana, medio en broma y medio en serio, al decir: “Iván es realmente genial, pero escuché que ustedes solo son amigos de la infancia, ¿no? ¿No has considerado estar con él?”
Adriana había publicado una foto con Iván en sus redes sociales, pero después de divorciarse, la eliminó diciendo que actualmente estaba soltera y que había publicado la foto de Iván solo porque había perdido en un juego. Así que todos sabían que ellos solo eran amigos.
“No lo considero.” Adriana negó con la cabeza y dijo: “Somos amigos desde la infancia, no vamos a tener una relación amorosa.”
No se dio cuenta de que al decir eso, Iván la miró con descontento.
Ella seguía observando un plato de ensalada frente a ella, pensando en cuándo terminaría aquella aburrida cena.
Sin cambiar su expresión, Fabiana sonrió y dijo: “No importa si son amigos, con el tiempo podrían convertirse en pareja, ¿no?”
Después de decir eso, se tapó la boca y rio, como si pensara que lo que había dicho tenía mucho sentido, pero el rostro de Adriana mostró una expresión menos amigable.
Para ella, Iván era más un familiar que un amigo y cada vez que alguien intentaba emparejarla con Iván, sentía como si le propusieran un “incesto“, lo cual le resultaba realmente repulsivo.
Con esa sensación de fastidio, soltó esa frase directamente. “Srta. Martínez, no todos están pensando en el amor.”
La sonrisa de Fabiana se detuvo y el ambiente se tornó algo incómodo de nuevo. Rodrigo no dijo una palabra, pero no dejó de mirar a Adriana, con un semblante medio serio, sin que se pudiera adivinar en qué pensaba. Iván mantenía una ligera sonrisa, una expresión ambigua, diferente a la de Rodrigo, pero igualmente difícil de leer. Si ellos dos no decían nada, mucho menos lo harían los demás en la mesa.
Parecía
que
Adriana y Fabiana estaban en un duelo verbal, o quizá Fabiana no dejaba de hablar con Adriana, mientras que los dos hombres observaban en silencio, encontrando más
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entretenimiento en eso que en la comida y el vino.
“¿Está molesta la Srta. Noriega?” Preguntó Fabiana, dejando los cubiertos a un lado y sonriendo. “Es cierto, no todos están pensando en el amor, pero una buena relación es importante. Todos necesitamos encontrar a nuestro verdadero amor, ¿no es así? ¿Estás insinuando que no planeas casarte?”
Adriana respondió con calma. “No, no pienso casarme.”
Aunque la mayoría todavía se casaba y tenía hijos, cada vez más personas elegían no hacerlo, por lo que las palabras de Adriana no eran tan sorprendentes, y nadie las encontró inapropiadas. Pero, por otro lado, su exmarido, de quien se acababa de divorciar, aún estaba sentado en la mesa.
