Capítulo 226
La conversación se cortó de repente, y el teléfono de Adriana se quedó en silencio.
Ella miró la pantalla apagada del teléfono, totalmente sorprendida, ¿de verdad se había quedado sin batería tan rápido?
Al instante, un pensamiento la invadió, llenándola de un miedo terrible; si Rodrigo no la hubiera llamado, y ella no hubiera pensado a quién pedirle ayuda, ¿en esos pocos minutos de duda, el teléfono se habría apagado por completo? ¿Y entonces, estaría sola en ese agujero en el jardín de piedras, donde nadie podría encontrarla, muriendo de hambre? ¿Décadas después, alguien
encontraría sus restos?
¡Alto, alto, no podía seguir pensando en eso!
Adriana notó que sus manos y pies estaban entumecidos, un sudor frío le corría por la frente, mostrando lo aterrorizada que estaba por el escenario que se había imaginado.
No obstante, se sentó, esperando pacientemente a que Rodrigo viniera a rescatarla.
Pero entonces, recordó algo importante, mientras ella gritaba sobre su situación, ¿él habría escuchado lo que dijo?
Y aunque lo hubiera escuchado, ¿realmente vendría a salvarla?
Después de todo, ya estaban divorciados, no había ningún interés entre Rodrigo y ella, ¿y si él no quisiera venir a salvarla? ¿O qué tal si Fabiana estaba al lado de Rodrigo, escuchó sus palabras, y lo detuvo de venir a rescatarla? ¿O si Rodrigo venía, pero no podía encontrarla? ¿Qué haría entonces?
Su mente se llenó con docenas de posibilidades, ninguna buena, por lo que el terror que había logrado suprimir volvió a surgir. Mordió sus labios con fuerza y dio vueltas en el lugar, imaginando las posibles consecuencias, asustándose más y más.
Ahora que el teléfono estaba muerto, solo podía ver un pequeño agujero en el techo, y el silencio a su alrededor era tal que, podía oírse caer un alfiler. Estaba aterrorizada, esa sensación de no saber cuándo podría salir, o incluso si podría salir, la atrapaba, haciendo que cada segundo se sintiera como una eternidad.
No supo cuánto tiempo había pasado, pero de repente, sintió algo frío en su cara, y al tocarse, se dio cuenta de que estaba llorando.
¡No, no, no podía llorar, eso consumiría su energía!
Aunque Adriana era miedosa, no era completamente pesimista. Se esforzó por recordar ejemplos de personas que habían sido rescatadas después de terremotos o tsunamis, y se dijo
a sí misma que pronto la rescatarían. ¿Cómo podría morir allí siendo tan joven?
Finalmente era hermosa, había recuperado su tez y apenas había podido salir a disfrutar, además, estaba embarazada, no podía morir ahí.
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Capitulo 226
A pesar de intentar animarse, sus piernas seguían temblando. No era solo por el miedo, sino también porque era otoño y la temperatura había bajado. La temperatura en el agujero era más baja que afuera, así que realmente tenía frío. Se sentó en el suelo con las rodillas juntas, colocando la cabeza entre ellas y finalmente, no pudo evitarlo, lloró en silencio.
¿Qué hora era?
No llevaba reloj y su teléfono estaba apagado, ni siquiera sabía la hora.
Todos esos rescates de terremotos o tsunamis eran casos excepcionales, y por eso eran noticia. Las personas que morían no aparecían en los reportajes, así que la esperanza de ser rescatada era mínima, ¿verdad? ¿Realmente iba a morir allí?
Una vez que el pensamiento pesimista surgió, creció en su mente. Poco a poco, sintió que realmente moriría allí ese día, y su llanto silencioso comenzó a aumentar.
“Adriana, ¿estás aquí?”
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