Capítulo 250
Ella cerró la puerta de la suite de golpe y continuó: “Cecilia no quiere salir ahora, así que por favor, Sr. Iglesias, no entre. De todos modos, todavía hay tiempo antes de que comience el evento. Siempre y cuando no molesten a Cecilia, el resto no me importa.”
Rubén estaba realmente enfadado. No podía creer que Adriana, una persona tan sumisa, mostrara tal firmeza en ese momento. Sus ojos se oscurecieron poco a poco y dio dos pasos hacia adelante, decidido a abrir la puerta por la fuerza.
De repente, una mano se extendió y agarró su muñeca.
“Rubén, cálmate. Si ella no quiere salir ahora, déjala tranquila un rato.” Dijo Rodrigo, que estaba a su lado.
Rubén giró la cabeza, mirándolo con sorpresa. ¿Lo había oído mal? ¿Rodrigo realmente lo estaba disuadiendo? Él debería estar de su lado, ¿por qué lo estaba deteniendo?
De repente, se le ocurrió algo y miró a Adriana con incredulidad.
¿Podría ser que, aunque ya se habían divorciado, Adriana seguía teniendo una relación cercana con Eric Suárez, y Rodrigo estaba ayudando a su abuelo a cuidar de ella, por lo que no le gustaba ver que él la presionara?
Rubén frunció ligeramente el ceño y bajó la voz: “Rodrigo, ¿estás apoyando a Adriana? Mira la hora que es, si Cecilia no sale a prepararse ahora, no habrá tiempo.”
Aunque bajó intencionadamente la voz, el entorno estaba tan tranquilo que Adriana escuchó las palabras de Rubén.
Ella inquirió: “¿Y qué si no hay tiempo para prepararse? Incluso si quedan cinco o diez minutos, Ceci puede salir y arreglarse. La cuestión es si se arreglará bien o mal. Por supuesto, Sr. Iglesias, entiendo que usted piensa que Cecilia debe arreglarse bien para que la familia Iglesias luzca bien, pero no olvide que al invitar a Dolores, esta boda ya no podrá ser tan decorosa. La quiere arreglada como una flor para la familia Iglesias, pero en realidad, todos ven la decadencia detrás de sus apariencias.”
Esas palabras fueron bastante duras, y el enojo se reflejó en los ojos de Rubén, quien irradiaba una fría ira. Si no fuera por la relación de Adriana con la familia Suárez, y porque era una mujer, podría haber perdido los estribos.
Adriana estaba bastante asustada un momento atrás, pero quizás porque Rodrigo estaba a su lado, no tenía tanto miedo y declaró con firmeza: “¿Cree que mis palabras son duras? Pero son la verdad. El respeto no lo da nadie, se lo gana uno mismo… Sr. Iglesias, he dicho lo que tenía que decir, me voy a descansar.”
Dicho eso, abrió la puerta de la suite, entró y cerró la puerta con un clic, regresando al dormitorio.
Ella pensó un momento y finalmente, le envió un mensaje a su amiga: [Ceci, la maquilladora
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está afuera esperando. ¿Cuándo piensas salir para maquillarte? Tal vez no haya suficiente tiempo.]
Cecilia no le respondió. Adriana lo pensó, pero decidió no llamarla, dejando todo a la voluntad de Cecilia.
Así pasó el tiempo hasta las diez, once, y no había noticias de Cecilia. Rubén ya no pudo contenerse y comenzó a golpear la puerta, algunas personas de la familia Lández también se
acercaron a llamar.
Adriana recibió innumerables llamadas, pero las ignoró, se puso auriculares y se dispuso a leer un libro en su habitación.
Durante ese tiempo, fue a tocar la puerta del dormitorio de Cecilia y le dijo algunas palabras, pero su amiga no le respondió.
Adriana estaba preocupada, pero creía que Cecilia era una persona fuerte por dentro, y que cada una de sus acciones tenía un propósito. Así que decidió confiar en ella y finalmente, no
intervino más.
Así fue como llegaron las once y media, quedando solo media hora para la cena. Afuera, los golpes en la puerta eran realmente fuertes, incluso había alguien amenazando con patearla. Adriana finalmente no pudo soportarlo más y salió a abrir la puerta de la suite.
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