Capítulo 260
Viendo a Rodrigo con un rostro serio mientras le explicaba la situación al médico, la mente de Fabiana trabajaba a toda velocidad.
Parecía que Rodrigo realmente tenía algún interés en Adriana, aunque no estaba claro el motivo exacto, tenía que aceptar ese hecho. Por lo tanto, debía cambiar de estrategia.
Pensó un momento y cuando el hombre colgó el teléfono, le preguntó: “Rodrigo, ¿tienes algún interés en la Srta. Noriega?”
Con una expresión fría, él replicó: “Eso no es asunto tuyo.”
Fabiana mordió sus labios, sintiendo un odio aún más profundo hacia Adriana. Levantó la cabeza, forzando una sonrisa y dijo: “Reaccioné de manera demasiado fuerte antes, no era mi intención interferir…”
Rodrigo asintió, manteniendo su frialdad: “El médico vendrá pronto, saldré a recibirlo, tú descansa.”
Rodrigo salió, recibió al médico de cabecera de Fabiana, luego dejó el cuarto, quedándose de pie en la puerta. Miró en dirección al pasillo, con la mirada cada vez más perdida, como si su mente vagara muy lejos.
Después de un rato, el médico salió y Rodrigo le preguntó: “¿Cómo está?”
“Sr. Suárez, no tiene de qué preocuparse, la Srta. Martínez no tiene nada serio, solo algunas contracciones. Le receté algunas de hormonas para proteger el embarazo, solo necesita tomarlas a tiempo durante unos días.”
“Entiendo.” Rodrigo asintió, “Lo acompañaré a la salida.”
Después de despedir al médico, regresó al cuarto de Fabiana para asegurarse de
que realmente no tenía problemas, luego volvió a su propia habitación. Tras todo ese ajetreo, ya casi era de madrugada. Miró la pantalla de su teléfono donde se mostraba el contacto de Adriana, sintiendo ganas de llamarla para preguntar qué estaba haciendo, pero temía que ya estuviera descansando, así que no hizo la llamada.
Finalmente, Rodrigo apagó su teléfono, se dio una ducha rápida y se acostó, mirando el techo oscuro mientras pensaba en los eventos del día, hasta que finalmente se durmió pasada la medianoche.
***
Por fin llegó el día de la boda de Cecilia y Rubén.
La familia Iglesias era la segunda familia más influyente en Solara, solo detrás de los Suárez, además, los Lández también tenían un respaldo considerable. La unión de ambas familias era un evento de gran magnitud, y la boda, naturalmente, sería espectacular.
Adriana y Rodrigo, como dama de honor y padrino de la boda, llegaron temprano para estar al
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Capitulo 260
lado de la novia y el novio antes de que comenzara la ceremonia. Como los novios no podían verse antes del evento, Adriana no se encontró con Rodrigo, pero cuando la ceremonia comenzó, sí lo vio.
Recordó lo ocurrido la noche anterior y se sintió tan incómoda que deseó poder esconderse, pero gracias a la mascarilla que llevaba puesta, nadie podía ver su expresión. Inmediatamente desvió la mirada, pretendiendo que nada había pasado, aunque notó que Rodrigo la miró varias veces, sin saber qué estaría pensando.
Adriana intentó desechar esos pensamientos, queriendo felicitar a su amiga, pero al recordar los problemas entre Cecilia y Rubén, se sintió incapaz de hacerlo, lo que la hizo sentir un poco
frustrada.
Pronto, la ceremonia llegó a la parte final y fue el momento de lanzar el ramo. Cecilia tomó el micrófono del maestro de ceremonias para decir: “No voy a lanzar el ramo, quiero dárselo directamente a mi dama de honor, mi mejor amiga, Adriana.”
Eso era parte de un plan previamente acordado. Adriana subió al escenario con tranquilidad mientras todos aplaudían. Cecilia, vestida con un majestuoso vestido de novia, le entregó el ramo y dijo:
“Adri, ya sea que te cases o permanezcas soltera, debes ser siempre feliz y amarte a ti misma siempre, recuerda que tú eres lo más importante.”