Capítulo 272
Rubén rodeó la cintura de Cecilia y entraron juntos, mientras Adriana les echaba un vistazo por detrás y continuaba recibiendo a los invitados.
“¡Bárbara, por fin te encuentro!” Exclamó una voz femenina antes de que su dueña llegara. Una mujer de veintitantos años, vestida con un elegante vestido color champán, se acercó y tomó del brazo a Bárbara.
Esa mujer tenía una apariencia más bien promedio, aunque su maquillaje era bastante cargado. Su expresión era altiva y al estar junto a Bárbara, parecían hermanas, combinaban muy bien.
Al ver a la mujer, Adriana frunció el ceño y desvió la mirada para evitarla.
“¡Vaya, si es la señorita Adriana! ¿Qué te trae por aquí?” Preguntó la mujer, alzando la mano en un saludo exagerado al acercarse a Adriana, quien había girado para no verla.
La mujer inspeccionó a Adriana de arriba abajo, deteniéndose en la mascarilla que cubría su rostro, por lo que su mirada se llenó de burla.
“¿Otra vez con mascarilla? Ni en la fiesta de tu padre muestras la cara, eso sí que es falta de educación.”
Con su tono exagerado y afectado, las palabras de la mujer hicieron que los ojos de Adriana se endurecieran: “Valeria Gómez, ¿buscas problemas?”
Valeria se sorprendió momentáneamente, levantando una ceja: “Vaya, ¿desde cuándo la niña sumisa se atreve a responder? Parece que los tiempos cambian.”
Valeria era la hija mayor de la familia Gómez y una amiga íntima de Bárbara. En el pasado, cuando Adriana vivía con los Noriega, solía ser el blanco de las burlas de ambas, y no había olvidado esos momentos.
Bárbara se acercó a su amiga, cubriendo su boca con una mano para reír: “¿Valeria, qué haces? ¿Olvidaste cómo se ve la cara de Adriana? Si se quita la mascarilla, podría asustar a nuestros invitados, eso sería aún más grosero.”
“Jaja, es verdad“. Rieron juntas Valeria y Bárbara, mirando a Adriana con desprecio.
Los demás invitados que escuchaban, también se detuvieron para observar la escena con burla, por lo que las manos de Adriana se cerraron lentamente en puños.
Con una mirada fija en ellas, dijo: “Bárbara, Valeria, si no saben hablar como personas civilizadas, háganmelo saber antes, para no tener que soportarlas.”
La sonrisa de Valeria desapareció. “¿Qué insinúas? ¿Te atreves a insultarme?”
Para Valeria, Adriana siempre había sido una persona sumisa que no se atrevía a levantar la
voz. Además, había escuchado que se había divorciado recientemente, lo que debería haberla hecho aún más sumisa, pero ahora su actitud era desafiante.
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Capítulo 272
“Sí, te insulto, ¿y qué? Esta es mi casa. Si no me atrevo a insultarte, me atreveré a golpearte. ¿Quieres comprobarlo?”
Con una mirada fría y palabras contundentes, Adriana dejó a Valeria boquiabierta, dudando de lo que acababa de oír.
Bárbara, que ya había experimentado la mordacidad de Adriana, sonrió con frialdad: “Atrévete a golpearla y verás. Hoy es la celebración de papá, y si haces un escándalo en su fiesta, te
odiará.”
Adriana sabía que Bárbara tenía razón. Vicente era un hombre que valoraba su reputación por encima de todo, y si supiera que su hija causó un escándalo en su fiesta de cumpleaños, la despreciaría. Sin embargo, frente a las provocaciones de Bárbara y Valeria, no se quedaría sin
respuesta.
“Valeria, ¿estás comprometida, verdad? ¿Qué pasaría si tu futura familia política se enterara de tu pequeño escándalo con el chofer? ¿Podrías casarte?”
La ira brilló en los ojos de Valeria: “¿Qué insinúas, Adriana?”
“Solo lo que acabo de decir.”
“¿Me estás amenazando?” Aunque inicialmente nerviosa, Valeria recuperó rápidamente la
compostura.