Capítulo 278
“No, esto no puede ser, ¿cómo es posible que él haya venido?”
El humo denso invadió sus pulmones y el aliento se le escapaba poco a poco. Justo antes de perder el conocimiento, Adriana creyó ver una ilusión. Luego sintió algo presionando contra su piel, como si no fuera fuego sino el calor de un cuerpo humano. Entonces, todo se volvió
Oscuro.
***
En el hospital, apenas recobró la conciencia, un fuerte olor a desinfectante llegó a su nariz. Adriana abrió los ojos y movió el cuerpo instintivamente, lo que le provocó un dolor agudo y la hizo fruncir el ceño.
“Adri, ¿estás despierta?” Escuchó una voz familiar, “¿Cómo te sientes?”
Ella abrió un poco más los ojos y vio el rostro preocupado de Cecilia mirándola desde arriba.
“Yo…”
Apenas había pronunciado una palabra cuando comenzó a toser desesperadamente, por lo que Cecilia le acercó un vaso de agua con rapidez y la ayudó a beber.
Después de beber el agua, Adriana sintió su garganta más aliviada y pudo decir: “Estoy bien, ¿estoy en el hospital?”
“Sí, ya estás a salvo. El doctor dijo que encontraste un rincón donde el fuego no te alcanzó, así que no sufriste heridas externas, pero inhalaste algo de humo. Puede que sientas molestias en los pulmones estos días, pero con un tratamiento estarás bien. ¿Te duelen los pulmones?”
“Un poco, al respirar profundamente, pero si respiro con suavidad está bien.”
Después de esas palabras, Adriana se despejó y recordó lo que había ocurrido antes de desmayarse. Con la ayuda de Cecilia, se incorporó lentamente, con el ceño ligeramente fruncido.
En la habitación solo estaban Cecilia y Rubén, quien estaba sentado en el sofá y se sostenía la
frente mientras las observaba hablar.
Sin embargo, Cecilia no le prestó atención y algo nerviosa, preguntó: “¿Qué pasó realmente? Estabas en la ducha y de repente, empezó el fuego. La policía todavía está investigando la fuente, pero no hay noticias aún.”
Sentada en la cama, Adriana recordó la situación y lentamente dijo: “Entré al baño para ducharme, apenas me estaba desvistiendo cuando algo explotó a mi lado, parecía un contenedor de plástico. De inmediato, el fuego se esparció rápidamente, fue muy aterrador. Lo extraño es que el sonido de la explosión fue muy leve y como el baño estaba en silencio, lo escuché, pero si hubiese estado escuchando música no lo habría oído.”
“¿No hubo sonido?” Cecilia frunció el ceño, “Debe haber tenido un dispositivo silenciador. Quien
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lo hizo quería hacerte daño, ¿quién podría querer lastimarte?”
El rostro de Cecilia se ensombreció, sus ojos reflejaban una profunda oscuridad.
El semblante de Adriana también se ensombreció mientras pensaba en algunos nombres y sus ojos se volvían cada vez más oscuros.
De repente, recordó algo y se alarmó: “Por suerte fui yo quien se duchó primero. Si hubieras
sido tú…”
El solo pensar en las consecuencias hizo que un sudor frío recorriera su espalda.
Cecilia ya había considerado eso, con los dientes apretados dijo: “¡Quienquiera que fuera realmente quería matarte! Si no hubiera estado contigo y alertado a los demás al ver el fuego,
habrías muerto.”
Adriana asintió: “Sí, ¿quién podría querer matarme?”
“Cof cof.”
Rubén tosió un par de veces y se acercó, con seriedad dijo: “¿Ya han terminado? Rodrigo todavía está en cama.”
¿Rodrigo?
Adriana recordó lo que había sucedido antes de desmayarse y se estremeció. En el momento en que el humo la estaba asfixiando, en medio de su confusión, creyó ver una figura familiar atravesando las llamas para protegerla.
