Capítulo 299
Rodrigo debía de haber visto el rostro de Adriana para que le gustara tanto, de lo contrario Rubén no podía imaginarse la razón por la que su amigo se sentía atraído por ella.
“No.” Rodrigo negó con la cabeza.
Rubén se quedó pasmado.
Rodrigo no era de los que mentían, especialmente en algo tan innecesario como eso. Incrédulo, Rubén exclamó: “¿De verdad te gustaba sin haber visto su cara? ¿Cómo es posible que te gustara cuando creías que estaba desfigurada?”
Rodrigo le lanzó una mirada fría, por lo que se calló de inmediato. Vaya, ahora que la estaba defendiendo, ni siquiera podía hablar de eso.
Se sentó en el sofá, se sirvió una taza de café y mientras bebía, le hizo otra pregunta. “¿Y cómo te sientes ahora que viste el rostro de Adriana?”
Rodrigo, apoyado en el marco de la puerta, no mostró ninguna expresión en su rostro apuesto, pero dijo algo que dejó a Rubén boquiabierto: “Desde que vi su cara durante el día, mi corazón no ha dejado de latir muy rápido y aún no se ha calmado.”
Rubén escupió el café que se estaba bebiendo.
“Ya casi tienes treinta años, compañero, no digas cosas así, que me dan escalofríos, ¿vale?”
Al escuchar esto, Rodrigo le lanzó otra mirada, luego desvió la vista, ignorándolo por completo.
Rubén recordó los eventos recientes y el rostro de Adriana que había visto por primera vez. De repente, le pareció todo algo ridículo y soltó una carcajada.
“Está bien, analízalo tú solo, yo me voy.”
Si llegaba tarde, Cecilia pensaría que había ido a ver a Dolores, así que era mejor regresar a casa pronto.
***
Aquel día, después de caer en el lago helado, Adriana estaba un poco preocupada por su bebé, así que quería ir al médico, pero no se atrevía a hacerse una revisión en el hospital general. Esperó a que la persona que la acompañaba por la noche se fuera y fingiendo que regresaba a casa, en realidad fue a una clínica de maternidad en secreto.
Después de la revisión, el doctor le aseguró que el bebé estaba bien, lo que la tranquilizó. Sin embargo, al llegar a casa, recordó que en teoría no podía quitarse la mascarilla todavía, pero ese día no solo se la había quitado, sino que su piel había estado en contacto con el agua sucia del lago. Inquieta, llamó a su dermatólogo.
“En realidad, ya casi puedes dejar de usar la mascarilla, aunque no por completo,” le dijo el médico tras escuchar su relato. “Lo mejor es que la lleves unas cinco horas al día y el resto del tiempo dejes que la piel respire. En un mes podrás dejar de usarla por completo. En cuanto al
03.20
Capítulo 299
agua del lago, no te preocupes, tu piel ya es como cualquier otra, por lo que un poco de suciedad no le hará daño.”
Al escuchar eso, Adriana finalmente se tranquilizó.
Aunque quitarse la mascarilla le resultaba algo incómodo, también le hacía feliz,
especialmente después de que Owen y los demás la elogiaron.
Ser una persona atractiva es una alegría, pensó. Ya que el médico le dijo que podía quitársela, decidió aprovechar la oportunidad para empezar su nueva vida.
Al día siguiente, Adriana fue al set sin la mascarilla, y apenas cruzó la entrada, todos se acercaron a admirarla.
Muchos actores jóvenes corrieron hacia ella, llamándola “amiga” y comentando lo guapa que era, sugiriéndole que dejara de ser guionista y se convirtiera en actriz.
Adriana, sonriendo, bromeó con ellos un rato antes de regresar a su camerino. La felicidad de quitarse la mascarilla fue mayor de lo que había imaginado. Tarareando una melodía, se sentó frente a la computadora para trabajar en el guion.