Capítulo 31
Con el carácter de Adriana, era difícil creer que pudiera hacer algo así.
Ella le dio unas palmaditas en el hombro a Cecilia, tratando de consolarla mientras pensaba que, dado el estado emocional en que se encontraba, sería mejor posponer la noticia de su embarazo para otro momento.
Una hora después, Adriana dejó el apartamento. Al salir, vio una figura alta y esbelta apoyada en la pared más cercana. Un par de ojos oscuros y profundos la observaban, en el oscuro pasillo resultaba un poco aterrador. Adriana se sobresaltó, no esperaba que Rodrigo todavía estuviera allí, mirándola con esa frialdad que hería.
Justo cuando le iba a preguntar qué pasaba, Rodrigo le tomó la muñeca y dijo: “Tengo algo que decirte“.
Entonces la arrastró hacia abajo. Con un golpe, Rodrigo abrió la puerta del auto y de manera algo brusca, empujó a Adriana dentro. Luego, también se sentó en el auto, cerró la puerta y con una mirada sombría, dijo: “¿No quieres divorciarte?”
¿Qué era eso?
Adriana replicó de inmediato. “¡No es cierto!”
Rodrigo no dijo nada, solo sacó su teléfono y con sus largos dedos, hizo un par de movimientos.
Un segundo después, una voz familiar comenzó a sonar desde el dispositivo, dejando a Adriana atónita; era la grabación de ella diciéndole a Fabiana que en efecto no quería divorciarse de Rodrigo, ¿cómo había obtenido esa grabación?
Al instante, sintió un escalofrío recorrer su espalda, como si el espacio en el auto se redujera y apenas pudiera respirar, pero explicó rápidamente
“¡Eso fue porque Fabiana me provocó y calumnió otra vez! Lo dije en un momento de ira. Lo dije solo para molestar a Fabiana, pero no es verdad. ¡De verdad quiero divorciarme!” Añadió Adriana, un poco nerviosa. “Y esta grabación está incompleta, no incluye lo que dije antes, son solo fragmentos, ¡no es la verdad!”
Adriana estaba ansiosa por aclarar la situación. Ahora odiaba a Fabiana y también a la persona que había grabado sus palabras para enviárselas a Rodrigo, ¿quién podría haber hecho eso?
Rodrigo estaba sentado a contraluz, y en el tenue interior del auto, Adriana no podía distinguir su expresión, solo sentía que su silueta se volvía cada vez más rígida, su voz más fría.
“Adriana, no me importa si lo que dices es verdad o no, tampoco tengo el tiempo ni el deseo de averiguarlo. Solo te informo que he vuelto a presentar el acuerdo de divorcio. En un mes, definitivamente estaremos divorciados.”
Aunque esa frase no contenía palabras irrespetuosas ni insinuaciones, ¿por qué la hicieron
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Capitulo 31
sentir fría de pies a cabeza?
Adriana bajó la cabeza, apretando el borde de su falda con algo de temblor, pensó que preferiría que Rodrigo la confrontara con enojo, eso sería más fácil de soportar que su indiferencia actual.
“Lo entiendo,” dijo en voz baja, “en un mes nos divorciaremos y no habrá errores de mi parte, puedes estar tranquilo.”
Después de decir eso, ya no pudo soportar el ambiente opresivo del auto. Sentía que el aire allí se volvía cada vez más escaso, la temperatura a su alrededor disminuía, y no podía quedarse un segundo más, así que abrió la puerta y se fue.
Rodrigo la vio alejarse y lentamente retiró la mirada, entonces condujo de regreso a la oficina.
Entró en la oficina del director ejecutivo, sintiendo como si tuviera una piedra en el pecho que no podía mover. Se aflojó la corbata, frente a él había documentos en francés, los entendía todos, pero no podía concentrarse en ninguno. En su mente, solo estaba la imagen de Adriana en su último encuentro.
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