Atrapado en su Novela 314

Capítulo 314 

“Acabo de enterarme de la situación de Rubén y Cecilia. Parece que tu amiga no lo ha pasado bien todos estos años. ¿También fue así para ti durante los tres años de nuestro matrimonio?” 

Adriana no esperaba que Rodrigo le hiciera esa pregunta. ¿Cómo debía responderle? 

Desde el punto de vista emocional, obviamente que no la pasó bien, pero en realidad, fue solo 

un contrato. 

Rodrigo levantó su barbilla para que lo mirara, esperando su respuesta. Ese gesto fue algo ambiguo y ya había gente mirándolos. 

Adriana inmediatamente apartó su mano y retrocedió un par de pasos, diciendo en voz baja: “Más o menos. En ese entonces no pude obtener lo que quería, pero ya ha pasado.” 

Rodrigo negó con la cabeza; para él, eso no era algo fácil de superar, ya que sentía algo por Adriana, y esas cosas no se superaban fácilmente. 

“Fue mi culpa, te hice pasar malos momentos.” Sus palabras fueron bajas y pausadas, como el sonido de un violonchelo resonando lentamente, haciendo que el corazón de Adriana temblara. 

¿Por qué Rodrigo tenía que actuar así? Ya no había nada entre ellos y aun así, insistía en perturbar los latidos de su corazón… 

Justo cuando Adriana sentía que su mente estaba un poco revuelta, de repente, vio a alguien acercarse y todos esos pensamientos confusos desaparecieron, dejando una ligera y fría 

sonrisa en sus labios. 

Rodrigo siguió su mirada para ver a Joel y Fabiana caminando juntos, por lo que su expresión empeoró un poco: “¿Qué hacen aquí?” 

“Primo, traje a mi cu… a Fabiana a la fiesta. Recibimos la invitación de Dolores.” 

Últimamente, Joel le tenía un poco de miedo a Rodrigo, así que para evitar que lo acusara de crear problemas, enseguida le mostró la invitación de Dolores. 

El rostro de Rodrigo se oscureció un poco; Dolores le había enviado una invitación a Joel. Obviamente, su ambición era grande. 

Al ver la expresión de Rodrigo, Fabiana sonrió levemente y se acercó a él: “Joel quería asistir a la fiesta de cumpleaños, pero no tenía pareja, así que me pidió que viniera con él.” 

Rodrigo asintió con indiferencia, sin decir nada más. 

Al ver a “toda la familia” reunida, Adriana se sintió un poco fuera de lugar e instintivamente, pensó en decir “me voy“, pero se dio cuenta de que no valía la pena, así que solo se dio la vuelta y se fue. 

Justo entonces, Cecilia y Rubén salieron juntos. Adriana miró hacia ellos, su amiga estaba visiblemente molesta, cuando se acercó y le susurró: “Rubén acaba de amenazarme, diciendo 

que; o me voy de la fiesta de cumpleaños o me quedo y me comporto. ¡Se atrevió a 

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amenazarme, qué descaro!” 

Si Rubén no hubiera dicho nada, quizás habría estado tranquila, pero ahora, quería hacer algo, sus ojos mostraban una chispa de ira. 

Adriana apretó los dientes y dijo: “Que se atreva a decir eso, realmente es una vergüenza.” 

Rubén seguía cruzando los limites una y otra vez. 

Pronto comenzó oficialmente la fiesta de cumpleaños, por ende, tanto Cecilia como Adriana tuvieron que calmarse y esperar el inicio. 

Un camarero empujó un gran pastel de cinco pisos, entregando el cuchillo a Dolores, indicándole que lo cortara. 

Dolores miró a Rubén con expectativa y preguntó: “Ruby, ¿podrías acompañarme a cortar el 

pastel?® 

Rubén, con un semblante impasible, se acercó y bajo la mirada furiosa de Cecilia, tomó el cuchillo e hizo un corte en el pastel, luego se lo pasó a Dolores diciendo: “El resto lo puedes 

cortar tú.” 

“Está bien.” Dolores cortó una porción de la primera capa y usando ambas manos, le ofreció el trozo más grande a Rubén. 

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