Capítulo 386
Él exhaló profundamente, mirando el paisaje exterior, con una expresión oscura en sus ojos. Al enterarse de que Adriana podría haber tenido una relación con Joel, sintió como si el mundo se le viniera abajo, incapaz de aceptar la situación.
Sin embargo, al reflexionar, recordó que había decidido dejar ir a Adriana. Lo que ella hiciera y con quién estuviera, ya no debería importarle. ¿Por qué seguía sintiendo ese desasosiego por ella?
Apretó los puños, sus uñas dejaron marcas profundas en sus palmas. Tras unos segundos, relajó las manos, su rostro volvió a mostrarse sereno, y puso en marcha el vehículo para irse.
Después de recibir el golpe de su primo, Joel sintió como si se le hubiera roto un diente. Intentó curarse solo en casa, pero siendo un joven acostumbrado a la comodidad, no supo cómo hacerlo y llamó a su doctor de cabecera para que viniera a ayudarle.
Cuando terminaron de atenderlo, había pasado más de una hora. Al mirar el reloj, vio que ya eran más de las once, así que decidió no ir a buscar a Fabiana de inmediato, sino que se acomodó y se fue a dormir.
A la mañana siguiente, tan pronto como se despertó, recordó lo que había sucedido el día anterior. Aunque había pasado toda la noche, seguía sintiéndose muy enfadado. Se levantó y sin desayunar, fue directamente al camerino de Fabiana.
Para su sorpresa, Fabiana no estaba allí, solo estaba Paola, quien le dijo que Fabiana no había ido a filmar porque tenía asuntos que atender. Entonces, Joel decidió llamarla.
Al principio, ella no contestó. Después de varios intentos fallidos, esperó media hora antes de volver a intentar y finalmente, logró comunicarse. Quedaron de verse en la cafetería frente al
set.
Joel llegó furioso, abrió la puerta y echó un vistazo rápido. Vio a Fabiana sentada en un rincón con dos tazas de café frente a ella, sumida en sus pensamientos.
Se acercó a grandes zancadas, exclamando con enojo: “Fabiana, tú…”
Era la primera vez que Joel no se comportaba como un caballero con ella, lo cual demostraba lo enfadado que estaba.
Fabiana se levantó de inmediato y lo interrumpió: “Joel, sé por qué me estás buscando, quieres preguntarme sobre lo de ayer, ¿cierto? Pero eso no fue planeado por mí.”
Antes, Joel habría confiado en ella sin dudarlo. Pero ahora, Fabiana se había convertido en alguien poco fiable para él.
Con una sonrisa sarcástica, él dijo: “Fabiana, te llamaba cuñada porque nuestra relación solía ser buena, pero después de todo lo que ha pasado, ¿cómo esperas que siga llamándote así?”
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Fabiana mostró una expresión de resignación, lo hizo sentarse y le dijo: “Joel, sé que sospechas que fui yo por lo que ocurrió con el bebé. Desde tu perspectiva, es lógico. Sabía que dudarías de mí, así que no dormi para investigar lo sucedido.”
Dicho eso, Fabiana sacó un documento de su bolso y lo colocó sobre la mesa.
“He averiguado que el responsable de lo que ocurrió ayer es alguien que conoces bien. Míralo
tú mismo.”
Joel pensó que al decir eso, estaba culpando a Celeste, ya que, dadas las circunstancias de la fiesta, Celeste también parecía sospechosa. Pero no esperaba que, ino fue Celeste en absoluto! No podía creerlo, sus ojos se agrandaron y preguntó lentamente: “¿Fue Isabella?”
Estaba tan sorprendido que quedó paralizado, sin saber qué decir.
Aunque Isabella era su prima, había crecido con él en su casa, y su relación era tan cercanal como la de verdaderos hermanos. ¿Cómo podría hacerle daño? Además, no había razón para que Isabella actuara así.
Sin embargo, la evidencia que Fabiana le mostró era contundente, demostrando que Isabella había sido quien los había manipulado a Adriana y a él el día anterior. La realidad fue tan impactante que Joel sintió que su mundo se tambaleaba.
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