Capítulo 388
Cecilia se encontró con Adriana y le contó sobre el asunto, pero en lugar de analizar el chisme como solía hacer con su amiga, ella abrió los ojos sorprendida y preguntó: “¿Cómo es posible? ¿Joel gustando de mí? ¡Qué chiste tan ridículo!”
Joel siempre le había demostrado su desprecio hacia ella, y si no estaba planificando cómo deshacerse de ella a sus espaldas, ya era mucho pedir. ¿Decían que le gustaba? ¡Qué disparate!
Sin embargo, Cecilia tenía otra opinión: “Con lo hermosa que eres, no es imposible que le gustes a Joel. Solo que, bueno, ese tipo ni siquiera vale tanto como su primo. De ninguna manera deberías considerarlo.”
Sin necesidad de que Cecilia se lo dijera, Adriana ya sabía eso. Además, no creía que Joel estuviera interesado en ella. Lo que le intrigaba era quién había difundido ese rumor y con qué propósito.
Esa noche, Joel invitó a Adriana a encontrarse en una cafetería. Curiosa por saber qué estaba tramaba, ella decidió ir.
Tal como lo había imaginado, en cuanto se encontraron, Joel le preguntó: “¿Has oído el rumor que está circulando?”
Joel vestía un traje casual y tenía ojeras, claramente no había dormido bien en días. ¿Sería el rumor lo que lo mantenía despierto?
Adriana apartó la mirada y dijo con frialdad: “Sí, lo he escuchado.”
Su expresión era indiferente, como si realmente no le importara, lo que llevó a Joel a mirarla fijamente y preguntar de manera extraña: “¿Qué piensas al respecto?”
Adriana había reflexionado sobre eso una y otra vez, por lo que respondió: “Quien esté detrás de esto debe tener un motivo, seguramente está tratando de crear divisiones entre algunas personas. No lo puedo decir con certeza.”
Adriana parecía tranquila en extremo, como si el hecho de que ella supuestamente le gustara a él no le importara en absoluto. Por alguna razón, eso hizo que Joel se sintiera incómodo y preguntó: “¿Crees que el rumor es falso?”
Adriana se sorprendió, sin entender por qué le preguntaba eso. “Obviamente.”
Joel siempre la había detestado. Al escuchar el rumor de que le gustaba ella, debió haber estallado por la ira. ¿Por qué hacer preguntas tan absurdas? Era absolutamente
incomprensible.
Al ver su expresión de sorpresa, la incomodidad de Joel aumentó, pero se quedó en silencio, apretando los labios.
“¿Qué están haciendo?”
18:35
En ese momento, una voz grave interrumpió, tanto Adriana como Joel voltearon para ver a Rodrigo acercándose a grandes zancadas. Luego, se detuvo junto a la mesa, mirándolos con desagrado.
Adriana se quedó pasmada, sin entender cómo los había encontrado Rodrigo, entonces respondió: “Nada, ¿qué pasa?”
Rodrigo la miró fijamente, luego dirigió su mirada hacia Joel sin decir nada.
El aura de su primo era tan poderosa que, cuando lo miraba de esa manera, la presión psicológica era enorme. Joel sintió un escalofrío y rápidamente explicó: “Ha surgido un rumor desagradable y quería discutir con Adriana qué hacer, así que le pedí reunirse conmigo. Eso es todo.”
Le había quedado claro que su primo realmente sentía algo por Adriana, ya que cada vez que lo veía junto a ella se enfurecía, y nunca había actuado así con otras mujeres.
Rodrigo dijo en un tono firme: “Yo me encargaré de investigar ese asunto. No te preocupes, ya puedes irte.”
Su primo no era alguien que soliera inmiscuirse en asuntos ajenos, pero dijo que él investigaría el asunto. Claramente, no quería verlo con Adriana, por lo que Joel no supo qué más decir y asintió: “Entonces, me voy.”
Después de que Joel se fue, solo quedaron Adriana y Rodrigo junto a la mesa.
Ella se sintió un poco incómoda y se levantó para irse también, pero Rodrigo le sujetó la muñeca: “¿De qué estaban hablando?”
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