Capítulo 42
Ellos habían acordado que tras el matrimonio no interferirían en sus vidas mutuamente, así que la relación del inversionista con Fabiana era completamente abierta y aceptada. Sin embargo, últimamente habían surgido algunos problemas. La guionista, descrita como: “de aspecto horrendo“, no quería dejar su matrimonio con el inversionista y se retractó del acuerdo de divorcio.
Esa situación hizo que el inversionista y Fabiana parecieran una pareja de amantes desafortunados que nunca podían estar realmente juntos, y la guionista se convirtió en el villano de la historia. El artículo sobre el asunto, escrito de manera clara y emotiva, resonó profundamente entre los internautas, que acudieron en masa al Twitter de Adriana para
condenarla.
El nombre de usuario de Adriana en Twitter era “AdriPluma“, que también era su seudónimo literario. En una sola noche, su Twitter se inundó de mensajes privados llenos de insultos, donde la llamaban vil y desvergonzada, por aferrarse al hombre de otra persona, tildándola de despreciable y lastimosa.
El artículo mencionaba repetidamente lo fea que era “AdriPluma“. Muchos enviaron mensajes privados pidiéndole fotos, queriendo ver hasta qué punto era fea y cuestionando cómo alguien tan “feo”, se atrevía a competir por un hombre con una estrella de cine.
Al leer esos mensajes venenosos, Adriana se estremeció de rabia, sintiendo que su pecho iba a estallar. Justo en ese momento, Cecilia la llamó, y Adriana contestó, informándole que ya había visto lo que se decía en Twitter.
Cecilia exclamó furiosa: “¿Fue esa desgraciada de Fabiana? ¡Está loca! ¡Qué descarada!”
Aunque Adriana estaba profundamente enfadada, aún conservaba algo de sensatez y analizó la situación: “Hay un noventa y nueve por ciento de posibilidades de que haya sido Fabiana, ya que anoche me amenazó, y parece que se refería a esto.”
“¡Maldita sea! ¡Debe ser esa bruja! Espera, voy a buscar pruebas de cómo te ha perjudicado, y le daremos una lección.”
‘Será dificil encontrar algo,’ respondió Adriana con el ceño fruncido. “Fabiana es astuta, no haria algo asi sin estar segura de salir ilesa.”
“¿Qué vamos a hacer entonces?‘ Preguntó Cecilia. “Por cierto, no han expuesto tu información personal, ¿verdad?”
“No, no lo han hecho.”
Aunque Adriana era una guionista conocida en el sector, había comenzado su carrera con un seudónimo y a lo largo de los años, había firmado varios contratos con su nombre real, pero gracias a acuerdos de confidencialidad, nadie se atrevía a revelar su verdadero nombre. En cuanto a sus fotos, era aún más difícil de encontrar, su vida privada seguía estando segura.
*Rodrigo sabe de esto?” Preguntó Cecilia, indignada, “Él parece haber salido completamente
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ileso.”
El hecho de que el Sr. Suárez invirtiera en Reina Catalina no se había divulgado, y la familia Suárez tenía una influencia aterradora en el mundo empresarial, con una posición intocable. Así que, aunque muchos en el círculo sabían que el “inversionista desafortunado” era Rodrigo, nadie se atrevía a difundirlo.
“No sé si lo sabe, pero incluso si lo supiera, ¿qué podría hacer?” Preguntó Adriana con un tono de autodesprecio.
Cecilia hizo una pausa. Era verdad, incluso si Rodrigo lo supiera, ¿qué cambiaría? Nunca le había importado Adriana. Así que se enfureció de nuevo, maldijo a Rodrigo y a Fabiana, luego dijo: “Voy a investigar, tal vez pueda encontrar alguna pista. Ah, y también deberíamos encontrar a alguien que controle los comentarios, voy a llamar a algunos contactos.”
“No es necesario, lo haré yo,”
Después de todo, Adriana tenía cierto nivel de influencia en el mundo del entretenimiento. Sin embargo, tras contactar a algunas personas, se dio cuenta de que debido a la reciente popularidad de Fabiana, tenía demasiados “fans‘ insultándola. Controlar los comentarios requeriría un gran esfuerzo, así que Adriaha abandonó la idea.