Capítulo 431
Rodrigo no respondió de inmediato, simplemente observó a Adriana por un momento. Cuando ella comenzó a mostrar signos de impaciencia, él finalmente dijo: “Si durante tu viaje te encuentras con algún inconveniente, llámame de inmediato y veré cómo puedo ayudarte.”
“No te apresures a rechazar mi oferta,” continuó Rodrigo, “Sé que, estrictamente hablando, no tenemos una relación en este momento, pero el abuelo te considera cómo una nieta y si te pasa algo, él se preocuparía mucho. Así que, si tienes alguna dificultad, por favor llámame. Considera que estás pidiéndole ayuda al abuelo.”
Rodrigo no se equivocó al intuir que Adriana inicialmente quería rechazar su oferta. Pero al mencionar a Eric, ella no pudo decir nada al respecto y asintió con la cabeza: “Entiendo.”
Sin embargo, para ella, esas palabras no eran más que una cortesía. En caso de tener algún problema, buscaría la ayuda de sus amigos antes que la de él. Después de todo, aunque tuviera una buena relación con el abuelo, eso no cambiaría el hecho de que Rodrigo estaba a punto de casarse con Fabiana. Ya estaba comprometido con otra mujer, y seguir manteniendo lazos con su exesposa no sería apropiado. Adriana definitivamente no querría molestarlo.
Pensar que Rodrigo realmente podría comprometerse y casarse con Fabiana, hizo que los sentimientos de inexplicable dolor crecieran aún más en su corazón. No quería seguir hablando con Rodrigo, temía que la tristeza aumentara, por lo que dijo: “Me voy.”
Sin esperar su respuesta, se fue rápidamente de la villa.
Rodrigo la observó marcharse sin mirar atrás, y se quedó inmóvil. ¿Por qué tenía tanta prisa en irse? ¿Ni siquiera deseaba quedarse para hablar un poco más con él?
Una sensación de dolor se esparció por su corazón, como si se hubiera abierto un agujero, dejándolo vacío y dolido.
Al ver a Rodrigo con el rostro pálido y los puños apretados, Verónica sintió una punzada de compasión, se le acercó y dijo: “Perdona si me entrometo, pero si realmente te gusta la Srta. Noriega, deberías pedirle que se quede. Creo que la Srta. Noriega solía tenerte cierto afecto y si le pides que se quede…”
“Verónica, no hace falta que digas más.” Rodrigo la interrumpió.
Las cosas entre Adriana y él no eran tan simples, por ende, bajó la mirada y se alejó de allí.
Al ver su espalda, Verónica se quedó un momento pensativa, luego suspiró. Esos jóvenes eran unos testarudos.
Ya eran más de las diez de la noche, y en teoría, Rodrigo debería haber regresado a su apartamento o quedarse a dormir en la casa familiar. Sin embargo, no fue a ninguno de esos lugares, sino que regresó a la oficina.
César estaba a punto de terminar su jornada laboral cuando vio a su jefe entrar al despacho con el rostro sombrío, por lo que se sorprendió: “Sr. Suárez, ¿ha regresado?”
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Capitulo 431
Hace poco más de media hora, mientras le reportaba al Sr. Suárez, éste recibió un mensaje que le cambió el semblante, tomó su abrigo y salió corriendo.
César había asumido que tenía algo urgente que atender y que no volvería a la oficina esa
noche. Pero, sorprendentemente, ahí estaba de nuevo.
Rodrigo dejó su abrigo en la silla y dijo: “Voy a trabajar un poco más, puedes irte.”
Se sentó, tomó un documento y comenzó a leerlo con seriedad.
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