Capítulo 447
Esas palabras cayeron sobre Rodrigo como un mazo golpeando su cabeza.
Aunque él recobró la claridad y sabía que Adriana no tenía culpa alguna, no pudo evitar sentirse terriblemente mal. Sintió un dolor desgarrador en su corazón, como si no pudiera caminar o hablar adecuadamente.
Ya sabía que estaba enamorado de Adriana, pero nunca imaginó que su amor por ella era tan profundo que, después de renunciar a ella, aun no podía soportar verla con otro hombre. Rodrigo sintió que no podía quedarse ahí más tiempo, o perdería el control. Pr ende, se dio la vuelta y se alejó lentamente.
Mirando cómo Rodrigo se alejaba, con su figura llena de soledad y tristeza, Adriana apretó los puños, sintiendo una emoción inexplicable en su corazón, pero ¿qué estaba haciendo ese hombre?
Actuaba como si no quisiera que ella estuviera con otro hombre, como si realmente le gustara, sin embargo, ¿qué había hecho él?
Primero tuvo un hijo con Fabiana, y aunque el niño no sobrevivió, él insistió en quedarse con esa mujer, ¡así que claramente le gustaba!
Si le gustaba Fabiana, ¿por qué se volvió loco al saber que ella estaba embarazada?
Adriana estaba enfadada y triste, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no quería llorar por algo así, así que mordió sus labios para contener las lágrimas.
El médico al lado estaba atónito, ¿acaso se había tropezado con algún drama familiar, sin
querer?
Adriana se esforzó por sonreírle y dijo: “Muchas gracias, doctor. Por favor, recéteme la medicina, luego enviaré a alguien a comprarla.”
“Ah, claro.” El doctor asintió rápidamente y sin atreverse a decir mucho, se puso a escribir la
receta.
Cecilia e Iván habían salido a ocuparse de otros asuntos, y cuando el doctor se fue, Adriana se quedó sola en la habitación por un momento, hasta que Cecilia regresó.
Al ver que ella estaba sola en la habitación, Cecilia preguntó con curiosidad: “¿Rodrigo no está aquí? ¿Se fue?”
Al escuchar el nombre de Rodrigo, el corazón de Adriana se hundió.
Al ver que Adriana no respondía y que su expresión se oscureció después de la pregunta, Cecilia preguntó con curiosidad: “¿Qué pasa, tuvieron una pelea?”
Adriana pensó un momento y decidió contarle la verdad a Cecilia.
“Hubo un problema. El doctor vino y dijo que, según el diagnóstico, no sufrí daños en los
huesos del pie, pero está torcido, con dos o tres días de descanso estaré bien, también dijo que
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el bebé está bien, solo se alteró un poco, así que me recetó unas medicinas para proteger el
embarazo.”
“Oh, es bueno que no haya problemas.” Cecilia respondió instintivamente. “Entonces, ¿por qué tienes esa expresión…?”
Al instante, se le ocurrió algo y levantó la cabeza rápidamente. “¿Rodrigo estaba presente cuando el doctor dijo eso?”
Adriana asintió, con la cara un poco sombría. “Él ya sabe que estoy embarazada.”
Cecilia abrió la boca, sin saber qué decir.
Siempre había tenido la sensación de que era imposible ocultar por completo el embarazo de Adriana a Rodrigo, porque siempre había sentido que, aunque él amaba a Fabiana, también tenía un sentimiento especial por su amiga.
Era difícil de definir si ese sentimiento, era amor, cariño o culpa, pero Rodrigo realmente se preocupaba por Adriana. Por lo tanto, tarde o temprano, él prestaría atención al estado Adriana. En otras palabras, Rodrigo se preocuparía por su estado en general y naturalmente, se
enteraría de su embarazo.
Por eso, al recibir esa noticia, aunque Cecilia se sorprendió brevemente, luego pensó que no era
gran cosa.
“¿Cómo reaccionó cuando se enteró?” Preguntó Cecilia.
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