Capítulo 48
Fabiana mordió su labio inferior. En apenas dos segundos, ya había imaginado todas las posibilidades y enumerado las consecuencias de cada una de ellas.
Entonces sintió que no podía arriesgarse.
“Rodrigo,” dijo con una expresión de vergüenza. “Fui yo quien lo hizo, pero no esperaba que esa gente fuera a acosar a la Srta. Noriega en internet. Solo estaba muy asustada, no quiero que me odies por esto…”
Suavemente agarró la manga de Rodrigo, y las lágrimas cayeron como gotas de lluvia, haciéndola lucir vulnerable y adorable.
“Tú sabes lo mucho que Eric me odia y solo Romina me quería, pero ella ya no está…”
“Antes, cuando finalmente te divorciaste de la Srta. Noriega, pensé que por fin tendríamos una oportunidad, pero luego sucedieron todas esas cosas.”
“Tenía mucho miedo. He esperado por ti durante muchos años, y ya no puedo seguir esperando. El bebé que llevo en mi vientre tampoco puede esperar. Por eso hice algo tan tonto…”
Fabiana se cubrió el abdomen, y sus sollozos se hicieron más fuertes, pero incluso llorando, se seguía viendo tan hermosa que era imposible no sentir una mezcla de compasión y tristeza por ella.
Rodrigo mantuvo un rostro frío y serio, mirando por la ventana. En la silenciosa sala de descanso, solo se escuchaban los suaves sollozos de Fabiana.
Después de un rato, Rodrigo se volvió hacia ella y le dio una palmadita en el hombro, con un tono más suave.
“Sé que estos años no han sido fáciles para ti y recuerdo todo lo que has hecho por mí, pero no debiste haber hacho eso. Adriana es inocente.”
En esos breves segundos, él recordó su pasado con Fabiana.
Una vez, cuando estaba inspeccionando una obra, estuvo a punto de ser golpeado por un objeto que cayó desde lo alto. En ese momento de pánico, fue Fabiana quien lo empujó, salvándole la vida.
Pero en esa ocasión, Fabiana se quedó con una cicatriz muy visible.
A raíz de esa experiencia, cada vez que pensaba en ella, siempre sentía un cierto afecto hacia
Fabiana.
Fabiana se secó las lágrimas y, con una mirada llena de remordimiento, dijo: “Lo entiendo. No volveré a hacer algo así a la Srta. Noriega.”
“Está bien.” Rodrigo asintió con la cabeza. “Descansa, me voy.”
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Capitulo 48
Rodrigo se dio la vuelta para marcharse, llevándose consigo una copia del documento de garantía que había dejado. Fabiana no comprendió muy bien lo que significaba ese gesto.
En el cuarto, caminó de un lado a otro, inquieta. El documento de garantía de Adriana la había tomado por sorpresa, y la reacción de Rodrigo estaba fuera de sus expectativas.
Lógicamente, este debería haber pensado que Adriana era una persona absurda al ver ese documento, o sentirse insultado. Sin embargo, en lugar de eso, vino a cuestionarla primero, como si no viera nada malo en Adriana.
Sin embargo, eso no significaba mucho. Al fin y al cabo, el rostro de Adriana era la mayor seguridad de Fabiana.
A pesar de eso, Fabiana sentía que las cosas se estaban desviando un poco de lo que había planeado, y decidió que debía cambiar de estrategia.
De vuelta en su apartamento, Adriana se sentía tan cansada que se quedó dormida en el sofá antes de llegar a la cama.
Por la noche, fue despertada por la vibración de su teléfono. Era una llamada de Rodrigo.
No sabía qué quería decirle Rodrigo, pero tenía la sensación de que estaba relacionado con lo ocurrido en la mañana. Contestó la llamada: “¿Hola, pasa algo?”
“Adriana.”
Al otro lado, la voz de Rodrigo sonaba aún más atractiva bajo la leve distorsión eléctrica.
“Descubrí que el artículo en línea fue escrito por alguien que contrató Fabiana. Ya la advertí, por lo que no volverá a suceder.”
Adriana se quedó atónita por un momento.
Que Fabiana hubiera encargado a alguien que escribiera el artículo no era sorprendente para ella.
Lo que la sorprendió fue que Rodrigo hubiera descubierto la verdad y, sin encubrir a Fabiana, se lo contara directamente.
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