Capítulo 49
Sin embargo, Adriana recordó cómo aquel incidente la había llevado a recibir insultos realmente desagradables, lo que había afectado su estado de ánimo en los últimos días.
Aunque Rodrigo había descubierto la verdad, solo se limitó a darle una “advertencia” a Fabiana, en lugar de imponerle un castigo real. Así que eso no significaba mucho.
Al pensar en esto, una sonrisa irónica se dibujó en los labios de Adriana.
“Lo entiendo,” dijo con una voz indiferente. “¿Hay algo más?”
Al otro lado del teléfono, no hubo una respuesta inmediata, solo el débil sonido de la corriente eléctrica indicaba que la llamada seguía conectada.
“Si no hay nada más, voy a colgar.”
Adriana ya no tenía la intención de seguir esperando, así que colgó el teléfono.
Bajo la luz de la noche, Rodrigo se apoyó en su coche, observando la pantalla del móvil apagarse, con una leve arruga en el entrecejo.
¿Adriana parecía distante con él?
Dejó el teléfono a un lado, cogió de nuevo el papel de la promesa que había guardado en el cajón y lo leyó una vez más. Una sensación de irritación lo invadió y, por un momento, tuvo el impulso de romperlo en pedazos.
Sin embargo, no lo hizo. Lo volvió a meter en el cajón de forma desordenada, se sentó en el coche, se abrochó el cinturón de seguridad y se fue.
Adriana había pasado todo el día descansando en casa. Pero cuando llegó la noche, recibió un mensaje de Cecilia preguntándole si quería salir a cenar. Al principio pensó en rechazarla, ya que tenía que ir al set de filmación esa noche.
Pero entonces recordó que había algo importante que no le había contado a Cecilia, así que cambió de opinión y respondió: “De acuerdo, envíame la ubicación“.
Media hora después, se encontraron en un restaurante en la Avenida del Oro.
Mientras Cecilia estaba comiendo, Adriana, con una voz tranquila, soltó una noticia que casi hizo que Cecilia se levantara de golpe: “Ceci, estoy embarazada.”
Cecilia levantó la cabeza, mirándola con asombro.
En los labios de Adriana apareció una sonrisa amarga: “Fue esa noche, olvidé tomar la pastilla
y por eso…”
Su expresión era un poco incómoda, y Cecilia, al ver su rostro, inmediatamente dejó los cubiertos y le dio una palmada en el hombro, diciendo: “No es para tanto, no te sientas mal“.
“Adri, ¿qué piensas hacer ahora?”
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Capitulo 49
Cecilia
ya
había pensado en la posibilidad de que Adriana estuviera embarazada, y se sentía un poco culpable por no haberle advertido antes para que se hiciera un chequeo.
Adriana negó con la cabeza: “No sé si debería tenerlo.”
¿Le gustaban los niños? Claro que sí, siempre había querido tener uno propio.
Pero su familia de origen fue tan complicada que no se sentía segura de poder criar bien a un niño, así que siempre le había tenido miedo a la maternidad.
Cecilia buscó en su teléfono y luego dijo: “Decídelo en un par de semanas, si no lo quieres, lo mejor será que actúes pronto por tu salud.”
“Y si decides tenerlo,” Cecilia se detuvo y dijo: “Te ayudaré a criarlo.”
Adriana sonrió un poco: “Puedo mantener a un niño.”
No le preocupaba el aspecto económico; pues con lo que ella ganaba y lo que Rodrigo le daba, le bastaba para mantener a diez niños.
Pero ella provenía de una familia monoparental y sentía que su personalidad estaba dañada, con una tendencia a complacer a los demás y ser fácilmente herida.
Si decidiera tener un hijo, también crecería en una familia monoparental, ¿sería eso justo para
él?
“Adri, ya no sigas pensando en eso. Vamos a hablar de algo alegre. Este viernes hay una subasta, ¿por qué no vamos juntas?”
Cecilia intentaba animar a Adriana. Un par de días antes, había conseguido dos entradas para una subasta e inicialmente pensaba ir con Rubén, pero ahora decidió llevar a Adriana.
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