Despertar del Olvido 420

Despertar del Olvido 420

Capítulo 420 

La relación con Efraín había sido tensa últimamente

Dudó unos diez minutos antes de enviarle un mensaje corto, casi esperando descubrir que la había bloqueado

Después de todo, Efraín seguía muy molesto con ella por el asunto de Sofía

Sin embargo, el mensaje se envió; no la había eliminado ni bloqueado

[Señor Lobos, perdón por la molestia. ¿Ubica usted esta hacienda?

Había escogido las palabras con cuidado

Menos de un minuto después, recibió la respuesta

[Creo saber cuál es.

A Anaís se le iluminó la mirada y marcó su número de inmediato

-Señor Lobos, ¿de verdad sabe dónde es? ¿Me podría decir, por favor

Efraín bajó la mirada al escucharla

-Está muy aislado. Aunque te diera la dirección, no llegarías

-Entonces… 

Tenía muchas ganas de ir a esa hacienda

-Te veo en media hora en Bahía de las Palmeras. Yo te llevo

Incluso después de colgar, Anaís seguía algo desconcertada

Efraín tendría que detestarla, pero su tono había sido inesperadamente amable. Por un momento pensó que quizá los roces recientes habían sido solo una impresión suya

Condujo ella misma hasta Bahía de las Palmeras. Poco después de llegar, vio salir una limusina negra

La ventanilla trasera bajó, revelando el rostro de Efraín

-Señor Lobos

Salió de su coche deprisa y subió a la limusina

Efraín la esperaba en el asiento trasero, con su habitual postura serena, impasible

Pero al acercarse Anaís, la mano de él, que sostenía unos papeles, titubeó visiblemente por un 

instante

La puerta se cerró y el coche se puso en marcha

Anaís observó las calles alejarse por la ventanilla, algo desorientada

17.0507 

-¿A dónde vamos exactamente? ¿Tardaremos mucho

Él cerró los ojos

-Una semana

-¿Tanto tiempo

Estaba muy ocupada esos días, coordinando proyectos con los directivos y hablando constantemente con Laura. Una semana fuera significaría mucho trabajo acumulado

Respiró hondo y sacó el celular para avisar a sus contactos clave y a Laura

Al colgar, se percató de que Efraín la observaba

Su mirada era tranquila, impenetrable

Se sintió incómoda de repente. Desde que recuperó la consciencia, había percibido a Efraín como alguien correcto, incluso amable, pero el incidente con Sofía le impedía dejar de sentir cierto resentimiento, lo que volvía extraña la situación actual

Esbozó una sonrisa tensa

-Pensé que me guardaba rencor, señor Lobos. No imaginé que aceptaría traerme. Gracias

La mirada de Efraín, fija hasta entonces en los papeles sobre sus piernas, se alzó levemente 

hacia ella

-¿Que te guardo rencor

-Bueno, Sofía es muy importante para usted. Y yo me pasé de la raya con lo de Lucía. Sería normal que estuviera molesto conmigo

Sus dedos se crisparon levemente sobre los papeles, sus labios se afinaron. Justo cuando iba a responder, Anaís reparó en su mano

Había una leve marca en su dedo anular, como la que deja un anillo. Pero Efraín nunca usaba anillos

Cambió de tema bruscamente

-¿Hay alguien especial, señor Lobos? Se ve la marca de un anillo, ¿por qué ya no lo trae puesto

Sus dedos se retrajeron al instante, y él intentó ocultar la mano bajo los papeles

Anaís comprendió que había tocado una fibra sensible. Quizá ese anillo significaba algo importante, algo perdido, y ella había removido un recuerdo doloroso

Guardó silencio de inmediato y desvió la mirada hacia la ventanilla

-Qué bonito atardecer

Pero Efraín no respondió a su comentario

214 

17:05 

Capítulo 420 

A Anaís el viaje se le hizo eterno

Cinco horas más tarde, el coche se detuvo en un parador de carretera, en un pequeño pueblo. Anaís supuso que habían llegado, pero entonces Efraín habló

-Vamos a parar aquí por hoy. Seguimos mañana

Anaís se quedó desconcertada

¿Si estaba tan lejos, por qué no tomaron un avión?, pensó

Pero Efraín había accedido a llevarla, lo cual ya era bastante considerado de su parte. No se atrevió a cuestionarlo

Se alojarían en el mejor hotel del pueblo; les aseguraron que todo había sido desinfectado previamente

Anaís iba a pedir la llave en recepción cuando escuchó decir a la encargada

-Disculpen, pero ya solo nos queda una habitación para esta noche, y ustedes son tres… 

El chofer era Lucas. Dio un paso atrás de inmediato

-Yo me quedo en el coche, señorita Villagra. Tenga la llave. Usted y el señor pueden compartirla por hoy

Anaís se tensó

¿Compartir cuarto con Efraín? ¡Ni loca!“, pensó horrorizada

Alcanzó a Lucas rápidamente

-Lucas, mejor me quedo yo en el coche

Las temperaturas se habían desplomado y nevaba intensamente en toda la región. En el pueblo, la nevada era aún más fuerte; varias carreteras ya estaban cerradas cuando llegaron

Anaís sintió una creciente inquietud, como si algo se le escapara de las manos

Su intuición rara vez le fallaba

Pero Lucas se alejó a toda prisa, casi huyendo

A Anaís no le quedó más remedio que volver a la recepción, incómoda, con la llave en la mano

Le tendió la llave a Efraín

-Señor Lobos, yo puedo buscar otro hotel por aquí cerca

La recepcionista, a un lado, los miraba extrañada

-¿No son pareja? ¿Entonces por qué tanto problema? Además, está nevando muy fuerte y no hay otro hotel en veinte kilómetros a la redonda. Las carreteras están cerradas, no se puede 

salir

17:05 

Capítulo 420 

Anaís sintió un escalofrío

¿A dónde diablos la había llevado Efraín?, pensó con 

pensó con aprensión

17.0 

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