Capítulo 446
Iván apenas se dio cuenta de lo que pasaba y ya estaba dentro del baño.
Irene se enderezó lentamente, recordando que todavía estaba en el baño, respiró hondo y recuperó la calma.
-Sal de aquí.
Iván sacó una llave y la agitó en su mano. -No has estado volviendo a casa, así que hice una copia de la llave del cuarto de mi hermana, por eso cerrar no sirve de nada.
Dejó la llave sobre el lavabo y se acercó al borde de la bañera, agachándose.
Irene estaba a punto de hablar cuando se escucharon pasos afuera, seguidos de la voz de Alicia.
-Irene, te he traído leche caliente. Tómala después de bañarte y luego ve a dormir.
Irene miró a Iván con los ojos muy abiertos mientras él le tapaba la boca.
Iván se acercó y mordió suavemente su clavícula, limpiando las gotas de agua con la lengua. -Voy a soltarte. Puedes gritar si quieres, pero a mí no me asusta.
En la familia Moreno, Iván nunca le tuvo miedo a nadie.
Irene, furiosa, levantó la mano para darle una bofetada, pero él la detuvo en el aire, sujetándole la muñeca.
Iván mordisqueó sus dedos uno por uno. -No me importa si me golpeas, pero siempre eres suave. Si mañana mis padres preguntan por las marcas en mi cara, no sabría qué decirles.
-¡Tú!
En ese momento, él la jaló hacia adelante y el sonido del agua chapoteando resonó en el baño.
Alicia, al dejar la taza de leche, preguntó con curiosidad: -¿Qué pasa? ¿Te caíste?
Irene rápidamente calmó sus emociones y respondió con su tono habitual. -No, mamá, solo me estoy lavando la cara.
Alicia miró la decoración del lugar y suspiró. -Cuando salgas, tengo algo que decirte.
Irene iba a preguntar qué era, pero de repente Iván la levantó y la colocó sobre el lavabo.
No podía golpearlo, no podía gritarle, y menos podía hacer ruido. Sus dedos se apretaron contra el borde del lavabo.
Iván sabía que ella no se atrevería a hacer un escándalo, especialmente con Alicia afuera.
Irene bajó la voz. -Iván, podemos hablar de esto después, ¿de acuerdo?
Iván puso sus manos a ambos lados de ella, disfrutando de su postura incómoda. En ese momento, ella no llevaba nada puesto.
Capitulo 446
-¿Después? Irene, ¿cuánto tiempo más me vas a dar esa excusa? ¿Acaso hay un futuro para nosotros? En tus planes futuros no estoy yo.
Irene apretó los labios al ver que él desabrochaba su cinturón, su rostro mostraba horror. -¡Tú!
Antes de que pudiera terminar, él bajó y mordió su hombro.
Irene accidentalmente tiró varias botellas de limpiador facial al suelo.
Alicia, desde afuera, se frotó la frente. -Ahora eres igual que el pequeño Tomás, siempre torpe. El cuero cabelludo de Irene se erizó mientras empujaba con fuerza el pecho de Iván, pero él no mostró ninguna piedad; incluso le dejó una marca de mordida en el hombro.
Temerosa de que el ruido llamara la atención de los de afuera, susurró rápidamente. -Iván,
Tomás…
Pero apenas había empezado a hablar cuando sus ojos se llenaron de lágrimas. Desvió la mirada mientras las lágrimas comenzaban a caer.
Iván se detuvo, sujetándola del mentón, obligándola a mirarlo.
Sabía que estaba asustada.
Desde pequeña, Irene siempre se preocupó por su reputación. Quería ser la mejor en todo y disfrutaba ser admirada por sus compañeros, como si quisiera demostrarle al mundo lo excelente que era.
Él contuvo el impulso de continuar, su voz ronca. -Deja que se vaya, y esta noche serás mía, o ella seguirá esperando.
Ya no creía en ninguna de las palabras de Irene. Había planeado todas las rutas de escape, incluso había pensado en irse al extranjero.
Demasiado bonito para ser verdad.