Capítulo 500
Fabiana no perdió tiempo y llamó a Sofía. Para ella, Sofía era otra ingenua fácil de manipular.
Tal y como esperaba, en cuanto Sofía se enteró de lo que había hecho, rápidamente le transfirió un millón de pesos.
-Fabiana, jeres increíble! Este millón es tu recompensa, y una vez que esté confirmado que Anaís ha muerto, te enviaré otro millón. Esto será un secreto entre nosotras dos, nadie más debe enterarse, ¿entendido?
Fabiana miró el ingreso en su celular, y una sonrisa burlona se dibujó en su rostro. Lo que Sofía menospreciaba era justo lo que más necesitaba.
Ella necesitaba dinero, mucho dinero, para invertir en sí misma, perfeccionarse y embellecerse, con el fin de captar la atención de ese hombre.
Fabiana sabía que Sofía la despreciaba, pero ella también veía a Sofía como una tonta, una simple máquina de dinero.
A pesar de sus pensamientos, se mostró amable y reconfortante con Sofía.
-No te preocupes, señorita Lobos, tengo todo bajo control.
Ella quería que todas esas damas de la alta sociedad se convirtieran en sus títeres, manipulándolas como payasos.
Había trabajado en La Luna durante tres años, un lugar donde las intrigas eran aún más intensas que afuera.
Al principio, las otras mujeres le asignaban a los clientes más difíciles o la obligaban a hacer los trabajos más sucios y agotadores.
La Luna era un pequeño mundo de poder donde las mujeres como ella tenían una posición extremadamente baja.
Pero Fabiana aprendió las reglas de supervivencia en ese entorno, enfrentándose a clientes difíciles de tratar y logrando sobrevivir.
Si había podido sobresalir entre esas mujeres, ¿cómo no iba a poder lidiar con unos cuantos ingenuos?
Era pan comido para ella.
Después de colgar, recibió otra llamada. Era del grupo que había secuestrado a Anaís,
preguntando cuál era el siguiente paso.
Fabiana se sentó y, de manera despreocupada, tomó una fruta para comer.
No bastaba con que Anaís simplemente muriera; ella quería que Anaís muriera con deshonra.
Anaís tenía un novio misterioso, ¿verdad? Pues ese sería su punto de ataque.
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Capitulo 500
Solo necesitaba hacer que Efraín creyera que Anaís era una cualquiera, y que todo San
Fernando del Sol supiera que había estado con miles de hombres. Así, sería difícil para ella casarse incluso con un hombre común.
Fabiana sonrió al teléfono.
-Llévenla al lugar que les indiqué antes.
El hombre obedeció la orden inmediatamente.
Mientras tanto, Anaís estaba en el carro sin saber a dónde la llevaban. Le habían confiscado su
celular, así que solo podía esperar.
Al mismo tiempo, comenzó a circular un rumor en San Fernando del Sol: el novio misterioso de Anaís era en realidad un modelo masculino que trabajaba en los clubes nocturnos.
En el círculo social, si había una jerarquía, vender el cuerpo estaba en el nivel más bajo, sin
importar el género.
Los modelos buscaban damas ricas, y las mujeres buscaban casarse bien. Si alguien lograba casarse con un millonario, la familia entera sería el centro de atención de los medios por un
tiempo.
Ninguna joven bien educada se dejaría asociar con un modelo masculino.
Nadie sabía cómo se había difundido el rumor, pero en tan solo una hora, ya era tema de conversación en todos lados.
Ahora entendían por qué Anaís no quería presentar a su novio; su identidad como modelo masculino lo explicaba todo.
-Algunos modelos masculinos saben cómo seducir, incluso más que las mujeres -comentó alguien.
-Por muy seductor que sea, sigue vendiendo su cuerpo por dinero. ¿A quién le importaría? Creo que Anaís, después de ser lastimada por el señor Lobos, solo buscó consuelo en un modelo masculino obediente.
-No se puede saber… esos modelos saben cómo conquistar, te atrapan completamente.
En el salón privado se oían risas y burlas sobre el supuesto modelo masculino de Anaís.
Solo Roberto, sentado a un lado, permanecía en silencio. Tras recibir una llamada, se levantó y salió del lugar.
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