Capitulo 12
Capítulo 12
Por la humillación frente à lantas personas y en una ocasió tan importante, mis padres se velan obviamente incómodos
Su tesoro más preciado, su adorada Luna, al ver la situación, rápidamente se adelantó con una actitud sumisa y dijo con voz suave:
-Abuelita, no se enfade, por favor.
Todo esto ha sido un malentendido, no lo tome de esa maneral
David, molesto, la respaldo:
Asi es, nona, usted ha malinterpretado las cosas. Yo no vine aqui con Luna. Simplemente me la encontré en la entrada y, al ver que tenia estaba mal de la pierna, la ayudó a entrar.
Y su lesión se debe a que ella escuchó que el chorro que ce del lado de la Iglesia de las Carmencitas es famoso por sus bendiciones, especialmente si se pide en el dia del cumpleaños. Fue allí para pedir por su salud y bienestar.
Con el fin de mostrarle su máxima sinceridad y darle sus mejores bendiciones, Luna subió las montañas de rodillas, haciendo una reverencia en cada paso. Estaba tan agotada al bajar que terminó rodando por la montaña y se lastimó la pierna. Sin embargo, con tal de no faltar a su cumpleaños, apenas descanso antes de venir.
-Luna tiene un corazón lleno de cariño y respeto hacia usted, abuela. No dude de sus intenciones.
Mientras David hablaba, me miró como si esperara que yo calmara a mi abuela, que le dijera que todo era un malentendido y que me pusiera del lado de Luna.
No pude evitar sonreír. ¿Acaso la yo de antes era tan insignificante como para que él se creyera con el derecho de exigirme algo así?
Al ver que no respondi a su insinuación, David no escondió su enojo. Pensaba que él estaba siendo generoso, apareciendo para apoyarme en esta situación, pero en su opinión, yo seguía siendo irracional.
Mis padres, al escuchar que su preciosa Luna había rodado por la montaña, estaban tan preocupados por ella que casi perdian la cabeza.
Especialmente mi padre, que parecia listo para cargarla en brazos e ir corriendo al hospital de no ser porque Luna insistió en que ya había visto a un médico y que su lesión no era grave.
Una vez que estuvieron seguros de que Luna estaba bien, ambos miraron a mi abuela con reproche:
-¡Mamá, mire lo buena que es Luna!
Su querida nieta ni siquiera se ha esforzado tanto por su salud. Pero Luna, a pesar de su frágil salud desde niña, se sacrificó por usted. Y usted, sin siquiera averiguar la verdad, la ha acusado y humillado asi.
Aunque mis padres querían que Luna y David estuvieran juntos, sabían que, mientras yo no me divorciara de David, no importaba cuánto se amaran, la relación seguiria siendo ilegitima a los ojos de los demás.
Por eso, siempre afirmaban públicamente que entre Luna y David no había nada, sólo una amistad desde la infancia.
Los invitados eran personas poderosas, lo que más falta es la verdadera bondad.
La iglesia de las carmencitas esta encajonada en una monta a bien alta. Los peregrinos encontraban su asenso un calvario, Que Luna subiera las miles de escaleras de rodillas y haciendo reverencias la convertia en un ejemplo perfecto de una mujer devota y sacrificada
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Capitulo 12
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¿Y yo? Su verdadera nieta, ni siquiera lo habla intentado.
Cuanto más lo pensaban, más se convenclan de que Luna era un ángel de bondad.
Pronto, todos comenzaron a hablar bien de Luna. Y entre esas palabras, comenzaron a escucharse criticas hacia mi abuela:
¿Cómo puede no ver lo especial que es Lama? La verdadera nieta no se preocupa, pero la adoptada si.
Es una pena que, después de todo ese esfuerzo, la traten jast.
Algunos incluso se atrevían a murmurar:
Aunque Luna y David hubieran llegado juntos, ¿qué tiene de malo? Ellos se aman de verdad.
En este mundo, si tienes suficiente poder, tus acciones siempre serán justificadas. Incluso una infidelidad abierta deja de ser vista como tal, y se convierte en la historia de dos almas separadas por el mundo que finalmente encuentran la forma de encontrarse.
Mi abuela, al escuchar esto, se puso aún más pálida.
Ella sabia exactamente qué clase de persona era Luna. No crela ni por un segundo que en serio hubiese ido allí para pedir por su bienestar. Pero, ¿cómo podia negarlo si realmente había ido y estaba herida?
Fuera cual fuese su verdadera intención, a ojos de los demás, parecía la nieta perfecta, respetuosa y llena de amor.
Mi abuela no podía rechazar un gesto de bondad tan evidente sin que la acusaran de ser una mala persona
Desde que Luna llegó a nuestra familia, había causado muchas situaciones como esta, donde defenderme parecía imposible y quedar como la mala era inevitable.
Yo entendia perfectamente como se sentia mi abuela en ese momento. Luna tenia una habilidad que yo nunca había podido igualar.
-Abuela, aquí está el amuleto que conseguí para usted–dijo Luna, extendiendo con ambas manos el símbolo de protección que supuestamente había conseguido en el monasterio.
-Le deseo una vida tan larga como las montañas del sur y una felicidad tan inmensa como el océano.
Con su aspecto puro y delicado, y su tono lleno de sinceridad, lograba caerle bien todos. Su gesto hizo que los invitados quedaran aún más impresionados, viéndola como una joya de bondad y humildad.
La cara de mi abuela mostró aún más incomodidad al mirar el amuleto. No quería aceptarlo, pero sabia que podía rechazarlo.
Sonriendo, me adelanté para tomarlo por ella:
Luna, qué atenta eres. Mira, la abuela está tan emocionada que ni siquiera puede hablar.
Todos se quedaron en silencio, no se lo esperaban.
-Pero, oye, sabías que hay rumores sobre ti y mi esposo, ¿verdad? Si ya tienes a tantos sirvientes en casa, ¿por qué pedirle ayuda justo a él? Vamos, Luna, no culpes a la abuela por malinterpretar la situación. Seguro que cualquiera aquí habría pensado lo mismo.
Había algunas cosas que mi abuela no podía decir, pero yo s
Luna pareció quedarse en blanco por un momento, claramente sorprendida de que esta vez no reaccionara de manera impulsiva ni emocional. No me desmoroné, no me afectó. En cambio, la enfrente directamente.
Después de un segundo, siguió con su drama. Con lágrimas en sus ojos, bajó la cabeza y se disculpó:
Perdóname, hermana. No lo pensé bien. Sólo queria traerle el amuleto a la abuela lo antes posible para darle mis mejores deseos.
Su aspecto ya era naturalmente delicado y fragil. Ahora, con los ojos enrojecidos, hubo una ola compasión en los
presentes.
La cara de mi esposo se volvió aún más amenazante.
Esmeralda, ¿por qué siempre tienes que pensar mal de ella? ¿Cuántas veces tengo que decirte que entre nosotros no hay nada?
Crecimos juntos. ¿No puedo ayudarla cuando está herida? ¿Por qué siempre tienes que manchar todo con tus pensamientos negativos?
Su tono severo y su actitud protectora hacia Luna eran exactamente como los recordaba de antes.
En mi diario, había escrito muchas veces sobre estos momentos: cómo siempre la defendia a ella, cómo siempre me acusaba a mi de bener una mente mala y de ser una mujer celosa y posesiva.
Decía que no había nada entre ellos, que yo sólo estaba siendo tóxica.
¿Pero en verdadera mi culpa?
Para estar con ella, me abandonaba a mi en cada momento importante:
En nuestro aniversario.
En mi cumpleaños.
En San Valentin
Incluso cuando estaba enferma.
Siempre la elegia a ella, una y otra vez, mientras yo quedaba sola.
Si todo esto no era amor, entonces, ¿qué era?
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