Capitulo 14
David habló con tanta seriedad que, por un momento, casi creo.
Era un verdadero maestro en el arte de golpearte y luego date una pequeña recompensa, lo justo para hacer que te apegues a él, tal como domando bestias lo solla tratar a uno Ahora entendía por qué la antigua y no podía soltarlo.
Pero era una lastima: ya lo había olvidado. Nunca más caera bajo su control.
Cuando terminó de hablar, el salón quedó en un silencio absoluto.
Los presentes no sabían que pensar. Después de todo, David quien constantemente despreciaba y maltrataba a su esposa, mientras trataba a Lana como una relna. Ellos no hablan hecho más que seguir la corriente y pensar en ayudarlo. ¿Y ahora les salía con esto? ¿Y además los amenazaba?
Era… frustrante.
Si para ellos era solo frustración, la carota Luma era otro asunto. En cuestión de segundos, su expresión se volvió tan amenazante que era difícil encontrar palabras para describirlo.
Sin embargo, fue solo un instante. Rápidamente se calmó y volvió a mostrar una sonrisa radiante, tan sincera que parecia casi real. Mirándome, dijo con dulzura:
Hermanita, ahora ya puedes creer que no hay nada entre David y yo, ¿verdad?
Siempre has tenido mucha imaginación, hermana.
Con una sola frase, volvía a ponerme en el papel de una mujer loca y celosa, una esposa con trastornos emocionales.
Pero yo ya no era la misma. En lugar de dejarme llevar por e enojo, respondi con una sonrisa tranquila:
Claro que no es mi imaginación. A ver, hermana, ¿quién no pensaría mal si en nuestro aniversario de bodas hiciste que mi esposo te llevara a ver la aurora boreal? ¿En mi cumpleaños lo obligaste a acompañarte a Tokio para ver la lluvia de pétalos de cerezo? ¿Y el Día de San Valentin, cuando le pediste un anillo de diamantes?
Y luego, encima, me mandabas fotos de esos momentos tan felices.
-Pero die algo, ¿quién pues no lo malinterpretaria? ¿Por qué no preguntas a las damas presentes si alguna de ellas no sospecharía lo mismo?
Si quieres evitar que te malinterpreten, no basta con palabras. Hace falta tener un poco de limites. Hacer cosas asi y luego culparme a mi por pensar lo que no es… ¡qué descaro!
Lo que antes era para mi un dolor insoportable que ni siquiera queria recordar, ahora lo usaba como arma. Todo eso, que una vez me hizo llorar a escondidas, ahora se convertia en el látigo con el que castigaba a este par de hipócritas.
Las mujeres presentes se quedaron sin palabras.
Si estuvieran en mi lugar, no solo habrían malinterpretado, sino que querrían matar a esa atrevida!
¿Y esa pureza? ¿Esa inocencia? ¿Dónde quedó? A ojos de todos, lo que se veia ahora era la historia de un hombre infiel y su amante descarada.
No, ellos eran aún más despreciables que la tipica pareja que rompe un hogar. Querían ser los malos de la historia y, al mismo tiempo, exigir simpatia y respeto. ¡Qué descaro
Capitulo 14
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De inmediato, las miradas hacia Luna cambiaron. La compasión de antes desapareció en un instante.
La sonrisa de mi querida hermana desapareció, ya no podía resistir más. Hajó la cabeza y, como era su costumbre, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
David, por supuesto, no podía soportar verla así. Se enojo yine reprendió:
-Esmeralda, no te pases. Ya te expliqué todo, y sigues asi. Todo lo que mencionaste eran asuntos de trabajo. Luna es mi secretaria, lo sabes perfectamente,
Al escuchar su reproche, me ret de la ironia.
En ese momento, sentí pena por la vieja yo, esa que habla escrito en su dlarlo tantas veces sobre cómo él jamás la protegió ni la defendió, cómo la dejaba sola contra las burlas y humillaciones.
¿Dónde estaba el amor ahí? Si en verdad me hubiera amado, nunca me habría permitido pasar por eso.
Un hombre asi… no merece más que ser tirado a la basura.
David notó mi sonrisa y, por alguna razón, sintió una repentina incomodidad. Justo cuando parecía que iba a decir algo, mis padres, que habían estado observando cómo humillaba a su querida hija adoptiva, finalmente no pudieron contenerse.
¡Barbara carajo!-gritó mi padre.
-¿Qué es esa manera de hablar? ¿No ves que estamos en el cumpleaños de tu abuela? ¿Qué ganas con causar tanto alboroto? ¿Quieres dejar a tu abuela en vergüenza?
Pero antes de que pudiera terminar, la voz firme de mi abuela resond:
-Yo no siento que esto sea una vergüenza. Para mi, este ha sido el mejor regalo de cumpleaños que he recibido. Porque mi nieta, mi verdadera nieta, merece defenderse. ¿Por qué deberían permitirse esas sinvergüencerias, mientras mi nieta soporta las burlas y los chismes? ¿Por qué debería ser ella quien pague el precio de los pecados de otros?
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