Capítulo 17
Esmeralda solo escupió un poco de agua y despertó
Al verla abrir los ojos, David le gritó furioso:
-¿Qué es lo que te pasa? ¿Es que estás tan molesta que ya no te importa tu vida?
En el pasado, cuando él le decía cosas así, Esmeralda se enfadaba más y también le gritaba, o bajaba la cabeza asustada y decía que había sido su culpa.
Pero ahora, Esmeralda no le gritó ni le dijo que tenta la culpa. Tampoco le pidió que la abrazara.
Simplemente lo miró con indiferencia.
Con una indiferencia cortante como un cuchillo.
Una indiferencia que hizo que él sintiera un poco de miedo sin darse cuenta, un deseo impulsivo de abrazarla.
Sin embargo, ella esquivó su abrazo, agarró al hombre que estaba a su lado y le pidió que la llevara al hospital.
David la miró con incredulidad. No podía creer que, estando el presente, ella no lo buscara a él, sino que le pidier a un desconocido que la llevara al hospital. El era su esposo ¡Era el hombre que ella más amaba!
¿Qué estaba pasando con ella? ¿Por qué actuaba cada vez más raro? ¿Qué quería exactamente? ¿Cómo se habia convertido en alguien tan distinta?
Dio un paso al frente para apartar al hombre y llevar a Esmeralda al hospital él mismo, pero en ese momento Luna cayó de repente al suelo.
Recordó que Luna siempre había sido débil, que con solo un poco de lluvia podía enfermarse y tardar semanas en recuperarse. Mucho menos podía soportar haberse caído al agua con este clima. Por otro lado, Esmeralda, quien siempre habla gozado de buena salud, no deberia tener problemas, aunque hoy pareciera no ser tan fuerte como
antes.
Le gritó una vez más a Esmeralda:
-¡Espera, luego voy al hospital a verte!
Luego, corrió hacia Luna.
Viéndolo correr tan ansioso hacia otra mujer, Esmeralda se rio con amargura.
Más que nunca, detestaba su propio corazón. No entendia por qué, incluso en un momento asi, todavía esperaba algo.
David, aunque había prometido ir al hospital a verla luego, no apareció hasta la mañana siguiente.
Para ese momento, a Esmeralda ya la iban a dar de alta.
Cuando David fa vio recogiendo sus cosas, corrió hacia ella y dijo:
-¿Ya te vas a dar de alta? ¿No deberías quedarte un poco más para ver qué tanto te mejoras?
Esmeralda lo miró, pero no respondió.
Si no fuera porque tenía miedo de que haber caldo al agua afectara sus lesiones previas, ni siquiera habría venido al hospital.
Al ver que no respondía, él intentó justificarse:
+25 BONUS
–Luna tuvo fiebre alta anoche, estaba tan mal que le dio u patatús y se desmayó…
Sin prestarle atención, ella siguió caminando hacia la salida
La indiferencia de Esmeralda hizo que él se enojara:
Luna es tu hermana! ¿Por qué no puedes ser más tolerante con ella? ¡Sabes que desde pequeña siempre ha tenido problemas de salud! Ella….
Antes de que terminata, vio a Esmeralda soureir mientras se acercaba a otro hombre.
Profesor Neviani, ya no tengo nada que hacer aquí. Vámonos,
Al ver que estaba a punto de irse con otro hombre, David expletó de rabla e intentó detenerla, pero Esmeralda dio un paso atrás y lo esquivo.
Justo cuando él iba a decir algo, ella, impaciente, lo interrumpió:
-Tu querida Luna, tu dulce hermanita, sigue en el hospital esperándote con fiebre. Vete rápido con ella y no molestes más aqui.
Pensando que Esmeralda estaba celosa y enojada, David escondió su furia y dijo:
me
Esmeralda, sé que estás molesta, pero no importa lo enojada que estés, ino deberías irte con cualquier hombre! ¿ Y si mejor yo te llevo a la casa?
Esmeralda se rio, indiferente:
No, muchas gracias.
Yanadió:
-Además, no me estoy yendo con cualquier hombre. Este es mi ángel de la guarda. Si no fuera por el profesor Neviani, yo ya estaria muerta. Ni siquiera podría estar aqui parada para que me molestes.
Si ho hubiera sido por Armando, ayer habria muerto ahogada.
David sabia que ayer Esmeralda habia estado en peligro. Pensar que ella casi muere le causó un repentino dolor en el pecho. Su expresión cambió varias veces antes de mirar al hombre frente a él y decir:
-Profesor Neviani, gracias por salvar a mi esposa. Yo, David, siempre recordaré este favor. Si alguna vez necesita algo, no dude en pedirmelo.
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