Capítulo 20
La última frase fue un murmullo, no estaba dirigida a mi, pero parecía que lo dijo para que lo escuchara a propósito.
Estaba molesta.
-Rashid.
-Si, señora.
Rashid dio un paso al frente. Aunque sonaba respetuoso, su mirada llena de desprecio me repugnaba,
-A partir de ahora, estás despedido. Haré que recursos humanos te dé el doble de indemnización. Pero ve y recoge tus cosas de una vez.
A pesar de haber sacrificado mi carrera por amor, aún me quedaba algo de sensatez.
Cuando inverti todo lo que tenía en David, no fui lo suficientemente ingenua como para quedarme sin nada. Cuando la empresa entró a la bolsa de valores, me aseguré de obtener acciones que me convirtieron en la segunda mayor accionista, solo después de David.
Como segunda mayor accionista, aún tenía la autoridad para despedir a algujen.
En mis diarios, el maldito de Rashid aparecia varias veces humillándome. Un tercio de mi sufrimiento mental era culpa de ese tipo. ¿Cómo iba a mantener en la empresa a un empleado que ni siquiera respetaba a su jefa y la insultaba? ¿Por qué razón iba mantener a ese machista? ¿Como caridad o qué?
Rashid abrió los ojos con incredulidad y exclamó:
-¿Despedido?
-Si, despedido.
-Señora, ¿sus neuronas se quedaron en la piscina o qué? ¿Sabe quién soy? ¡Soy el asistente más querido y más conflable del señor Vaillant! ¿Usted diciendo que me va a despedir? ¡Debe estar bromeando!
No le respondi y, en cambio, llamé directamente a David.
Despide inmediatamente a tu asistente Rashid, o vendere todas mis acciones a tu competencia.
-¿Otra vez con tus pendejadas?
David, probablemente preocupado por su gran amor, respondió con mucha impaciencia.
-Me faltó el respeto, y no quiero volver a verle. Escucha el audio que te envié y respondeme en tres minutos.
Dicho esto, colgué la llamada.
David, molesto, se llevó las manos a la cabeza. Sentia que el nivel de los problemas que Esmeralda creaba era cada vez más alto, tanto que ya no podía entenderla.
Sin embargo, abrió el archivo de audio.
Desde que apareció Rashid, activé la grabación en mi teléfono. Su actitud irrespetuosa y sus palabras despectivas quedaron registradas claramente, incluida esa frase que murmuró pero que quiso que escuchara.
De inmediato, se notó el enojo en su cara
Puede que no le importara mucho yo, pero después de lo que dijo en el cumpleaños de mi abuela, que su asistente
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Captub 20
dijera algo asi era como una bofetada a su linagen pública. Esto lo enfureció..
Tras reprender a Rashid por teléfono, volvió a llamarme.
Antes de que pudiera hablar, le dije directamente:
-Échalo. No hay nada más que discutir.
Después de un momento de silencio, respondió:
-Se hará como tu digas entonces.
Poco después, el celular de Rashid comenzó a sonar. A juze por su expresión, David debía haberle informado del despido. Se puso pálido.
Colgó la llamada y me miró, pero esta vez sin la arrogancia de antes.
-Señora, sé muy bien que he cometido errores. Y lo siento mucho. Pero por favor se lo ruego, no deje que el señor Vaillant me despida.
En mi casa hay ancianos y niños que dependen de mi sueldo. Si me despiden, mi familia no podrá sobrevivir.
Lo miré con indiferencia.
¿Y eso qué tiene que ver conmigo? Cuando me criticabas, te acordabas de que tenías una familia que mantener? Además, después de tantos años trabajando con David, seguramente ya has ahorrado suficiente dinero. ¿Cómo que no puedes sobrevivir?
Señora, de verdad sé que estuve mal….
Antes de que pudiera terminar, me yolteé y me fui. Si con un simple “lo siento” todo pudiera resolverse, entonces no habría policías.
Anoche, después de que Armando me llevó al hospital, no se fue de una vez. Esperó a que me hicieran todos los exámenes médicos y revisó los resultados antes de irse.
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Capitulo 21