Capítulo 11 Rachel estaba
en peligro
“¿Estás ocupada?“, preguntó Brian
“Sí, estoy trabajando en algo“, respondió Rachel.
“¿Qué te parece si almorzamos juntos al mediodía?“, insistió él.
“¿No te preocupa que alguien pueda descubrir nuestra relación? Yo comeré sola en la cafetería“. Ella lo rechazó sin dudarlo. “Si no tienes nada más que decir, voy a colgar“.
“Espera…“. Brian había vuelto temprano a casa ese día, solo para encontrarla vacía.
No necesitó mucho para darse cuenta de lo que pasaba: Rachel seguramente ya sabía que él había salido a altas horas de la noche. Eso explicaría su tono frío y distante.
“Tracy se metió en un lío anoche. Bebió demasiado y no podía dejarla sola en ese estado.
Pero en cuanto todo estuvo bajo control, regresé a casa“.
Del otro lado de la línea, Rachel guardó silencio por un momento antes de decir
secamente: “Bueno. Ya veo“.
Brian frunció el ceño. ¿Eso era todo? No hubo ni un reclamo ni una pregunta, nada. Esperaba que se molestara, que incluso lo confrontara. En cambio, su reacción fue de una indiferencia
total, casi excesiva.
“Rachel, ¿acaso no tienes…?“.
Antes de que pudiera terminar, una voz interrumpió la llamada. “Señorita Marsh, Maddox está por llegar“, anunció Samira al entrar.
Rachel no dudó ni un segundo. “Estoy ocupada. Tengo que colgar“. Y terminó la llamada sin
más.
Samira, que había notado el cansancio de su jefa, dudó antes de preguntar: “¿Está todo bien?“.
Rachel pasó una mano por su cabello, suspiró y luego enderezó los hombros, recuperando su
compostura. “Déjalo pasar“.
0.0%
02:52
Capítulo 11 Rachel estaba en peligro
“Sí, señora“.
Al entrar, Maddox vestía un traje azul marino a la medida y llevaba el cabello impecablemente peinado.
Proyectaba la imagen de un empresario con años de experiencia.
“Señorita Marsh, ¿en qué puedo ayudarla?“, preguntó con una sonrisa.
Se veía relajado; no parecía saber lo que estaba a punto de ocurrir.
Rachel no estaba para juegos. No había necesidad de darle vueltas al asunto. La decisión ya estaba tomada. No es necesario perder el tiempo.
Empujó un montón de documentos hacia él. “Echa un vistazo“.
La expresión de Maddox se transformó en cuanto sus ojos se posaron en los planos del
diseño.
Al terminar de revisarlos, su rostro perdió todo color de inmediato.
“Esto… tiene que ser un malentendido. ¡Juro que el diseño de Titan Innovations no tiene nada que ver conmigo!“.
Rachel había esperado esta reacción. No la inmutó en lo más mínimo.
“¿Seguro? Echa un vistazo a esto también“.
Deslizó otra pila de documentos frente a él.
“La traición es algo que esta empresa no tolera. Has cruzado la línea. Así que te daré una opción: renuncia por tu cuenta. No recibirás el salario de este mes ni el bonus anual“.
El rostro del hombre se oscureció mientras la fulminaba con la mirada. Al ver que Rachel no se echaría atrás, su máscara se resquebrajó y dejó ver su verdadero carácter. “¿Con qué
derecho?“.
“Por robo de información confidencial, poner en riesgo a la empresa y causar pérdidas millonarias“, respondió ella con voz firme.
“Consideré tus años de trabajo, por eso te ofrezco la oportunidad de irte dignamente. Pero si te niegas, tendré que despedirte y exponer lo
que hiciste“.
Rachel hablaba con frialdad, como si estuviera dictando sentencia.
Maddox, al notar que intimidarla no funcionaba, cambió de estrategia. Había escuchado que tenía un lado compasivo. Si suplicar era su única opción, lo haría.
02:52
< Capítulo 11 Rachel estaba en peligro
Se arrodilló de golpe.
“¡Me equivoqué! Fui débil, me dejé llevar por la avaricia. Pero lo juro, fue la primera y la
última vez. ¡No volverá a pasar!“.
Su voz temblaba de desesperación mientras las lágrimas resbalaban por su rostro.
“Por favor, se lo ruego, piense en los años que he dedicado a esta empresa. ¡Deme una
segunda oportunidad!”
Su actuación era tan convincente que cualquiera hubiera creído en su arrepentimiento.
Pero Rachel no cayó en la trampa. Lo que había hecho no era un simple error, sino una traición. Y ella no perdonaba traiciones.
“Levántate. Aquí ya no tienes lugar“. Su tono era frío como el acero.
“Dejarte presentar tu renuncia es el único acto de consideración que estoy dispuesto a concederte. Ahora, ponte de pie, cruza esa puerta y ve directamente a Recursos Humanos. Está a la derecha. Encárgate tú mismo del papeleo“, dijo Rachel con firmeza y calma.
La determinación en su voz marcaba un contraste absoluto con su actitud habitual.
Maddox apretó los puños contra el suelo hasta que sus nudillos se volvieron blancos y su mirada se oscureció con una malicia contenida.
Mantuvo la vista fija en el suelo con una expresión imposible de descifrar.
Pero cuando finalmente alzó la cabeza, cualquier rastro de amenaza se había desvanecido, reemplazado por una serenidad meticulosamente calculada.
“Déjeme preguntarle una última vez. ¿Está segura de que quiere esto? ¿Y si me niego a
renunciar?“.
“Entonces entregaré todas las pruebas a las autoridades y dejaré que ellas decidan“, respondió su jefa sin titubear. “Si eso sucede, no solo perderás tu trabajo, sino que enfrentarás cargos“.
El hombre soltó una risa amarga. “Vaya, qué amable. Me está haciendo un favor, ¿no? Tendré que agradecérselo algún día“.
Con una ligera inclinación de cabeza, salió de la oficina.
Pero en cuanto cruzó la puerta, su sonrisa se desvaneció.
Su rostro se tornó sombrío, con una expresión de
pura
furia.
02:52
<Capítulo 11 Rachel estaba en peligro
Samira, observándolo desde su escritorio, sintió un escalofrío. “Parece peligroso. Está completamente fuera de sí“.
“Por eso ya no pertenece a esta empresa“, respondió Rachel con calma.
“Al menos lo descubrimos a tiempo“, comentó la otra. “Quizá fue una bendición disfrazada“.
tu esfuerzo“.
“Así es. Y tu papel fue clave. Me aseguraré de que tu bono.
Los ojos de Samira se iluminaron.
“¡Es usted la mejor! ¡Gracias!“.
“Puedes volver al trabajo“.
“¡Sí!“.
Nadie imaginaba lo que estaba por pasar.
Justo cuando Samira abrió la puerta para salir, Maddox reapareció en el umbral. Su rostro estaba completamente deformado por la furia.
Sus ojos reflejaban pura maldad, y la atmósfera en la habitación se tornó helada.
Samira se quedó paralizada por el terror.
Antes de que pudiera reaccionar, él la agarró del brazo y la empujó con fuerza.
La cabeza de Samira golpeó contra el filo de la mesa con un sonido seco y espantoso.
Un hilo de sangre brotó de inmediato, y su cuerpo cayó al suelo, sin moverse.
“¡Samira!“, gritó Rachel mientras corría hacia ella, desesperada, buscando su teléfono.
Sus dedos apenas lograron presionar el botón de llamada cuando la línea se conectó.
Pero la voz que escuchó al otro lado no era la de Brian, sino la de Tracy. “Rachel, Brian está ocupado en este momento. Si es por trabajo, puedo darle el mensaje“.
“Tengo que…“.
Antes de que pudiera terminar, una mano la agarró por el cuello.
El agarre de Maddox era como una tenaza, impidiéndole incluso respirar.
Ella intentó liberarse, arañándole las muñecas, pero él solo apretó más.
“Rachel Marsh. Eres amable con todos… menos conmigo“. Su voz sonaba amarga y
02:52
< Capítulo 11 Rachel estaba en peligro distorsionada por la rabia.
“Perdonas a los demás cuando cometen errores. Eres cálida incluso con el conserje. Muestras
compasión con todos… excepto conmigo. ¿Por qué? ¿Por qué tienes que ser tan cruel conmigo?“.
Exclusiva para usted