Capítulo 29 Un nuevo pasante
Brian permaneció callado ante su declaración.
Se hizo el silencio entre él y Rachel.
“Si no tienes nada más, cuelgo“, dijo ella.
Justo en ese momento, Samira irrumpió por la puerta.
Sosteniendo un envase de comida para llevar, se apresuró hacia su jefa.
“Señorita Marsh, la cafetería ya cerró, pero le traje un poco de pasta. Está deliciosa, pruébela, seguro le va a encantar”.
“¡Muchas gracias!“.
Rachel disfrutó cada bocado hasta terminarla.
Hacía mucho que no sentía un gesto de calidez y cuidado como ese.
Antes, solía adaptarse a los gustos de Brian, adoptando sus preferencias como propias. Se había acostumbrado tanto a imitarlo que casi olvidó qué era lo que realmente le gustaba a
ella.
“Samira, recuerdo que me dijiste que tu hermana ya no está, ¿cierto?“.
“Sí, ahora solo somos mi mamá y yo“, respondió su asistente con un leve asentimiento.
Tomándole la mano, Rachel le propuso: “Una vez mencionaste que te recuerdo a tu hermana. Si te parece bien, puedes pensar en mí como tu hermana a partir de ahora“.
“Yo…“. A Samira le conmovió mucho el gesto.
Su jefa le sonrió con calidez. “Y simplemente llámame Rachel“.
“Está bien, Rachel. Por cierto, deberías darte prisa. Esta tarde tienes una sesión de entrevistas
programada“.
Después de que Samira se fue, Rachel experimentó una repentina sensación de felicidad.
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El proceso de selección incluía cinco candidatos.
Buscaba un pasante que pudiera asistirla en su trabajo y encargarse de algunas tareas de
diseño.
Aunque se trataba solo de una pasantía, los requisitos eran bastante exigentes.
Samira estuvo presente durante las entrevistas. Los primeros cuatro aspirantes tenían cualidades destacadas y dejaron una buena impresión en Rachel.
Esta se sentía satisfecha con los resultados.
El último candidato en entrar llamó la atención de inmediato. Llevaba una camisa floreada que le daba un toque de estilo, aunque su actitud resultaba un tanto llamativa. Su cabello desordenado le cubría por completo el rostro.
“Rachel, sobre este candidato…“.
“Sigamos el protocolo, sin prejuicios“.
Revisando su currículum, Rachel arqueó una ceja. “¿Tu nombre es Trey Cohen? Por favor,
preséntate“.
“Por supuesto“. La voz de Trey sonó relajada. “Soy Trey Cohen y estoy aquí para la entrevista
de pasantía“.
¿Eso era todo?
Samira no pudo ocultar su sorpresa.
Rachel, por su parte, mantuvo la compostura. “Tranquilo. Me gustaría hacerte algunas preguntas, ¿te parece?“.
“¡Sí, claro!“.
“En tu currículum dices que estudiaste aquí hasta la secundaria y luego te mudaste al extranjero, donde has vivido hasta hace poco, ¿es correcto?“.
“Sí, volví hace unos meses y aún no he conseguido trabajo“, respondió el chico con
naturalidad.
“Debes dominar al menos dos idiomas, ¿cierto?“.
“Así es“.
Ella asintió y continuó con la siguiente pregunta: “Bien, pasando a otro tema, ¿cuál es tu visión sobre el diseño?“.
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“Me metí en el mundo del arte por pasión. Estoy dispuesto a hacer ajustes según el trabajo y las necesidades del cliente, pero sin renunciar a mis principios. Me frustra cuando los clientes, sin conocimientos en la materia, insisten en hacer cambios que arruinan la esencia del diseño. No hay sueldo que valga la pena si tengo que traicionar mis valores creativos. No voy a adular a nadie para conseguir un puesto ni a renunciar a mis convicciones artísticas“.
Rachel lo escuchó con atención antes de plantearle la última pregunta: “Entiendo, eres bastante rebelde, y eso me gusta. Pero si decides unirte a nosotros, será esencial que sigas mis instrucciones sin cuestionarlas. Eso sí, jamás te pediré que vayas en contra de tus principios. ¿Podrás comprometerte con eso?“.
El aspirante pareció sorprendido.
Se pasó una mano por el cabello, despejando su rostro y dejando ver unos ojos expresivos, y luego miró a Rachel asombrado. “¿Y qué pasa si acepto?“.
Con una sonrisa segura, ella le tendió la mano. “Que te doy la bienvenida al equipo“.
“¿De verdad me está contratando?“. Trey no ocultó su asombro.
“Efectivamente. Y puedes empezar ya si quieres“.
El chico asintió entusiasmado. “¡Claro que sí! Pero que quede claro, no haré revisiones infinitas solo para complacer a los clientes“.
“No hay problema con eso“.
Dirigiéndose a Samira, Rachel añadió: “Por favor, ayúdalo con el proceso de ingreso“.
Su ayudante, aún sorprendida, preguntó: “¿Estás segura de esto?“.
“Totalmente, ¿confías en mí?“.
“Por supuesto“, respondió, antes de volverse hacia Trey. “Ven, primero arreglaremos el papeleo“.
“Estupendo“.
Cuando firmó el contrato, el chico sacó su celular y tomó una foto. “¡Hermana, tengo trabajo! Sabía que encontraría a alguien que valoraría mi talento. Ah, y por cierto, mi jefa no solo es increíblemente amable, sino también hermosa. Además, tiene un ojo increíble para reconocer
el talento“.
Su emoción era evidente al enviar el mensaje.
Al verlo, Kaliyah Cohen no podía creerlo. Su hermano, que siempre había sido muy relajado
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con el trabajo, había conseguido empleo.
Habían acordado que, si no encontraba empleo después de sus entrevistas, él se uniría a la empresa familiar.
Pero ahora, ese trato había quedado anulado.
Kaliyah llamó a su asistente y le susurró: “Averigua dónde hizo la entrevista Trey hoy“.
“En el Grupo White“, informó el personal tras la investigación.
¿La empresa de Brian White? Para su sorpresa, su hermano ahora trabajaba en el Grupo White. Parecía que el destino tenía sus propios planes.
“Ahora que tienes trabajo, hazlo bien y demuestra lo que vales. No quiero que nadie diga que
mi hermano es un vago“, respondió con firmeza.
“¡Confía en mí, no te decepcionaré!“.
Tras la firma el contrato, Samira llevó a Trey al centro comercial.
“¿Qué hacemos aquí?“, preguntó el chico.
“Fue una instrucción de Rachel“.
“Ya veo“. Trey reconoció, algo desconcertado. “Rachel es muy atractiva. ¿Tiene novio?“.
Samira le lanzó una mirada severa. “Muestra cierto respeto, y no te metas en asuntos
personales“.
“De acuerdo“. Él asintió con la cabeza.
“Escúchame bien: concéntrate en tu trabajo y asegúrate de llevarte bien con Rachel“, añadió
ella.
“Lo haré“.
Rachel llegó puntual, con una primera tarea en mente: un cambio de imagen para Trey en una peluquería.
“¿Qué tal si cortamos un poco tu cabello y probamos un nuevo estilo?“, propuso.
Su nuevo empleado negó con la cabeza sin decir nada.
Al ver su reacción, Samira abrió los ojos de par en par y apretó los puños. “¿Acaso olvidaste lo que hablamos?“.
“No, no“, se apresuró a decir él, quitándose la peluca y dejando ver su verdadero peinado. “Es
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que mi cabello ya es corto“.
Debajo de la peluca apareció un joven de rasgos definidos y una sonrisa encantadora.
Rachel asintió con aprobación. “Perfecto, ya luces impecable. Ahora, ¿qué te parece un
cambio de vestuario?“.
“¡Vamos a ello!“.
Pocos minutos después, Trey salió con un traje elegante.
Parecía otra persona.
Samira se quedó sin aliento al verlo.
Rachel le dio un codazo con picardía. “Se ve bastante bien, ¿eh? ¿Sientes alguna chispa?“.
Ruborizándose, su ayudante replicó: “Estás bromeando, ¿verdad?“.
Mientras tanto, el celular de Rachel no dejaba de sonar.
Las llamadas del director de Recursos Humanos eran insistentes. “Me informaron que contrataste a alguien. Asegúrate de que asista al evento de bienvenida de esta noche“.
Sin más opción, Rachel se preparó para ir.
