Capítulo 172
Los invitados alrededor comenzaron a mirar de reojo y a cuchichear en voz baja.
Luisa respiró hondo, cerró los ojos y, al abrirlos de nuevo, una frialdad imponente se reflejó en su mirada. -Valentina, ¿lo hiciste a propósito, verdad?
Valentina, quien dominaba el arte de parecer inocente, frunció los labios en una expresión de tristeza. Luisa, claramente fuiste tú quien no miró por dónde iba y chocaste conmigo. ¿Cómo puedes decir que lo hice a propósito? Este es el lugar de ustedes, la familia González. ¿Cómo me atrevería a chocarte a propósito?
En ese momento, Catalina y Fernanda también vieron que Luisa se acercaba.
—Valentina, deja de fingir.— Fernanda la empujó sin contemplaciones. -¿Quién no sabe que estás celosa de Luisita? Ese vino tinto que derramaste fue hecho de forma intencional. Querías avergonzarla delante de todos.
Valentina, de repente, dejó que las lágrimas se acumularan en sus ojos. -¿Qué pruebas tienes para decir eso?
Fernanda respondió indignada: -Lo que hiciste antes en el campo de equitación y en el Cerro de la Luna ya lo dejaste claro. ¿Realmente piensas que somos tontos?
Valentina, al borde del llanto, murmuró: —¿Qué he hecho yo?
Fernanda la miró fríamente. -Delante de tanta gente, ¿quieres que lo diga con todas sus letras?
-¿Qué pasa, Valentina? — doña Ximena se acercó al oír el alboroto.
Valentina se apresuró a acercarse a doña Ximena, agarrándole del brazo con una expresión de gran aflicción, y sollozando, dijo: —Abuela, ellas me están acosando entre todas.
Luisa soltó una risa fría, ya sin poder contenerse, y delante de doña Ximena expresó con enojo: -Con doña Ximena de la familia Martínez protegiéndote, ¿quién podría acosarte?
-Abuela, mira lo que hace.- Valentina sollozaba mientras tiraba de la manga de doña Ximena.
Doña Ximena respondió furiosa: -¡Luisa, no te pases!
-¿Yo me paso? Doña Ximena, ¿así es como educa a su nieta? Dice que no tengo modales ni educación, ¡debería ver bien lo que ha estado haciendo su nieta!
Tras decir eso, Luisa se serenó y le indicó a un camarero que estaba cerca: -Ve a revisar las cámaras de seguridad.
El rostro de Valentina palideció de inmediato.
Capítulo 172
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Ella había visto claramente que no había cámaras visibles en ese lugar.
La mirada penetrante de Luisa se clavó en ella, como si pudiera leerle los pensamientos. Con una risa helada, dijo: ¿Crees que no hay cámaras aquí? ¡Ja, ja!, en un salón de banquetes tan grande, con tantas personas yendo y viniendo, usa tu cabeza y piensalo bien. Es imposible que no haya cámaras.
Luisa señaló alrededor con la mano. –Allí, allá, y allá también hay cámaras. Solo que, para mantener la estética, están camufladas como decoraciones. Son cámaras de alta gama, con cobertura de trescientos sesenta grados, sin ángulos muertos. Quiero ver cómo te justificas
ahora.
Doña Ximena dijo, furiosa: -Pues veamos las cámaras. Mi Valentina no miente. Quiero ver cómo sostienes tus acusaciones después de eso.
Valentina sintió un sudor frío recorrerle la espalda, al borde del colapso.
Esas cámaras no podían mostrar lo que había hecho ya que ella había chocado a propósito para manchar el vestido de Luisa.
¿Por qué Luisa tenía que lucir tan hermosa hoy, atrayendo toda la atención de Andrés?
¿Por qué Luisa se convirtió en el centro de atención apenas llegó?
¡No podía soportarlo!
Si las cámaras mostraban que ella había chocado a propósito, su abuela ya no podría seguir protegiéndola.
No, no podían revisar las cámaras.
En ese momento, Valentina vio de reojo la figura de Andrés.
Rápidamente, mordiéndose el labio con una expresión dolida, se disculpó: -Luisa, lo siento. Todo fue mi culpa. Por favor, no te enojes.
Andrés se acercó, preguntando: -¿Qué está pasando, Luisa?