Capítulo 176
En el video, Valentina miraba a su alrededor, como si buscara a alguien.
Después de que Luisa apareció, Valentina rápidamente tomó una copa de vino tinto de un camarero que pasaba y se dirigió apresuradamente hacia Luisa.
A medida que se acercaba a Luisa, Valentina aumentó su velocidad hasta que finalmente chocó
con ella.
La copa se escapó de sus manos y el vino tinto se derramo, y lo que sucedió después fue bien conocido por todos.
Desde el video de vigilancia, quedaba claro quién tenia la culpa.
Valentina chocó a propósito con Luisa.
La gente se lamentaba y comenzaba a discutir de nuevo.
Justo cuando se estaba mostrando el video, alguien comenzó a grabarlo con su celular.
Probablemente, este video de vigilancia apareceria pronto en Internet.
Las imágenes de la disputa entre las señoritas de la alta sociedad eran incluso más entretenidas. que los programas de televisión.
Algunos buscaban audiencia, otros solo buscaban diversión, pero de una forma u otra, este video seguramente se volveria viral en Internet.
Después de salir de la sala de proyección, Andrés llamó a doña Ximena.
Ni doña Ximena ni Valentina habían ido a verlo antes.
Ahora que la verdad había salido a la luz, debían disculparse con Luisita.
El celular lo contestó Lila, la ama de llaves encargada de cuidar a doña Ximena.
Señor Andrés, doña Ximena se ha enfermado y está en camino al hospital en este momento.
-¿Qué coincidencia, no?– Andrés claramente no lo creyó.
Lila, sin cambiar su expresión, levantó la vista hacia doña Ximena, que estaba sentada a su lado.
Doña Ximena le hizo una señal con los ojos.
Lila mintió con tono calmado: -Sí, señor Andrés usted y doña Ximena tuvieron una discusión hace un momento, y doña Ximena se sintió mal del corazón cuando se enojo, como usted sabe, doña Ximena no soporta el estrés.
Andrés guardó silencio por un momento.
Cath
-¿Y Valentina? Pásale el teléfono.
El celular estaba en altavoz, y Valentina, al oír esto, le hizo señas a Lila para que no le pasara el
celular.
Lila entonces dijo: La señorita Valentina no está en nuestro carro, y no sé dónde está en este
momento.
-¡Ja!-rió Andrés con sarcasmo, muy interesante. Ya que ninguna de ellas contesta el celular, entonces tendrán que ir a la casa de Luisita para disculparse en persona.
Luisa subió a cambiarse de ropa.
Andrés estaba solo en el jardín exterior haciendo la llamada.
Tras colgar, en su camino hacia el salón de banquetes, Andrés se encontró con Miguel.
Miguel, después de terminar una reunión de negocios, fue informado por el mayordomo del estate sobre lo que había sucedido en el salón de banquetes.
Él fue a buscar a doña Ximena de la familia Martinez para que le diera una explicación, pero le informaron que doña Ximena y Valentina ya habían dejado el lugar.
Entonces fue a buscar a Andrés.
Miguel, visiblemente enojado, dijo: -Andrés, ¿qué pasó en el salón de banquetes? ¿Por qué tu abuela y tu hermana estaban molestando a Luisita?
Andrés bajó la postura, con tono sincero:-Señor Miguel, lo siento mucho, permitame disculparme en su lugar.
Miguel bufó con frialdad: El que debe disculparse no eres tú, ya me enteré bien de lo sucedido. Tú estuviste defendiendo a Luisita. Fueron tu abuela y tu hermana quienes molestaron a Luisita. ¡Ellas son las que deben disculparse! No es necesario que te disculpes conmigo, deben disculparse con Luisita.
-Lo sé, y les pediré que vayan personalmente a disculparse.
-Nuestra
-Eso está mejor.- Miguel se calmó un poco, pero su tono seguía siendo severo, querida de la familia González no debe ser maltratada por nadie, ini siquiera por alguien de la familia Martinez!
-Usted tiene razón, señor Miguel.- Andrés siempre fue respetuoso y cortés con Miguel.
Cara 117