Capítulo 182
Carlos extendió su mano hacia Santiago y dijo: Déjame verlo.
Santiago le pasó el celular.
Carlos, abrazando el celular, veía una y otra vez el video del cumpleaños, sin poder contener las lágrimas.
Alfonso, con el rostro tenso de ira, exclamó: -¡Me enfurece verte tan derrotado!
Sofía lo tiró del brazo y le replicó: -Carlos ya está bastante mal como para que le añadas más presión. ¿Qué significa eso de “derrotado“? ¿No fue Carlos quien consiguió esa inversión para la empresa? ¡Qué estás diciendo! Si no fuera por Carlos, nuestra empresa ya habría quebrado.
Alfonso frunció el ceño y, sin decir más, miró profundamente a Carlos y luego se marchó..
Carolina, viendo a Carlos agarrado al celular, absorto en el video de Luisa, ya no pudo soportarlo más y también se marchó.
Sofía, con los ojos llenos de lágrimas, le dijo:-Carlos, olvídate de Luisa. Te presentaré a alguien mejor.
Diego suspiró y dijo: Carlos, como dice el dicho, “el mundo es grande, siempre hay alguien digno de ser amado”. ¿Por qué obsesionarte con alguien que ya no es para ti? Yo puedo encontrarte el tipo de mujer que te guste.
Carlos miraba fijamente el video, sin responder.
Santiago, resignado, sacudió la cabeza y dijo:-Déjalo, dejemos que se quede solo un rato.
-Eso no puede ser.dijo Sofía: -Ya no me atrevo a dejarlo solo. ¿Y si intenta suicidarse de nuevo?
La operación de trasplante de médula ósea de Leticia fue un éxito, sin reacciones de rechazo, su vida estaba a salvo, y Luisa, finalmente podía ocuparse de otras cosas.
En esos días, estaba ocupada preparando materiales para casos y asistiendo a juicios.
Luisa, sabiendo que Carlos había llegado al extremo de intentar şuicidarse, ya no se atrevía a vivir en el apartamento de Villa La Serena.
Andrés le había comprado una nueva villa, a unos seis o siete kilómetros del bufete, no muy lejos, conveniente para ir en carro al trabajo.
Ese sábado, Luisa habia contratado a una empleada doméstica para empacar y había llamado a una empresa de mudanzas.
Cap 182
Justo cuando sacaban la última caja, Carlos salió del ascensor.
Carlos estaba pálido, con ojeras profundas y una apariencia extremadamente demacrada y delgada.
Al ver a los empleados de la mudanza sacando las cajas, Carlos se detuvo y, con una mirada melancólica, preguntó a Luisa.
-¿Te mudas?
Luisa simplemente asintió, sin decir mucho, y camino hacia el ascensor, pasando junto a Carlos. En ese momento, Carlos le agarró la muñeca.
-Luisa, no te vayas. -dijo Carlos con un tono suplicante, sus ojos llenos de emoción
fragmentada: -No te molestaré más, solo quiero estar cerca de ti, tranquilamente a tu lado.
Luisa bajó la vista hacia la mano de Carlos y con voz fría dijo: ¡Sueltame!
Carlos no la soltó.
Luisa se esforzó por liberarse.
Carlos apretó más fuerte.
-¡Carlos, me estás lastimando!
Luisa gritó con el ceño fruncido y Carlos, como si recibiera una descarga eléctrica, la soltó inmediatamente.
Con culpa en sus ojos, Carlos dijo: -Lo siento, Luisa, no fue mi intención, solo… Solo no quiero que te vayas.
Luisa se frotó la muñeca, ahora enrojecida, y dijo con tono neutro: -Ya te lo he dicho. claramente, nunca volveremos a ser como antes, hi podremos empezar de nuevo. No necesitas hacer estas cosas que solo te conmueven a ti mismo.
Luisa dio un par de pasos hacia adelante, luego, como si recordara algo, se giró y míró seriamente a Carlos, diciendo: -Escuché que intentaste suicidarte hace unos dias, Carlos. Si eres una persona tan extrema, solo puedo alegrarme de haberte dejado, y no pensaré que tu amor por mi es tan grande para que no puedas vivir sin mi.
Luisa continuó: -En el futuro, evita hacer cosas como suicidarte. No quiero que un romance termine con una carga de muerte.
Después de decir esto, Luisa siguió a los empleados de la mudanza hacia el ascensor.
Carlos permaneció en su lugar, reflexionando sobre las últimas palabras de Luisa.
Ella había dicho: En el futuro, evita hacer cosas como suicidarte.
¿Significa eso que Luisa todavía se preocupa por él?
Capitul
Luisa se preocupa por su bienestar, no quiere que se menosprecie su propia vida.
Pensando en esto, los ojos de Carlos se llenaron de lágrimas.
Capítulo 183