El deseo se encendió, el ambiente se calentó gradualmente.
Esa noche, él y ella hicieron el amor muchas veces.
Se sumergieron en el acto sexual.
Sin embargo, al despertar al día siguiente, la persona desnuda acostada a su lado resultó seri Carolina!
En ese instante, se sintió devastado.
¿Cómo podía ser Carolina?
La noche anterior claramente había estado con Luisa.
Enfurecido, reprendió severamente a Carolina.
Carolina, lejos de enfadarse, lo miró con lágrimas en los ojos, mordiéndose el labio rojo,
llorando desconsoladamente.
-Carlos, si te gustan las chicas como Luisa, puedo imitarla desde ahora. Dijiste que me parezco un poco a ella, ¿no? Puedo copiar su forma de vestir, su maquillaje, su peinado… lo que sea que te guste, puedo hacerlo. ¡Por favor, no me eches!
Al recordar las escenas de la noche anterior, él dudó.
¡La Carolina de anoche realmente se parecía mucho a Luisa!
Al ver su silencio, Carolina le tomó la mano y la agitó suavemente, con una voz tierna y
coqueta: -Carlos, también lo disfrutaste mucho anoche, ¿verdad?
-Déjame quedarme a tu lado, estoy dispuesta a ser el reemplazo de Luisa-, suplicó Carolina
en voz baja.
Ningún hombre podía resistirse a una mujer que le suplicara de una forma tan humilde
Y menos aún si se trataba de una mujer hermosa, una mujer que lo amaba con todo su corazón.
Carlos se frotó el puente de la nariz y suspiró profundamente.
Realmente extrañaba demasiado a Luisa; los días sin verla lo estaban volviendo loco.
En el momento en que Carolina se le acercó para besarlo, Carlos se resignó.
Pensó, derrotado, que, sin Luisa, tener un reemplazo tampoco estaba tan mal.
Desde ese día, Carolina se quedó a su lado.
No se podía negar que era una sustituta competente. Como ella misma había dicho, imitaba el estilo de vestir y el peinado de Luisa, usaba su perfume habitual.
Capitulo 206
A Carlos le encantaba abrazarla por detrás y aspirar su fragancia. Sus siluetas eran muy similares, y el aroma era exactamente el mismo, lo que llenaba a Carlos de una alegría extática.
Así, engañándose a sí mismo, se fue hundiendo gradualmente.
Pero, al final, un sustituto siempre era solo eso: un sustituto. Nunca podría ocupar el lugar de Luisa en su corazón.
Ella jamás podría convertirse en Luisa,
En ese momento, Carlos estaba sentado en el sofá. En un ambiente tan ambiguo, su añoranza por Luisa crecía descontroladamente, como enredaderas que se salían de control, imposibles
de contener.
El dolor opresivo en su pecho solo lo aliviaba bebiendo trago tras trago, dejando que el alcohol
lo anestesiara.
No se supo quién fue el que dijo de repente: -Ustedes, miren el trending topic en Twitter, hay
una gran noticia.
Al principio, Carlos no prestó atención.
No le interesaban esas noticias de entretenimiento.
Hasta que escuchó el nombre de Andrés.
Él inclinó la cabeza, mirando fijamente, con ojos penetrantes: -¿Qué acabas de decir de
Andrés?
La chica levantó la vista: -¡Está en un escándalo con la famosa Rocío! Mira en Twitter, en los trending topics. Un paparazzi los captó entrando juntos al hotel, y hay fuentes que dicen que están saliendo. ¡Rocío es una actriz top de primera línea, esto es una noticia bomba!
Isabel intervino: -Pero Andrés es el prometido de Luisa, ¿cómo él…?
Isabel no terminó la frase, se detuvo sutilmente y levantó la mirada con significado hacia Carlos. Carlos, tú conoces mejor a Luisa, ¿ella rompió con él?
Carolina se tensó; la luz tenue ocultaba su rostro pálido.
-¡Cómo podría ser! – exclamó Carolina, elevando la voz involuntariamente. -Ellos se quieren tanto, están a punto de casarse. Ustedes deben estar equivocados.
Estaba a punto de lograrlo.
Carlos ya era adicto a su cuerpo y al sexo, y una vez que quedara embarazada del hijo de la familia Rodríguez, podría usar al niño para casarse y estar dentro de esa familia.
En este momento crítico, no permitiría ningún error.
Luisa y Andrés no podían romper, no podían darle una oportunidad a Carlos.
Capitulo 206
-Ahí tienes, Carolina, mira por ti misma. En Twitter está todo muy claro, no estamos inventando nada,– le dijo Isabel, pasándole el celular.
Carolina extendió la mano para tomarlo, pero Carlos lo arrebató de un tirón.
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Capitulo 207
Capítulo 207