Capítulo 229
Hugo comentó casualmente: -No sé de qué estarán hablando esos dos hombres, pero se ríen tan felizmente.
Tan pronto como terminó de hablar, la dulzura y la sonrisa en el rostro de Andrés se desvanecieron de inmediato.
Le pasó su palo de golf a la persona que tenía al lado y comenzó a caminar hacia allá.
-¿Eh? ¿A dónde vas? Hugo lo siguió.
Andrés tenía una expresión fría y un tono indiferente: -Voy a hablar de negocios.
-¿Hablar de negocios?– Hugo se mostró confundido. -¿Con quién?
Al levantar la vista y ver a los tres hombres riéndose alegremente no muy lejos, Hugo comprendió de inmediato.
Se había enfadado y quería darle algo de trabajo al viejo para mantenerlo ocupado, con tal de que no siguiera rondando a Luisa.
¿Quién podría soportar eso?
Hugo se rio para sí mismo. Alguien finalmente no había podido aguantar más.
Andrés se detuvo frente a Luisa, y el sol brillaba intensamente, proyectando una pequeña
sombra.
Luisa, de pie bajo la sombra de Andrés, levantó la vista hacia él, quien vestía un conjunto deportivo de color gris oscuro, manteniendo su estilo habitual, reservado y distante.
¿Por qué había vuelto? Eso era lo que Luisa se preguntaba en su interior.
Flavio también se sentía desconcertado. Aquel presidente del Grupo Martínez era una figura difícil de ver normalmente, y cuando lo hacía, apenas prestaba atención a los demás. ¿Qué ocurría hoy que ya se había acercado dos veces a saludar?
Andrés, con las manos en los bolsillos y una actitud despreocupada, dijo con tono casual: Presidente Flavio, recuerdo que la última vez mencionó que quería colaborar con nuestro Hotel Estrella.
Hotel Estrella era una de las marcas hoteleras bajo el Grupo Martínez.
Al escuchar que el presidente del Grupo Martínez comaba la iniciativa de hablar sobre una colaboración, Flavio asintió de inmediato y respondió: -Sí, sí, presidente Andrés, nuestro Grupo Esperanza ha querido colaborar con Hotel Estrella desde hace mucho tiempo. Lo mencioné en una recepción de vinos, pero estaba ocupado y dijo que lo hablaríamos en otra ocasión. Hoy es un buen momento, ambos estamos libres, ¿por qué no hablamos ahora?
Capitulo 229
Flavio levantó la muñeca para mirar su reloj y dijo con una sonrisa: —Además, ya casi es hora de almorzar. ¿Qué le parece si reservo en un restaurante y lo hablamos mientras comemos?
Andrés miró a Luisa con aparente indiferencia y rápidamente desvió la mirada, respondiendo con voz fría: -Está bien.
Flavio se alegró enormemente.
El director del bufete, captando la situación, dijo con tacto:-Entonces, presidente Andrés, presidente Flavio, ustedes conversen. Luisa y yo nos retiramos por ahora. Presidente Flavio, lo de firmar el contrato lo discutimos en otra ocasión.
Luisa había permanecido en silencio, mirando fijamente la sombra de Andrés en el suelo, sumida en sus pensamientos. Al oír que se marchaban, sacudió levemente la cabeza como si despertara de su ensimismamiento, preparándose para irse con el director.
Flavio respondió: -Está bien, Genaro. Lo del contrato lo discutimos mañana por la tarde. Ya que acabo de perder frente a la abogada Luisa, cumpliré mi promesa. Soy una persona que valora mucho la honestidad.
En realidad, Flavio había dicho eso intencionadamente para que Andrés lo escuchara, ya que deseaba colaborar con el hotel del Grupo Martínez y necesitaba causar una buena impresión en
él.
Sin embargo, a Andrés no le importaban esas cosas.
Solo se percató de que Luisa se estaba marchando
La voz de Andrés fue tenue, sin mostrar emoción alguna, como si realmente no le importara:
están juntos, ¿por qué no se quedan a cenar con nosotros?
–
Ya
que
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Capay 230
Capítulo 230