Capítulo 244
Ese día, Luisa volvió a trabajar en el bufete de abogados.
En su primer día de trabajo, el bufete recibió a un visitante no invitado.
Valentina, vestida de pies a cabeza con ropa de alta costura de marcas de lujo y sosteniendo un bolso de Hermès de edición limitada, entró con paso firme y en tacones altos a Consultores Legales Rivera, y se dirigió directamente al despacho de Luisa.
La puerta de la oficina estaba entreabierta, y Valentina entró sin llamar.
Luisa estaba hablando por celular; al levantar la vista y ver a la intrusa Valentina, frunció ligeramente el ceño.
–Vamos a dejarlo así, tengo un asunto aquí, así que te dejo.
Valentina se sentó directamente en el sofá, dejó su bolso a un lado con desdén y comenzó a observar la oficina de Luisa. —Qué pequeño es este lugar, ¿y esto se supone que es una oficina?
Luisa colgó el celulary la miró con una expresión indiferente en el rostro. -¿Qué haces aquí?
Valentina sonrió con picardía. -Olvidé decirte, he invertido en Consultores Legales Rivera; ahora soy una de las dueñas detrás de escena, tu jefa.
Luisa, con una mirada tranquila en los ojos, no pareció sorprendida en absoluto. -¿Y qué más?
Valentina la miró sonriendo. -Hoy no hay nadie más aquí, así que no voy a fingir más. Luisa, realmente te odié, ¿lo sabías?
Luisa, serena, tomó un sorbo de agua de su vaso. ¿Ah sí? Yo tampoco te quise nunca.
-Ja,– Valentina se rio sin preocuparse, -mi abuela tenía razón, ustedes los abogados tienen muy buena labia. Solo puedes mostrarte tan orgullosa frente a mí. Antes te respetaba porque eras la prometida de Andrés, pero ¿realmente te tomaste eso tan en serio?
Valentina, con un brillo de triunfo en los ojos, dijo con sarcasmo: -Aún no te enteraste, ¿ verdad? Mi abuela le está organizando citas a Andrés. Él y tú nunca volverán a estar juntos.
Luisa se detuvo en su acción, como si una espina se le hubiese clavado en el corazón.
Sin embargo, no mostró nada frente a Valentina.
Luisa levantó la cabeza con una sonrisa impecable. -Eso es bueno, eso significa que sin mí, aún no lograste casarte y estar dentro de la familia Martínez. Tu abuela ya le está arreglando citas a Andrés, ¿cómo puedes seguir sonriendo? Si fuera tú, estaría escondida bajo las cobijas llorando todo el día.
La sonrisa triunfante en el rostro de Valentina se congeló instantáneamente.
Capitulo 244
El sarcasmo en sus ojos se transformó en asombro en un instante. -¿Tú, tú ya lo sabías?
Luisa soltó una risa fria. Todos pueden ver tu interés por Andrés, y tú también sabes que no te atreverías a hacer esas maquinaciones delante de la familia Martínez. De lo contrario, la señora Patricia ya te habría expulsado.
Valentina se puso pálida. -¿Y qué si lo sabes? ¡Incluso si se lo dices a la familia Martínez ahora, nadie te creería!
-¿Crees que soy como tú? ¿Que me gusta causar problemas y entrometerme en las relaciones ajenas?– respondió Luisa con una mirada fría y despectiva. -¿Qué me importa lo que sientas por Andrés? Al fin y al cabo, eres hija de la niñera de la familia Martínez y la hija adoptiva de la señora Patricia. Ella jamás toleraría que tuvieras esos sentimientos por Andrés.
Valentina, furiosa, se levantó de un salto, gritando con enojo y vergüenza. -¿Y qué? ¡Por él podría quedarme soltera toda la vida! Y tú, nunca volverás a tener ninguna relación con él.
Luisa sintió un pinchazo en el corazón; una sombra de soledad cruzó brevemente por sus ojos.
Bien, entonces espero que tus deseos se cumplan.- Luisa bajó la vista para ocultar sus emociones y comenzó a ordenar las cosas sobre su escritorio.
-¿Qué estás haciendo?– preguntó Valentina.
Luisa la ignoró.
Pronto se levantó, abrió la puerta de su oficina y salió.
Fuera de la oficina del director del bufete.
Gapitulo 245