La noche anterior.
Miguel llamó a la familia Martínez.
-¿La desaparición de Luisita tiene que ver con ese hijo ilegítimo de ustedes?-preguntó Miguel, conteniendo la furia.
El rostro de Víctor se tensó.–¿Qué? ¿Luisita desapareció? ¿Ya avisaron a la policía?
-Fue la policía la que ine llamó para confirmar los hechos. Hemos marcado su número muchísimas veces, pero siempre está apagado. Sutía y yo fuimos a su departamento y a su oficina, la buscamos por todas partes y no hay rastro de ella.
La voz de Miguel estaba cargada de enojo.–¿Y Andrés? ¿Qué está haciendo ahora? ¿No se supone que debería estar buscándola si está desaparecida?
-Nosotros también nos acabamos de enterar de que Luisita desapareció. Andrés sigue en la oficina, ocupado con el trabajo. Seguramente todavía no lo sabe. Voy a avisarle de inmediato. No te alteres, seguramente no es nada grave. Tal vez se le acabó la batería del celular. Cuando lo cargue, puede que se comunique con ustedes por su cuenta,-respondió Víctor tratando de
calmarlo.
-¿La batería? ¿Cómo puedes decir eso? ¡Su tía y yo la buscamos toda la noche y no encontramos ni un rastro! Ustedes lo dicen con tanta facilidad porque no es su hija. ¡No les importa en lo más mínimo!
Víctor dijo: -Miguel, cálmate un poco.
-¿Calmarme? ¡¿Cómo quieres que me calme?! Miguel alzó la voz, cada vez más enfurecido. -¡Si fuera tu hijo Andrés el que desapareciera de repente, a ver si estarías tan tranquilo!
Miguel gritaba tan fuerte que a Víctor le empezó a doler la cabeza.–Esperemos primero a ver qué dice la policía.
Patricia estaba sentada al lado de Víctor. La voz de Miguel era tan fuerte que Patricia alcanzó a escuchar casi toda la conversación y ya tenía una idea de lo que estaba ocurriendo.
Ella le guardaba mucho cariño a Luisa, la veía casi como a una hija
Al enterarse de la desaparición de Luisa, Patricia no pudo evitar sentirse tensa y preocupada.
¿Qué está pasando? ¿Luisita desapareció?-preguntó con angustia.
Víctor intercambió unas palabras más con Miguel antes de colgar.
—Sí, Miguel dice que no han logrado contactarla. Él y Carla la estuvieron buscando toda la
noche.
El rostro de Patricia se contrajo. -¿Ya dieron parte a la policía?
Víctor respondió: Si, ya lo hicieron. Fue la polica quien se comunicó en primer lugar.
-¿Andrés sabe algo? Llámalo de inmediato, que también se ponga a buscarla.
-Le voy a llamar ahora mismo.
Justo cuando Víctor se disponía a llamar a Andrés recibió la llamada que iba a hacer.
Andrés fue directo: -Papá, ya saben lo de la desaparición de Luisita, ¿cierto? La secuestraron.
Víctor quedó estupefacto.–¿Qué dijiste? ¿Secuestrada? ¿Qué pasó?
La mirada de Andrés era fría, y su tono denotaba agotamiento.–Fue Daniel. Estoy regresando a casa. No se angustien todavía. Esperen a que llegue. Y por favor, no le avisen a la policía. -¿Daniel?-El rostro de Víctor se oscureció al instante.–Pero Miguel dijo que ya lo hicieron. -¿¡Qué!?–Andrés apretó el teléfono con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. Exclamó con firmeza: —¡No debieron hacerlo! Daniel me llamó hace poco. Justo iba a regresar para hablar con ustedes y decidir qué hacer. Si descubre que la policía está involucrada, podría matarla en cualquier momento. ¡Luisita está en grave peligro!
-¿Y ahora qué? La policía ya está enterada de que Luisita desapareció,-dijo Víctor frunciendo el ceño.
-Espérenme en casa. Ya voy en camino.
Andrés colgó tras eso.
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