Capítulo 320
A la abuela de Francisco, que era la madre de Berta y se encontraba sentada al lado, cada vez le agradaban más al verlos juntos.
Doña Nuria se inclino un poco hacia Berta y le dijo en voz baja: La abogada Luisa y Francisco hacen una pareja perfecta. ¿Tú sabes si la abogada Luisa tiene novio?
Berta sonrió complaciente y respondió: -Mamá, no te preocupes. Ya me he informado: la abogada Luisa está soltera,
Al oír esto, doña Nuria se echó a reír de feliz. -Eso está muy bien.
El abuelo de Francisco, don Rafael, tenía ochenta y tres años, pero seguía muy fuerte.
Don Rafael, lleno de vitalidad, le acercó cuidadoso el menú a Luisa y, con una sonrisa alegre, le dijo:– Abogada Luisa, pida lo que más le guste.
Como invitada, Luisa no se hizo de voy a ser tímida.
- ar. Tomó el menú con naturalidad y sonrió feliz: -Entonces, no
El restaurante era de comida china. Luisa revisó con detenimiento el menú, tenía variedad de platos.
Eligió algunos que tenían un precio razonable y que eran ligeros y sabrosos, adecuados tanto para personas mayores como para niños.
Después de pedir, Luisa le devolvió el menú a don Rafael y, con cortesía, le dijo: -Abuelo, ya he terminado de pedir. Ahora es su turno.
Ese ‘abuelo‘ llenó de alegría el desgastado corazón de don Rafael, quien miraba a Luisa como si fuera la esposa de su nieto.
-Eh, muy bien, muy bien. -Don Rafael tomó el menú, sonriendo de oreja a oreja.
Mario observaba todo en absoluto silencio, con una expresión tranquila, sin mostrar emoción alguna. Desde que le agradeció a Luisa al principio, no volvió a pronunciar una sola palabra.
Conocía muy bien a Andrés.
Su empresa tenía relaciones comerciales con el Grupo Martínez.
El año pasado, también asistió a la ceremonia de compromiso de Andrés.
La familia Martínez había invitado tanto a él como a Berta a la celebración, pero en ese entonces Berta estaba de viaje de negocios en Llanoazul y no pudo asistir a la ceremonia.
Por eso, ella no sabía que Luisa había sido la prometida de Andrés.
Cuando Mario vio a Luisa por primera vez, sintió una leve sorpresa.
Sin embargo, era una persona que nunca mostraba sus emociones, y aunque se sorprendió muchísimo, Sin embargo, era una persona que nunca mostraba sus em no lo dejó ver.
Podla notar con claridad que la familia Flores, especialmente Berte, quería emparejar a Francisco–con Luisa
Pero Luisa y Andrés….
Mario penso por un momento que, después de la comida, tendría que buscar un espacio para explicarle con detenimiento a Berta la relación entre Luisa y Andrés.
La comida transcurrió en un ambiente bastante agradable.
Francisco y Luisa conversaron sobre algunos casos complicados que hace poco había recibido el bufete.
Después de la comida, todos salieron entretenidos del reservado entre risas y charlas animadas.
Berta volvió a lanzarle una mirada significativa a Francisco.
Francisco fue muy astuto.
Le dijo a Luisa: -Abogada Luisa, déjeme acompañarla.
Luisa lo rechazó con cortesía: -No hace falta, abogado Francisco. Vine conduciendo y, como no bebí alcohol, puedo manejar sin problema.
Francisco aceptó.–Está bien.
El ascensor bajó hasta la planta baja.
Al abrirse la puerta, Luisa se encontró con Sergio y Fernanda.
Fuera del ascensor, la pareja que estaba abrazada de manera melosa se separó de golpe como si los
hubieran electrocutado.
Fernanda se sonrojó enseguida y balbuceó nerviosa: -Luisita, tú… ¿tú qué haces aquí?
Luisa salió del ascensor y saludó.
Su expresión era seria.
Sergio, por su parte, le dirigió a Francisco una mirada cargada de significado.
Sin pensarlo Luisa apartó a Fernanda hacia un lado y luego se volteó hacia Francisco para decirle: – Abogado Francisco, vayan ustedes primero. Quiero hablar un momento con mi amiga.
Francisco:-De acuerdo.
Berta, con una sonrisa radiante, dijo entusiasmada: -Entonces nos adelantamos, abogada Luisa. Ya nos veremos en otra ocasión. Aída, despídete de Luisa.
Aída, muy obediente, le dijo con voz suave y dulce a Luisa: -Adiós, Luisa.
Mario movió la cabeza hacia Luisa como gesto de despedida.
Los dos ancjanos también se despidieron de ella.
Doña Nuria, sonriendo con amabilidad, dijo: -Luisita, tienes que venir a visitarnos algún día.
Capitulo 320
Luisa no quiso aguarle la fiesta a doña Nuria, así que respondió de igual manera: Claro, la próxima vez seguro que sí.
Capitulo 321