Capitulo 332
-¿Lo hiciste a propósito verdad? -Luisa tenía las mejillas sonrojadas, esta vez por la vergüenza,
¡Lo de antes fue solo un accidente! ¡Descarado un accidente! ¿Y si Francisco perisaba que estaban
besándose a escondidas en la oficina?
No es que le preocupara incomodar a Francisco, solo que no quería que nadie malinterpretara su
relación con Andrés.
Fuera quien fuera esa persona.
Andrés ladeó ligeramente la cabeza para mirarla con gracia.–¿Qué?
-¡Seguro que fue a propósito! -Luisa apretó los dientes.–Te acercaste solo a propósito para que pudiera besarte, sabías que se te había quedado la marca del labial y lo hiciste para que Francisco se
diera cuenta, ¿cierto?
Andrés se encogió de hombros, con una sonrisa en los labios.–Querer besarte sí fue intencional, pero de
verdad no sabía que se me había quedado el labial.
-¡Y todavía finges no haberlo hecho! -Luisa gruñó con frialdad.–Si no lo sabías, ¿por qué le sonreíste a Francisco justo ahora?
Andrés puso cara de inocente.–¿Sí? No fue intencional… es que, después de besar a mi amorcito, estaba tan feliz que no pude evitar sonreír.
-¡Andrés! -Luisa ya no aguantaba más. Agarró una caja de pañuelos sobre el escritorio y se la lanzó
furiosa.
Andrés reaccionó al instante y la atrapó.–¡Eh, aquí estoy!
Sonreía mientras sus profundos ojos negros brillaban con destellos de luz.
-¿Quién es tu amorcito? ¡No digas tonterías! ¡Detesto a los tontos descarados! -Luisa lo fulminó con la mirada, señalando la puerta de la oficina.–¡Ahora mismo, sal de aquí!
-Está bien me iré. -Andrés, viendo que ya había terminado de triturar todos los papeles, obedeció y se dirigió enseguida a la puerta.–Si necesitas algo más, puedes llamarme para ayudarte.
Luisa gritó, furiosa. ¡Fuera de aquí!
Fuera de la oficina.
Andrés se encontró justo de frente con Lucía.
-Hola, jefe Andrés, -Lucía lo saludó con una linda sonrisa, pero al ver el labial en sus labios, quedó
petrificada.
-Hola. -Andrés estaba de muy buen humor.
-Jefe Andrés, usted… -Lucía vaciló, como si no supiera en ese momento cómo continuar.
Andrés sable perfectamente que se le notaba el fablat
Pero fingio no saber nada, se despidió y se alejó.
Los ojos de Lucía se iluminaron de repente con una chispa de curiosidad.
Por dentro, tenia un torbellino de pensamientos.
¡Eso es genial! ¡El jefe Andrés y la abogada Luisa se besaron!
¡Uy… que bien están juntos!
Mientras Andrés esperaba el ascensor, Francisco coincidió en que debía salir por un asunto
Con el maletín en la mano, Francisco se acercó y, al ver a Andrés, le lanzó con un tono irónico: Vaya, jefe Andrés, qué buen ánimo tiene usted, viniendo con tanta prisa solo a hacer trabajos triviales por aqui -¿Y qué tiene de malo el trabajo trivial? -Andrés seguía sonriendo de placer, sin perder ni una pizca de buen humor.–Si ella me los encarga, es porque tenemos buena relación. ¿No crees? Puede mandarme con libertad. ¿Y por qué no te los encarga a ti? Será porque la relación entre ustedes no es fan cercana, y le da pena mandarte a hacer ese tipo de cosas.
Francisco:
Nunca había visto a alguien tan capaz de consolarse a sí mismo.
Francisco curvó ligeramente los labios, como si sonriera, aunque sus ojos permanecían sombríos: -Jefe Andrés, usted sí que sabe bromear.
El ascensor llegó.
De pronto La puerta se abrió y entraron juntos.
-¿Jefe Andrés ha oído alguna vez esta frase?/–La superficie reflectante de la pared del ascensor mostró el rostro atractivo de Francisco.–Estar cerca del agua permite obtener la luna primero.
Andrés sonrió con gran indiferencia: -Entonces, abogado Francisco, ¿ha oído alguna vez otra frase? No se debe involucrar o perseguir a las personas o cosas cercanas a uno.
Francisco se quedó en silencio por un momento.
Luego, continuó: -Lo que es del pasado ha perdido su atractivo, mientras que lo nuevo o lo que está al alcance siempre parece ser más tentador y fresco.
En el espacio reducido, la atmósfera entre los dos hombres estaba tan tensa, que ninguno de los dos cedía.