Capítulo 338
Carlos no lo estaba pasando bien últimamente.
En dicho periodo, varios proyectos importantes del Grupo Financiero Rodríguez habían comenzado a tener problemas uno tras otro.
Las inversiones que había hecho por recomendación de amigos también estaban generando pérdidas constantes, y algunos socios inversores ya se habían retirado.
Carlos se sentía completamente abrumnado, ocupado día y noche en labores casí que interminables, corriendo de un lado a otro para cumplir con todo.
Esa tarde, Carolina llegó a la oficina de Carlos.
Ese día, de manera inusual, no llevaba maquillaje ni perfume.
-Carlos, tengo una bonita sorpresa para ti. —dijo Carolina, sonriendo con entusiasmo.
Carlos no estaba de humor para prestarle atención. Sentado frente a su escritorio y revisando documentos, respondió con tono impaciente: -Si tienes algo que decir, dilo rápido. Estoy algo ocupado como para perder el tiempo adivinando.
Carolina respondió con una sonrisa encantadora y, con ligereza, se subió al escritorio de Carlos.
-Carlos, esto seguro te va a poner muy feliz. sacó un análisis del bolso y se lo entregó con una sonrisa.–Carlos, vas a ser papá.
Carlos se tensó. Alzó la vista bruscamente y le arrebató el papel de las manos.–¿Qué fue lo que dijiste?
Carolina, con el rostro iluminado por la alegría, respondió con emoción: -¡Dije que estoy embarazada, y que vas a ser papá!
A Carlos esto le cayó como un balde de agua fría. Fijó la mirada en el papel y dijo con voz severa: -¡Abórtalo! ¡Esa mierda no puede ser!
–
¿Pero qué has dicho? -La sonrisa de Carolina desapareció al instante y su expresión quedó congelada por el asombro.- ¿Estás hablando en serio? ¡Será nuestro bebe! ¿Por qué
deberíamos abortarlo?
-Je.–Carlos le respondió.- Pues porque no lo quiero, así de simple.
-¡Carlos!
—
Carolina bajó del escritorio y se plantó frente a él, señalándolo con rabia mientras gritaba: —¡ Carlos, eres un cretino desgraciado!
-No me hagas repetirlo, abórtalo.
Capulo–378
-¡Pues no quiero y que vas a hacer! –gritó Carolina, furiosa. ¡Es mi hijo! ¡Si quiero tenerlo, lo tendré! ¡Tú no tienes derecho a decidir! ¡A lo mucho, seré madre soltera pero tú no me vas a forzar a nada!
¿Cuánto quieres entonces? -dijo Carlos con frialdad.
-¿Estás hablando de plata? -Carolina ya estaba completamente fuera de sí. ¡Es tu propio hijo de sangre! ¿Quieres comprar su vida con dinero? ¿Eres siquiera humano? ¿Cómo puedes hacerle daño a tu propio hijo?
-Lo dices muy fácil, Pero al final, si lo tienes, igual me vas a hacer responsable. -Los ojos de Carlos, fríos y oscuros, se clavaron en Carolina. Y yo ahora no tengo tiempo para criar a un niño.
Carolina no se echó atrás en lo más mínimo. Con una mirada llena de odio, fulminó a Carlos y dijo: –Jeje, en su momento, por querer disfrutar sin preocuparte, te negaste a usar condón y me prometiste que si me quedaba embarazada, lo tendríamos. ¿Y ahora que de verdad estoy embarazada, te quieres lavar las manos?
Carlos mostró una expresión de desprecio, con burla evidente en los ojos: -¿No me vayas a decir que creíste lo que yo dije en una borrachera?
-¡Maldito bastardo!
Carolina tomó su bolso con furia y se marchó.
Esa misma tarde, una visitante no invitada llegó al bufete Lex Juris Abogados.
La recepcionista no conocía a Carolina ni sabía nada de la historia entre ella y el jefe, así que la atendió con cortesía, la llevó a la sala de recepción y hasta le sirvió un café.
-La abogada Luisa tiene juicio esta tarde. -dijo la recepcionista, mirando su reloj.–Ya debería haber terminado, seguramente viene de regreso. Le pido que espere un momento. Carolina, manteniendo una actitud cortés, asintió levemente: -Está bien, gracias.
Una vez que se quedó sola, Carolina se sentó en la sala de visitas y le envió una foto del informe de embarazo a la madre de Carlos, Sofía.
[Señora Sofía, estoy embarazada. Carlos dice que no quiere este hijo…]
Capitulo 339.
Capítulo 339