Capítulo 344
-Luisita, se acabó. La voz de Andrés era baja y ronca. Daniel está muerto, todo ha terminado..
El corazón de Luisa comenzó a latir más rápido de repente.–¿Tú… te encuentras bien?
Hubo un silencio al otro lado de la línea.
Un segundo después, la voz de Andrés llegó a través del celular: -Estoy bien.
Menos mal.
Luisa soltó un suspiro de alivio.
Ese corazón que había estado en vilo finalmente volvió a su lugar..
Le aterraba que Andrés saliera herido al ir a Solévia para enfrentarse a Daniel.
-Entonces cuelgo primero, voy a comer. -dijo Luisa.
Luisita, espérame. -La voz de Andrés sonó suave.
Luisa no respondió y colgó directamente.
Ahora tenía la mente hecha un lío.
El asunto de Daniel estaba resuelto, pero ¿y doña Ximena, de la familia Martínez?
Y además, ahora Miguel también tenía una opinión muy negativa sobre la familia Martínez.
Ella tampoco era capaz de ignorar todo el daño que había sufrido antes y volver a empezar con
él.
-Luisita, a comer. -llamó Carla, devolviéndola a la realidad.
-Ya voy. -Luisa apartó las distracciones de su mente y se dirigió al comedor.
Desde que supo que Carolina estaba embarazada Sofía no cabía en sí de alegría todos los días.
Carlos aún no le había contado a Sofía lo del Grupo Rodríguez; quería intentar salvar lo que pudiera y pensaba decírselo solo si ya no había remedio.
Así que Sofía no sabía nada por ahora, aunque la situación ya era muy grave. Ella seguía con aires de dama noble, vestida de forma deslumbrante y lujosa, con el rostro lleno de vitalidad.
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Aquella tarde, Sofía se fue con la niñera a comprar algunos suplementos nutri embarazadas, y luego mandó a la niñera al gran supermercado a comprar las mejores verduras orgánicas y un buen pollo. Su plan era llevar todo eso personalmente a casa de Carolina y prepararle un caldo de pollo.
Al llegar al apartamento de Carolina,
Sofía la tomó de la mano con una gran sonrisa y empezó a hacerle muchas preguntas, mostrándose muy atenta.
“Pero Carolina estaba de mal humor y respondía con evasivas,
Sofía pensó que era por las hormonas del embarazo y no se lo tomó a mal.
Mandó a la niñera a colocar los suplementos en su sitio y luego dijo: -Jiménez, ve por favor a preparar el caldo de pollo a la señora Rodríguez.
La niñera respondió al instante: -Sí, como usted mande señora Sofía.
Ese ‘señora Rodríguez‘ era algo que Carolina había soñado con oír durante mucho tiempo.
Pero ahora, al escucharlo, solo sentía angustia y desasosiego.
Ella no entendía nada sobre negocios, pero había escuchado decir que el Grupo Rodríguez estaba ahora lleno de deudas y al borde de la quiebra.
Si se casaba con la familia Rodríguez en este momento, tendría que cargar con una enorme deuda, y su vida estaría arruinada para siempre.
-¿Qué pasa, Carolina? ¿Te sientes mal? -Sofía notó algo extraño en su expresión y preguntó con preocupación.
Carolina respondió con una mueca impasible ‘Ok
-El embarazo es así. A veces una se siente decaída, irritable, incluso llega a deprimirse. Tomó la mano de Carolina con una sonrisa amable, con toda la actitud de una buena suegra, y dijo alegremente: -Cuando yo estaba embarazada de Carlos, también me pasaba. A veces tenía cambios de humor tan fuertes que todo me molestaba. ¿Por qué no te vienes a vivir a nuestra casa? Con las empleadas cuidándote, yo me quedaría más tranquila.
-No, señora Sofía. -Carolina retiró discretamente su mano.- Ya estoy acostumbrada a vivir aquí. Si me mudo, me temo que no me adaptaría.
Tienes razón, donde una se sienta cómoda,
Sofía no sospechó nada y asintió con la cabeza: mejor quedarse. ¿Qué te parece si mando a Jiménez a atenderte todos los días? ¿O acaso aquí hay espacio para que se quede a vivir? Así tendrás quien te cuide y yo me quedo más tranquila. Carlos está tan ocupado con lo de la empresa que no puede encargarse también de ti.
Capitulo 245
Capítulo 345